CIKUS

Vuelve Cikus.
Vuelve a tu posición fetal.
Puede que así la vida,
no te duela
más.

Si quieres yo te preparo.
Si quieres yo te puedo preparar.

Pelo ralo, barba hirsuta.
Vete Cikus, vete ya.

Si quieres yo te adorno.
Si quieres yo te puedo adornar.

Patines y tacones, una buena combinación.
Vino del reyno en una mano
y en la otra un bastón.

(Cikus es alguien horrible que me acabo de inventar.
Cikus es algo que se supera. Cikus es algo
que se puede superar.)

TÚ, YO, Y CUATRO MÁS

Busco monedas cerca de los parquímetros,
bebo agua de las fuentes que son gratis,
pienso que no es un problema
de gremios, lanzo una piedra
y escondo la mano.

¿Que por qué lo hago?

Pues porque
una paloma encima de un banco,
un descampado, un edificio…

Y eso lo sabemos
tú, yo, y cuatro
más.

Y por eso faltamos tú, yo, y cuatro más
en esa carretera desierta,
en esa noche infinita,
en esa tienda de
mochilas de
tela.

Ya no busco monedas ni bebo agua
de las fuentes que son gratis,
te busco a ti, te lanzo una
piedra y te abro la
cabeza.

A VECES ME DA POR PENSAR

No se me
da bien la caridad.
No se me da bien casi nada.
Aquí no sé dónde está
nada.

EN ESTE MUNDO, aquí no sé
dónde está nada.

A VECES
me da por pensar como piensa
un insecto en la
bañera.

A VECES ME DA POR PENSAR.

Pero no soy un insecto, al menos eso me han dicho.
Me pongo en el futuro pero
no me veo.

Últimamente
vuelvo a las pantallas
del presente pero me sigo sin ver.

EN ESTE MUNDO, aquí no sé
dónde está nada.

Nada, no te
veo.

SIEMPRE LA MISMA HISTORIA

A Hola Puta
le cuesta moverse de casa.
Si organizas un plan, Hola Puta
se hace el remolón.

Mientras tanto,
un gato flaco se lava
en su jardín.

A Hola Puta no le gusta
recoger colillas
del suelo.

A Hola Puta le gusta tener dinero
para poder comprar sus
propios cigarrillos.

Y es que la vida de Hola Puta,
su vida, pretende ser
sencilla.

Ahora he quedado con Hola Puta.
Seguro que me viene con que
los jevis son personas
como tú y como
yo.

Seguro que me recuerda que una lata de cerveza
en el fondo de un lago puede ser una casa
para un pez.

Y luego me saldrá con la
historia del tritón que guardado
en una mano se convirtió en mano loca.

Siempre la misma historia.

MI PRIMER DÍA EN EL PUEBLO

Y así empieza mi primer día en el pueblo.
Rodeado de lagartijas.

Esos pequeños dragones que por una razón biológica
necesitan transmitir el calor del cemento
a su fino y escamado corazón.

Y así empieza mi primer día en el pueblo.
Rodeado de una plaga de mariposas
devoradoras de boj.

Son bonitas pero
son plaga.

Y en mi pueblo hay un gallo cabrón
que canta por las mañanas,
pero a mí no me
molesta.