REZANDO A ROBOCOP

Dios mío,

mira qué contento
camina con su aguinaldo
y balancea su bigote de lado a lado,
camina tan contento que casi sale volando

con su puto aguinaldo.

Mira qué contento camina, ha rozado
cuatro piruletas con el hombro

y ni siquiera lo ha notado.

Prefiero ser yo aburrido y sentado
en un banco tres horas haciendo
un charco de lapo gigante y

rezando a Robocop.

MIS PROBLEMAS SERÁN OTROS CUANDO HAYA MUERTO

Salgo a la calle
y congelo mis manos,
y veo el tapacubos de mi
segundo coche rodeado de flejes

y trozos de ladrillo,

y salgo del río por unas escaleras de cemento,
y entro de nuevo, y mojo mis pies

todas las noches,

y pienso que no remonta el cangrejo la corriente,
que se hunde a cada paso que da

en el barro del fondo,

y pienso que mis problemas serán
otros cuando haya

muerto.

DESDE LEJOS

Como de juguete avanzan
desde lejos un coche de policía

y una bicicleta.

Un diminuto señor atraviesa la calle
con una microscópica barra de pan en la

mano.

Una mini señora de ochenta y siete años cruza
el paso de peatones apoyada en su

mini bastón.

LA VITORI LLAMÓ A LA JULI

El veintiséis de diciembre
tengo mi cita con
Pluto.

¡Auuuuuu!

Espero acordarme y espero que no
me despiste tanto mirarte, hay
algo de tus ancestros en tu
manera de atizar

el fuego.

Mañana me duermo en el coche hasta
el veintiséis, tengo una radio que
sintoniza las conversaciones

de mis vecinos.

– ¿De partido hoy?
– Mañana.
– ¿Mañana? Muy bien.

Tengo una radio que lo sintoniza todo.

– Me llamó la Vitori y claro, la Vitori llamó a la Juli.