Juegos sencillos


La sencillez es una de las mejores herramientas con las que cuentan las series televisivas. Miren si no Camera café . Lleva varias temporadas liderando su franja. Hablamos del teatro televisivo: los personajes que se colocan ante una cámara, una, y largan sus diálogos y cuentan sus peripecias. Es curioso que mientras la televisión actual se basa en la búsqueda de diferentes y variados puntos de vista como manera de sorprender y atrapar al público, este producto televisivo salga victorioso cada día de la batalla por las audiencias. Lo cierto es que hay fórmulas mágicas que funcionan muy bien en televisión. Una de ellas son los concursos que tan de moda están en épocas veraniegas y vacacionales. Si miramos los miserables datos de La 2 tenemos que suben del 2% para acercarse hacia el 10% con el veterano Cifras y letras , un concurso que tiene el efecto llamada de un público al que le apetece medirse ante las diferentes cuestiones que plantean a los concursantes. Otro de los ejemplos que tiran hacia arriba la audiencia es Date el bote , un concurso de preguntas algo más llevaderas y que presenta a diario Carlos Sobera en ETB 2. Estas subidas no son casuales, responden a determinados hábitos que los espectadores han hechos suyos, como quien bebe vino en las comidas o se hace las tostadas con aceite de oliva. Por una lado la tele es esa ventana donde uno puede asomarse para echarle un vistazo al mundo, pero también es el medio para entretenerse con los concursos que a uno le divierten y a los que iría de concursante si la timidez se lo permitiera. Ya ven: unas veces el mérito está en las complicadas decisiones técnicas y otras se consigue con una sola cámara; se prueban muchas fórmulas, pero la apuesta segura es tan simple como programar un juego que nos ponga un poco las pilas.

Terror y pena

Hay gente que sabe sacarle todo el partido a la tele. Me refiero a que profesionales de este mundo con pocos mimbres en su haber logran un personaje resultón, que acaba teniendo el favor del público. Uno de ésos es Risto Mejide que ha logrado adaptar a su personalidad el papel de borde y no pierde oportunidad de demostrarlo, como ocurrió el día de la despedida de OT . Se largó tirando los papeles y, según dijo Jesús Vázquez, había salido muy enfadado. Él apostó por la niña de ojos azules y dio en el clavo. No sabemos si sintió vergüenza por su elección o si, simplemente, quiso seguir rizando el rizo que le da de comer. Pero si algo se demuestra con este tipo de numeritos es que, detrás de estos gestos prefabricados, no siempre existe la verdad. Los concursantes han dejado de ganar y son los intereses los que buscan el candidato más adecuado. Esa manipulación a la que someten a participantes y espectadores es la que le está quitando credibilidad a esta fórmula y posiblemente acabe con ella. Los concursantes son meros actores que tienen que interpretar el papel que les señalan. La espontaneidad se queda en la sala de edición. ¿Se imaginan que pudieran elegir las imágenes de su vida privada? Seguramente salvaríamos situaciones prescindibles, pero al mismo tiempo ocultaríamos los momentos auténticos. Da un poco de miedo esta tendencia de los nuevos reality de televisión en los que se manipula hasta cambiar la personalidad del concursante, hasta conseguir que adopte todos los rasgos del personaje que quieren crear. Repiten e imitan voces, gestos, tics, etc. Trabajan con ellos como el doctor Frankenstein y si los miras detenidamente estos triunfitos-monstruitos de OT provocan a partes iguales terror y un sentimiento de pena.

Te das cuen

EL primer intento serio de la tele por hacer que supiéramos ingles lo protagonizó hace algunos años aquel pequeño chistoso que decía frases como A pitikann!!! a pitikanden kondemorlll . El último ha sido el curso de inglés con el programa Gomaspuminglis . A los dos protagonistas de Gomaespuma los han fichado para hacer su papel humorístico en los juegos olímpicos que, como se ha encargado de hacer saber el boicot que se ha hecho a la antorcha, este año se celebran en China. Y no está mal pensado echarle un poco de humor al tema. Que más vale que si no terminan de aparecer las medallas pues que dos tipos graciosos hagan Pasando olímpicamente, un programa diseñado para poner el contrapunto humorístico que alivie un poco si es que llega una nueva cosecha de olímpicos fracasos. De lo que tengo más dudas es de que el programa que ellos dirigen haya servido para que una sola persona mejorara su nivel de inglés. Porque una cosa es tomarte el tema de los idiomas con humor y otra muy distinta que el cachondeo impida avanzar a los espectadores, en esa parte formativa que nos vendría de perlas. Al parecer en el espacio que presentarán Juan Luis Cano y Guillermo Fesser todos los días del 8 al 20 de agosto sobre la medianoche harán un repaso diario de los acontecimientos, entrevistas, reportajes de actualidad. Contará con un noticiario titulado Gomaespuma Nius.

