UNA CANCIÓN PARA MI TÍO PEPE

Entonces no imaginaba ratas en los árboles.

Tampoco imaginaba un perro gigante cruzando la calle.
No imaginaba un restaurante chino, ni abierto ni cerrado.
Simplemente jugaba a juegos de mesa en el pasillo de la casa
de mi tía Rosario.

Jugaba solo, en un pasillo estrecho pero bien iluminado.
Jugaba a la ruleta, recopilaba fichas y ratones
de plástico.

Mientras tanto,
mi tío Pepe sentado en su cama,
cerca de sus camisas recién planchadas.

Sonreía cuando me inventaba una canción para él.

FIRST DATES

Tu mirada,
me gusta que me mire.
Te voy a decir algo que me gusta más que tu mirar.
Mi silueta reflejada en tus ojos abnegados.
Y que no se te ocurra dejar
de mirarme.

No lo podría soportar.

Existe algo que nos une y a la vez nos desune.
Una especie de bola del mundo
llena de fuego.

¡Boom!

Te acabo de conocer y estamos
en First Dates.

LOS RESPONSABLES

Bebés gigantes
con miembros mecánicos
armados.

Todavía no existen.

Son proyectos de gente cabreada.
Se gestan en cuerpos cansados.

Cansados de tanto
sinsentido del
feo.

Nacerán dentro
de doscientos veinticinco años.
Acabarán con la raza que les dio la vida.

Sintiéndose menos humanos acabarán
con todos los seres humanos
del planeta tierra.

Y finalmente se apagarán, abandonando
en el suelo millones de montones
de chatarra oxidada.

TU REFLEJO EN UN CHARCO

Vivo en la calle.

Si quieres vivir conmigo
tespero en una esquina cualquiera, cerca de
una garrafa de agua de Bezoya
cualquiera.

Si por el camino
encuentras perchas de madera,
no las pases de
largo.

Siempre vienen bien las perchas de madera.

Esta
tarde me mudo.
Esta tarde dejo la calle.
Si quieres vivir conmigo te invito a vivir
conmigo.

Te invito a que dejemos la calle.

Ya estás aquí.

Mira cómo me soplo la mano.
Mira cómo miro tu
reflejo
en un charco.