UN BUEN PIFOSTIO

Montaron un buen pifostio.

Breasty Beverly
y aquel viejo loco que imitaba a los gatos.

Tenían tres buenas razones para hacer lo que hicieron:

1ª razón: La desilusión.
2ª razón: Los camareros en general.
3ª razón: Se llamaba Grecia y vivía con sus padres.

Dejaron una nota en la escena del crimen
y se largaron a toda ostia en ese
viejo coche
al que llamaban el cojo.

¡PALETO!

Necesito
un café que me levante
la
boina.

Necesito un café que me levante
esa boina que llevo instalada
permanentemente desde
que nací en mi
pueblo.

Sí.

Tú también la llevas aunque no lo creas.
La llevas desde que naciste
y la llevarás hasta
que
te mueras.

Esa boina te acompañará el resto de tus días.

Aunque no lo reconozcas,
aunque no quieras
verlo.

Te
queda
estupenda la boina.

¡Paleto!

UNA PALOMA VIEJA, MORIBUNDA, ESPERANDO SU HORA

Tenía tres chucherías y se comió la cuarta.
Caminó por Barcelona, la gran
manzana podrida.

Se tumbó en la acera
como se tumba una paloma vieja, moribunda,
esperando su
hora.

Le hablaron de una tienda en el centro.
Le dijeron:

Las
coberturas
de chocolate que
hacen son impresionantes.

No podía llegar al centro, no tenía fuerzas.
Estas fueron sus últimas palabras:

Lo que pasa es que el gran público no está muy por el jazz.

Y
despareció del mapa
como acaba desapareciendo del mapa
una paloma vieja, moribunda,
esperando su
hora.