Definitivamente los espectadores de televisión inglés, lo que se dice inglés de «How are you» y «thank you very much», no aprenderemos mucho pero cuando se acaben los Juegos olímpicos siempre podremos decir que, estos de TVE, comooor , tienen mas peligro que un barbero con hipo; qué digo: tienen más peligro que un ciego lanzando jabalina.

Corazón contento

Resulta que tanto alargar OT tenía la finalidad de que saliera la canción del verano. Menudo fraude. Tanto profesor, tanta clase magistral, para que finalmente gane una chiquilla de ojos azules maravillosos que desafina que da pena oírla. Yo no sé dónde hacen los casting esta gente, o si después de tanta edición ya no queda nadie en este país que cante medianamente bien. Los concursantes de OT son cantantes de orquesta. Gente que lo mismo imita a David Bisbal que menea el cuerpo animando la verbena con Paquito el chocolatero . Vamos, que hay uno en cada pueblo en fiestas. Ayer dieron por ganadora a la niña de ojos azules y dijo: «Qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte…» y así hasta que Jesús Vázquez puso fin a este despropósito. Para colmo de males, como al parecer no les ha salido ninguna canción que alcance el favor del público pues pusieron a todos a cantar aquella canción de Marisol de «tengo el corazón contento, lleno de alegría». En fin más vale que la tele nos ofreció ayer un gran día de Tour. El final apoteósico en Alpe D’huez con los corredores esquivando a los aficionados y de nuevo el color naranja de miles de aficionados ocupando las cunetas y dando ejemplo de que este deporte se merece el juego limpio de los ciclistas. La realización de la carrera no estuvo a la altura de otras ediciones. Buena parte de la información la aportaban Perico Delgado y Carlos de Andrés que ayer estuvieron activos, tomando cronómetro y más entonados que su mortecino diálogo al que nos tienen acostumbrados. Esperemos que la etapa de ayer no nos traiga más sorpresas y casos de dopajes. Que sea el comienzo del renacimiento del ciclismo hacia la competición. El mágico espectáculo de los ciclistas en las carreteras de los Alpes sí que nos dejo el corazón contento: mucho más que la bochornosa repetición de la canción del verano.

Porno júnior


A los de Sé lo que hicisteis les han multado por mostrar imágenes pornográficas dentro del denominado horario infantil. Pues ya era hora de que alguien se diera por aludido. Vamos, que con la burda excusa de indicar que son imágenes de otros programas les valía para seguir mostrando mierda a cualquier hora. Pues se lo han ganado a pulso. Las imágenes que ellos mostraban por la tarde pertenecían al programa ¿Dónde estás corazón? de Antena 3. Ellos aparecían como meros críticos de esas imágenes cuando en realidad eran los transmisores directos de esa pornografía en horarios donde los responsables de permitir el acceso están despreocupados y los niños, verdaderamente desprevenidos. El tema es grave, pero difícilmente esta responsabilidad hay que dejarla al medio televisivo. El acceso a Internet multiplica por mil el riesgo de que los chavales se enfrenten a la pornografía y otros contenidos más peligrosos por su violencia o crueldad. Este aviso a navegantes que le han hecho a los de Sé lo que hicisteis llega, la verdad, un poco tarde. Hace muchos años que diferentes programas camuflan este tipo de contenidos porque saben del tirón inmediato que pueden conseguir en su audiencia. La denuncia partió de unos particulares al Consell de l’Audiovisual de Catalunya, que las trasladó posteriormente al Ministerio de Industria, que es quien ha abierto expediente. Y es una pena que todo un ministerio tenga que andar de vigilante de contenidos sin que esta responsabilidad no la asuma la propia cadena. Con la infinidad de canales a los que puede tener acceso un hogar, si los propios medios no tienen claro ese principio básico lo de los expedientes a toro pasado es como ponerle puertas al campo. Y es que algunos ven la viga en pantalla ajena y no la ven en la suya propia.

