De los nervios

Adelantan la elección del candidato al Eurovisión porque los prolegómenos no han levantado mayores expectativas. Vamos, que como ya vaticinábamos, Alaska no ha levantado el tema por más que prometiera que iba a quitar la caspa. La caspa del festival de Eurovisión está estratificada, pura roca de granito que solo la erosión y el tiempo podrán con ella. Si alguien estuvo a la altura de las circunstancias ése fue Buenafuente creando y colando en el concurso la figura dantesca de Chiquilicuatre y sus bailarinas. Nada explica mejor la realidad de ese certamen de vampiros que se alimenta de la sangre de las nuevas esperanzas nacionales de una victoria. Ya está bien de personajes televisivos como José Luis Uribarri, que viven retirados en sus transilvanias y que sólo aparecen y cobran vida en estas noches de luna casposa que se inventan en televisión. Y hablando de caspa: ayer se consumaron los 1.000 programas de Ana Rosa. Una celebración que contó con 500 pasteles. Ya ven: le toca a medio pastel por programa y sigue con ese tipazo capitaneando las mañanas.
Seguimos con semana futbolística. En torno al fútbol se ha recuperado para los domingos el clásico Estudio estadio y se han creado otros nuevos esta temporada que lo tratan con cierto rigor. Bueno no todos: La sexta/deportes lo presenta Patxi Alonso, imprime tal griterío y crispación a sus comentarios que una acaba de los nervios y ni Sara Carbonero lo arregla. Una cosa es que a los espectadores nos guste el fútbol y otra es que nos suba el ritmo cardiaco si por cualquier razón no andamos listos con el mando a distancia. Dios mío, que alguien tranquilice a Alonso o que lo manden con Lobato a retransmitir las carreras de Fórmula 1, que lleva a todas horas revolucionado el motor cuando, lo que pide el cuerpo a esas horas, es quietud y reflexión.

Porque yo lo valgo

Cada año percibo más fuerte la decadencia en la ceremonia de los Oscar. No tengo muy claro si el bajón se debe a la crisis del séptimo arte o a la mía propia. El caso es que cada edición resisto menos la ceremonia y últimamente les dejo en las eternas alfombras. El cine ha perdido la pasión que provocaba apenas hace una década y la que tiene es gracias a los incondicionales. Esos cinéfilos cuya afición en muchos casos no se merece el cine actual. Ayer cuando vi en diferido a Penélope Cruz subiendo apenas cuatro escaleras para recoger el Oscar, sentí que ese breve trayecto era la mejor de las metáforas. Todo está preparado y hasta la posibilidad de que alguien se retuerza el tobillo mientras sube al estrado se reduce al máximo. Así que quienes vieron la perfecta ubicación de Pe se imaginaron que iba a ganar. Pero una vez que la actriz estuvo arriba tuve la impresión de que iba a soltar «este Oscar es mío porque yo lo valgo». Lo cierto es que la mayor parte de los espectadores la conocemos más por las noticias del corazón y por esos inconmensurables anuncios L’oreal en los que invita a las chicas a que se gasten una pasta en mascarillas. Los que no valemos tanto nos conformamos con ver sufrir al personal desde el sofá en El conquistador del fin del mundo o Pelotas toda una grata sorpresa. Por fin llega el lenguaje documental a un horario donde hasta ayer teníamos el liderazgo de Mac Taylor haciendo autopsias. Si un bisturí hurgando en las vísceras putrefactas puede conseguir atrapar la atención de la audiencia y ser líder, por qué no va a hacerlo esta propuesta de gente que vale más que el pelo, el Oscar de Penélope y todas los incisiones que, ante las preguntas de Gloria Lomana, Rodríguez Zapatero fue capaz de trazar sobre el cadáver en avanzado estado de putrefacción de la crisis. Por cierto, esta entrevista ¿no la habían puesto ya hace poco?