Hasta las cejas

MIENTRAS se acercan las etapas de los Alpes donde la tele ha emitido emociones memorables, los que seguimos el Tour por televisión comenzamos a sospechar de todo el mundo. Visto lo visto hasta ahora, uno tiene la sensación de que quien levanta las manos por haber llegado a la meta mañana será uno de los protagonistas de los informativos por sus chutes de EPO de última generación. Y es que hay que ver hasta qué punto estos corredores son capaces de jugarse el todo por el nada a una carta. Riccò y Piepoli en los Pirineos fueron los grandes protagonistas. Ciclistas que hicieron todo lo posible por subir esas cumbres puestos hasta las cejas sin importarles, al parecer, que ésa fuera su última etapa. Está claro que en la vida hay decisiones desafortunadas y otras equivocadas. El de estos ciclistas es un comportamiento a vida o muerte. Como el de esos insectos que tantas veces hemos visto en los documentales de la siesta. Crisálidas y mantis que actúan con la trepidante finalidad de que su plenitud dura apenas un día.

Pero hablando de decisiones desafortunadas, la retirada de El conciertazo es una importante. La 2 sigue reponiendo conciertos antiguos en los que los niños conviven con los músicos profesionales en un enternecedor espectáculo televisivo. Es cierto que el resultado de este programa nunca terminó de ser bueno. Que el toque cómico que le imprimía García Argenta pecaba de soso y la puesta en escena parecía pobre teatro de colegio, pero era una de las pocas ocasiones en la que los niños tenían una opción cultural a su medida. Van jubilando a aquellos presentadores que intentaron que la tele fuera un medio transmisor de la cultura. Hoy a estos ciclistas de la pantalla los cambian por otros que para subir al Tourmalet de la audiencia sean capaces de meterse toda la EPO insustancial que haga falta.

Repartir candela

Cada día se estila más la interacción entre programas. Vamos, que unos salen confiados a grabar a la calle y los que acaban cayendo en la trampa y grabados son ellos mismos. Se ha desatado una guerra entre programas y se dan candela y les pagan cuando menos piensan con sus propia medicina. Uno de los iniciadores de esta tendencia es Jordi Évole, el llamado El Follonero que fue capaz de infiltrar dos personajes en el programa de Patricia. Un joven matrimonio que se había separado por su adicción a los chat. De esto y de otros momentos televisivos podemos ser testigos en Salvados por la tele, la mejor apuesta televisiva de este verano, ya que explota el interminable filón cómico que este medio tiene y que, además, le crece día a día. Y quién mejor que El Follonero para meter el dedo en esas llagas que han dado momentos tan interesantes como aquel sagrado instante en que su santidad recibía de sus manos la guitarra delChikichiki . </p><p> Pero la gran apuesta veraniega sigue siendo OT . La escasez de la propuesta hace que nos la encontremos con más frecuencia y que espectadores que no le habíamos hecho ni caso hasta ahora, nos dejemos caer justo cuando ya sólo quedan tres concursantes y se barrunta el final. Ayer al que le dieron también de su propia medicina fue al borde por excelencia de Risto Mejide «has pasado de calvo con greñas a skinhead», le dijo el concursante Pablo como sacando valor de su más que posible salida del programa. A Risto no le cambió la cara. Acostumbrado como está a repartir estopa no le quedaba otra que aguantar el golpe con entereza. Luego vino la lectura del veredicto del público y al concursante no lo echaron. Algo me dice que esos encontronazos entre concursantes y jurados están preparados. Ayer a estos magos se les vio el truco.

¿Pobre de quién?