El diluvio universal

Lo del apagón digital da un poco de miedo. Suena recio y apocalíptico como el fin del mundo, la conquista del Oeste, la guerra fría, o, qué se yo: ¿tengo una pregunta para usted? Esto de cambiar las señales de golpe y ponerles, por huevos, una TDT en la vida a los ciudadanos, es un plan ambicioso, a la altura de aquellos que proponían: meta un libro en su vida, plante un árbol o qué menos que comerse un plátano al día . El caso es que para el 30 de junio de este año todo el mundo tiene que conectarse al tema digital si no quiere quedarse sin televisión. «Total para lo que hay que ver» suele decir mi suegra mientras ojea a ultima hora del día el periódico; como buscando alguna ganga entre las páginas, «lo mismo estábamos mejor sin tele». Estoy contigo Alicia. Porque hay decisiones que aburren. Sin ir más lejos la de llamar a Raphael para el estreno allá por marzo en TVE 1 de Los Mejores Años . No me digan que esta repetición no se merece más que un apagón, el mismísimo diluvio universal y analógico. Ya les vale. Esta cadena es pura pescadilla mordiéndose la cola. Programo El tamborilero y luego hago un recopilatorio con las mil y una veces con las que este hombre nos amenizó la Navidad con su inigualable forma de pronunciar el poropopo po pon . Digo yo que, de lo que se trata, es de ver en la tele algo nuevo cada día y no una eterna repetición. Esto de repetir siempre lo mismo, ¿no es una muestra fragante de pereza? Hay que innovar como políticos que, aburridos de patearse la calle y hablar con los ciudadanos uno por uno, deciden reunirlos al azar, montarlos en un autobús y llevarlos a un hotel para darles la chapa electoral. El secuestro express de los jubilados con fines políticos es la idea más revolucionaria que he oído en todo lo que llevamos de siglo, porque la del anterior está claro que fue Raphael con su tambor. Poro po, pon, pon, pon…

Fútbol y cara al sol

EN la despedida del martes, el Gran Wyoming se marchaba diciendo que tener el programa a esas horas estaba bien, porque hay muchos días que se toman fiesta porque los cambian por el fútbol. El fútbol es para éstos como esas nevadas que impiden a los chavales ir al colegio y se quedan en casa viendo la televisión, desojándose con laPSP o jugando al tenis con la Wii . El fútbol tiene tanto éxito que no hace falta anunciarlo. La gente coge el mando y como las moscas en la miel nos vamos quedando pegados al partido. Da igual que sea la final de la Eurocopa que, como ayer, el Coruña con el equipo danés Aalborg, que no lo conoce nadie. Pero ahí están. Mandan a los de El intermedio de fiesta y comienzan su retahíla de frases hechas, narración épica y gritona que caracteriza las retransmisiones de La Sexta y, en general, de todas las cadenas que lo hacen. Los que no van a tener acceso a las nuevas tecnologías serán los concursantes que participen en el reality que Antena 3 quiere poner en marcha y que todavía no tiene ni nombre. Animados por el éxito de El internado quieren adaptar un concurso que lleva varias temporadas triunfando en Inglaterra. Se trata de que un grupo de quinceañeros sean encerrados y sometidos a una estricta educación que responda a métodos y costumbres que estuvieron en vigor en la década de los cincuenta. Imagino que tendrán que adoptar también la metodología inglesa, porque lo que aquí campaba durante aquellos horrorosos años era el fascismo en estado puro, además de la tutela agobiante de la iglesia. A ver si ahora por seguir a rajatabla el carácter histórico pierden la noción y, como quien no quiere la cosa, les obligan a los concursantes a cantar el Cara al sol y a levantar de aquella manera tan extendida el brazo. Sólo de pensarlo da miedo.

En busca de Marta

Se han propuesto hacer caja con Marta, la chica desaparecida en Sevilla, y lo están consiguiendo. Este fin de semana detuvieron a los presuntos autores de su desaparición. Desde entonces no han sacado el caso de la programación. Algo tiene el tema que se les comienza a ir de las manos. Se habla tanto de la maldad de estos tipos que los están convirtiendo en personajes televisivos con su atractivo lado oscuro. Parece que ha llegado el momento de resucitar el morbo que en su tiempo tuvieron publicaciones como El Caso . El crimen cumple con todos los requisitos para permanecer en antena el tiempo que haga falta. Búsqueda en directo, tertulianos, colaboradores, especialistas, toda una caterva de cotillas le están sacando punta al terrible asunto. El papel sacrificado de la familia es descorazonador. Con las fuerzas que les quedan después de una búsqueda agónica, acuden a cada llamada de la tele para conseguir la notoriedad suficiente que haga que la justicia llegue implacable a los verdugos. Ya es triste que los ciudadanos tengan que dejarse ver (ocurrió lo mismo en el caso de la niña Mari Luz) para que les hagan más caso. Parece admitido que la justicia y la Policía sólo se ponen las pilas si el tema está en la opinión pública. Y ya es casualidad que el renacimiento de este género periodístico coincida con la crisis económica. Un género que tiene mucho de linchamiento público de los autores, pero que juega de manera inmisericorde con quien está sufriendo. Este despliegue mediático en torno al caso de Marta es como esos buques arrastreros que todo lo atrapan y lo mezclan. Lanzan sus redes por las aguas revueltas donde dicen buscarla y lo único que consiguen es enturbiarlo todo. La información del caso dura cinco minutos. Se están empeñando en vender humo donde sólo hay dolor. Pura palabrería en medio de la pertinaz injusticia.

Hasta la república

MENUDA coincidencia la vivida esta semana con el 23-F. Resulta que se solapan las recreaciones que TVE y Antena 3 han preparado sobre el tema, aunque los vencedores han sido claramente los primeros. No sé cómo los de la cadena privada se han atrevido a competir en este terreno con TVE, porque ésta es una verdadera especialista. Diría más: el verdadero objetivo de la televisión publica española es el de reinventar la historia contemporánea a fuerza de manipular las imágenes. Todo el mundo sabe que el fondo documental de TVE es impresionante, pero resulta que una gran parte de él permanece inédito. Eso sí, las imágenes ya conocidas forman parte de la memoria colectiva. Están marcadas a fuego a fuerza de repetirlas, repetirlas y repetirlas. Con estas dos series poco se ha avanzado en desentrañar los entresijos de aquellos días convulsos. De alguna manera, parecen hechos para perpetuar los tópicos básicos de buen rollo de la transición, qué bueno que Juan Carlos estuvo allí y poco más. Está claro que habrá que esperar a la III República para que alguien se atreva a sacar a relucir todo ese fondo documental que, de momento, dicen cuidar. Esperemos que tanto celo por mantener sus tesis históricas no lleve a nadie a darle el paseíllo y hacerlo desaparecer o enterrarlo en alguna cuneta sin derecho alguno a la memoria histórica.

Porque para desaparecer siempre hay tiempo y, si no, que se lo digan a Camera café. Tantos años de éxito en su horario y, de buenas a primeras, lo pasan a la sobremesa y se hunde. Ya les avisamos antes de que lo pasaran que, a esas horas de la siesta y duermevela, nadie puede con Amar en tiempos revueltos. Pero no hacen caso y poco a poco se están cargando de razones para desempolvar Aquí hay tomate. Al tiempo.

A tocar el clarinete

Por lo visto ayer en la nueva temporada de Mujeres desesperadas, es como si hubieran hecho un pacto con el diablo. Han pasado 5 años y ellas siguen en la misma edad indeterminada en la que comenzaron y, si me apuran, todavía más jóvenes. Lo cierto es que, desde que popularizaran el Wisteria Lane, han ido cayendo en cada temporada una vez superada la grata sorpresa de su estreno. Pero si alguien pudo verse especialmente desesperado, ése fue Miguel Ángel Muñoz en El Hormiguero . Ya saben, el barbitas de Upa dance y el Síndrome de Ulises se presentó ante Motos para dejarse usar o insultar, no quedó muy claro. El caso es que le prepararon una trampa en la que tuvo que salir airoso de una mala presentación como mago y, para rematar la tarde, le obligaron a dejarse picar por una abeja. Como lo leen. A veces, en la trepidante sucesión de locuras de El hormiguero , pierden los papeles. Hay días en los que pretenden rizar el rizo sin muchos argumentos y, claro, no lo consiguen. Como no les salen los trucos su ímpetu lo descargan en un actor que siente como obligación lo de promocionarse. Triste episodio donde no fueron tenidas en cuenta las tímidas protestas del afectado. No creo que su continuidad dependa de meterse en una espiral de locura buscando a diario el más difícil todavía. Vamos, que la siguiente entrevista la tengan que hacer en un trapecio sin red y que para promocionar películas los actores tengan que encerrarse en una jaula de leones o anudarse una serpiente de cascabel en el cuello. Y hablando de veneno: la gala de los premios TP. La emitieron una hora más tarde en un falso directo. Lo suficiente para que ayer no pudiéramos hablar de ella. Así que por mi parte hoy toca silencio. No me extraña que Buenafuente no acudiera. ¿Estaría como Woody Allen en algún garito tocando el clarinete o se quedaría en casa viendo House ?