Si el Chupinazo arrancaba con la energía a raudales de miles de personas empeñadas en la fiesta, el Pobre de mí es el homenaje festivo de la ausencia. Tanto TVE como Cuatro no le han visto interés al tema del cierre sanferminero quizás porque no ven que una despedida pudiera pelear en horario de prime time . Ellos se lo perdieron. Junto con las cadenas locales, nuevamente ETB 1 se erigió en único testigo de este acto tan entrañable que atrapa incluso a quien no ha pisado nunca los adoquines de la plaza Consistorial de la vieja Iruña. Y es que la nostalgia no se estila en la televisión y eso que siempre que se acude a ella arrasa. Eso le ocurrió el pasado domingo a la reposición de Volver . La película en la que Almodóvar vuelve a contar con Carmen Maura y del que se hizo una buena presentación antes de la emisión. Una especie de documental en el que se recogía de manera algo exagerada el distanciamiento entre la actriz y el director manchego. Y es que se equivocan quienes creen que el público sólo quiere frivolidades tipo Sabes (menos) más que un chico de primaria con el que A3 amenaza de nuevo como apuesta de verano. Pero resulta que Aída, por poner el ejemplo de la serie de más éxito de la última temporada, no sería lo mismo sin el contrapunto de personajes perdedores, ni Mi querido Klikowsky llegaría al corazón sin esos remates en voz en off con acento argentino con los que se despedía cada capítulo. </p><p>La emoción televisiva no se hace sólo con carcajadas o lágrimas. Existe un equilibrio que aspira tanto a la risa como a explorar el desasosiego. Quizás por eso la ceremonia de los Sanfermines no tiene sentido pleno si no se tiene en cuenta el final. El éxito del Chupinazo comienza en el Pobre de mí. Y algunos se fueron sin contarlo como se merece.

Los protagonistas

La semana ha caído con la cuenta atrás de los encierros sanfermineros. Poco a poco los ánimos se han ido serenando en Cuatro. Manolo Molés y, sobre todo, Nico Abad han conseguido encauzar hacia la normalidad todo ese torrente de información que se colaba por todos los lados los primeros días y que iba en contra del espectáculo. Y del lado de TVE pues la amenidad también se ha instalado, descargando de presión esos monólogos imparables e inconfundibles de Javier Solano, haciendo del encierro un espectáculo más amable. Pero esto mañana se acaba. El fin del encierro es como el comienzo veraniego para la programación de televisión. A partir de las mañanas del día 15 ya es otra historia. Hasta ahora hay una información que discurre por todas y cada una de la cadenas. Los heridos por asta se aparecen en todos los informativos de televisión como si se cantara el resultado de un partido de fútbol o puede que como partes de una guerra en ninguna parte. Si algo ha conseguido la Vieja Iruña con sus fiestas es convertirse en un escenario, un gran plató de televisión donde todo el mundo quiere estar. Desde los adoquines de Santo Domingo, la plaza del Castillo, los fuegos artificiales, todo adquiere un carácter universal. El caso es que la interpretación de esas imágenes de juerga en la calle y toros atrapan a nuevos espectadores que el año que viene se convertirán en protagonistas. Y es que ése es el gran secreto de los Sanfermines: el de hacer un protagonista de todo aquel que se acerca a vivirlos. Un año más la televisión ha sido el gran medio a través del cual las imágenes se han multiplicado y difundido por todo el planeta. Es posible que en buena parte de él nadie entienda el sentido de esas imágenes, pero habrán conseguido una nueva generación de personajes, dispuestos a ejercer de protagonistas en estas fiestas universales.

Emoción y crisis

Existen momentos televisivos en los que hay que echar toda la carne en el asador. En los Sanfermines, por ejemplo, hemos visto cómo reporteros de infinidad de cadenas se dejaban engullir literalmente por la fiesta para contarla desde dentro. Como en la canción preguntarse por las llaves y zambullirse hasta el fondo del mar para recuperarlas. Y esto es una de las grandes armas de la televisión, esa herramienta con la que contamos para pasear por el mundo y vivir un poco sus emociones. Ser testigos desahogados del angustioso y mágico aglutinamiento de la gente en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona a vista de pájaro para, un plano después, descender hasta las entrañas de esa muchedumbre y compartir de manera personal el estallido especial de la fiesta en un lugar privilegiado.

Pero la tele esta última semana ha estado sembrada. Sobre todo dos chicas de TVE. El comentario chistoso de María Escario: «¿has echado algo en falta en los bolsillos?», refiriéndose a la presencia de ecuatorianos en la celebración de la selección de fútbol, es toda una declaración de intenciones del doble juego que mucha gente practica. Luego parece que la chica se disculpó porque no quiso hacer ningún comentario xenófobo. La gran Anne Igartiburu aseguró en la gala de Premios de la Academia de Televisión que «esto va a ser un coñazo». La verdad es que visto aquel engendro donde se premió la creación televisiva uno se da cuenta de que tenía razón. Pero también de que la crisis creativa en este sector ha tocado fondo. El problema es que apenas hay gente que apueste por tirarse al agua y encontrar esas llaves. A este paso, el matarile es el que le aguarda a este medio, que aburre incluso cuando sus protagonistas se ponen sus mejores galas.