La gente cambia

Resulta que comienza otro concurso de viajes en Antena 3 y seleccionan a Cyril Jaquet, un tipo que en la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1994, siendo un adolescente, mató a sus padres. Pueden decir misa, pero que no conocían los antecedentes de la criatura no se lo cree nadie, aunque sea verdad de la buena. Sobre todo porque si hubiera sido así no le hubieran brindado la morbosa oportunidad de sacarlo en escena. Demasiada tentación a usarlo de señuelo del reality de viajes titulado La vuelta al mundo en directo , explotarlo en un par de programas y tirarlo, como si tal cosa, a la basura, como se hace con los pañuelos usados y como algunas cadenas hacen también con los programas que no cumplen con las expectativas. De cualquier forma, ya tenemos un nuevo personaje televisivo. ¿Quién da más? Esta criatura mató a sus padres a balazos y ahora se presenta como si tal cosa a un concurso televisivo con la esperanza de que nadie lo reconozca ni le lance un mal reproche. Desde luego, como promoción del programa han dado en el blanco, pero puestos a conseguir morbo, lo suyo hubiera sido haberlo dejado concursar para ver si les hacía alguna sangría en sus directos. Claro que para sangría la que hace el presentador Óscar Martínez. Menudo plasta. Mucho me temo que la vuelta al mundo la van a tener que hacer en un par de semanas. Aunque si han sido capaces de elegir, sin saberlo, a este adolescente arrepentido, no quiero ni imaginarme qué tipo de personalidades se les habrán colado. ¿Tendrán alguna versión arrepentida de Jack el destripador para cuando vayan a Londres? ¿Algún anónimo caníbal tipo Hannibal Lecter que fagocite a su pareja en directo? Más que al mundo, lo que han conseguido es darle otra vuelta de tuerca al morbo.

Letizia Bruni

Hay gente que tiene muy claro que, salir en TV, es sinónimo de éxito. En estos tiempos de crisis, los casting se están convirtiendo en una oficina de ilusiones a la que se apunta gente que normalmente ni se plantearía hacerlo. Pero ejemplos como David Bisbal o Bustamente en lo musical o Aída Nizar y Kiko Hernández entre la nómina de frikis, hablan muy claro de que hay un hueco para los concursantes que decidan echar toda la carne en el asador. Gente que sabe que tiene que aprovechar su oportunidad. No estoy comparando a los primeros con los segundo. A los cantantes los mantienen con su dinero las empresas discográficas y a los segundos los mantienen los programas de telebasura. Ejemplo de que lo importante es hacerse conocido lo representa Amor, aquel concursante transexual que hiciera las delicias del publico morboso y provocara algún comentario grotesco de Mercedes Milá sobre el tamaño de su pene. Ahora ya operado, Amor oficia este fin de semana de presentadora en el Palacio Kursaal de Donostia en la segunda feria Expoerotikus. Imagínense: streaptease femeninos y masculinos, espectáculos fetichistas, escenas gay y mixtas, arriba y abajo. Al parecer una de las invitadas con más tirón es Letizia Bruni nombre que, según cuentan, muestra el esplendor de las dos primeras damas que se imaginan. Yo no voy a dar más información sobre el resto de sus nombres no vaya a sufrir secuestro o un ataque preventivo. Lo dejo a la imaginación del lector. Es posible que por ahí se pasen José Luis Moreno y compañía y, en poco tiempo, lo tengamos en primicia en pleno horario infantil. Hay expertos que apuestan por suprimir porque ya ni seducen a los niños. Dicen que con Carla Bruni a esas horas de la tarde sería muy fácil cautivar la atención de los padres y, sobre todo, de los abuelos.

De traslado

Mover los programas de hora cuando dan malos resultados de audiencia es lo primero que se les ocurre a los directivos de televisión. Cuando un programa no funciona en un horario, le buscan otro para ver si es cuestión del tipo de gente (target le dicen en el argot). Pero la realidad suele ser muy testaruda y cuando algo no funciona a una hora tampoco suele hacerlo a otras. Digo todo esto porque a los de Telecinco no les va muy bien y se están dedicando al traslado. Quieren empezar por colocar la máquina del café en la sobremesa. Éste sería un buen momento si no diera de pleno en el horario infantil. Detalle que a esta cadena se la trae floja, ya lo sé, pero que se agrava si adelanta, todavía más, el horripilante Escenas de matrimonio , serie que lleva el sello de José Luis Moreno, por si a estas alturas alguien todavía no se había dado cuenta. Casualmente Cámera café y Escenas de matrimonio tienen un tirón especial entre los niños. Digo yo que los atrapa su estilo claro que busca la risa fácil. En ambos casos tenemos en pleno horario infantil todo ese caudal de tópicos sexistas, además de lo malparados que salen en ambos espacios conceptos como el trabajo o la cultura. A los de Telecinco se les ha ido la olla definitivamente y no porque lo digan los de TVE, que ya les vale también a éstos con su moral de doble filo. Desde que eliminaron Aquí hay tomate no han encontrado la fórmula que les frene en su merecida caída hacia la nada. En la sobremesa hay pesos pesados que no tienen que recurrir a la baja estofa para mantener la audiencia. Amar en tiempos revueltos que atrapa al espectador y no lo suelta; o el espectro de opiniones encontradas de Pásalo . Dos ofertas diferentes y dos ejemplos de que, la programación televisiva, no tiene que ir por los mismos derroteros del cotilleo a cualquier precio en cualquier horario.