Espías de amarillo


La imagen grabada ayer en la Comunidad de Madrid pasará a la historia. Más que nada por su patético momento televisivo de la investidura de Esperanza Aguirre con el maillot amarillo que Contador le regalara. Sobre todo porque rechinaba por todos los costados que se vistiera de amarillo que en el mundo artístico significa mala suerte, precisamente el día en que imputan a sus espías. Qué miedo dan estos políticos cuando se enferman de poder y recelan de todo el mundo. No es casualidad que sea Telemadrid la cadena cuyo control político ha causado el mayor número de conflictos laborales y de conciencia. Si hay gobernantes con ánimo de espiar a sus ciudadanos habrá que ponerse mascarilla para que no se note su presencia si controlan también la televisión. El control y la censura son lacras contra las que todas la televisiones del mundo deberían estar regularmente vacunadas. Porque si no se corre el riesgo de que cadenas con toda la historia de la televisión a sus espaldas cometan atrocidades como lo ha hecho la Fox. Esta cadena americana ha rechazado un capítulo de la serie de dibujos animados Padre de familia , porque hablaba del aborto. Pero volviendo a la celebración de ayer en Pinto la verdad se veía exagerada. Cualquier proclamación de forofismo por muy importante que sea no queda bien en la tele. Para empezar porque el cristal ya le imprime frialdad al espectáculo y luego porque es posible que unos celebren algo que el resto no ha conseguido con lo que es toda una incógnita el número de espectadores agraviados. El verdadero espectáculo estuvo en la carretera. La hazaña de Contador enfrentándose al malvado Armstrong es lo mejor desde los tiempos de Ocaña y el gigante belga Eddy Merckx. El deporte es apuesta y llega al espectador, la celebración está hecha con el material de la complacencia. Aburre soberanamente.

El viejo y el Tour


Por fin el Tour de Francia dio una etapa de las de antes. El corredor del Astana Alberto Contador ganó el domingo la etapa del y ya es el nuevo líder de la ronda francesa. En el caso de Contador lo de líder es por partida doble. Primero porque ha tenido que sacarle casi dos minutos a Armstrong, para hacerse con el título de jefe de filas. Lo que está siendo todo un acierto es la compra por parte de ETB1 de los derechos a TVE. Sin ir más lejos la victoria en esta primera etapa alpina supuso un 18.4% en la dos pero a esto hay que sumar casi el 9% en ETB1, con lo que consiguen entre ambas un 21% del share a base txirrindularis . No hay que explicar el tirón especial que el ciclismo consigue siempre por estas tierras y esto tiene también su correspondiente traducción en la audiencia. La etapa, desde luego, quedará en la historia porque mostró el plano en el que el siete veces campeón del Tour no pudo hacer otra cosa que intentar que el ciclista madrileño no le dejara en ridículo. Y es que más que una etapa la del domingo fue una película con mensaje. Y para mensaje al abuelo Armstrong, el que nos llega de su país: que indica que la población mundial mayor de 65 años superará, en 2040, a la menor de cinco años. Será la primera vez en la historia que esto suceda. Unos pensarán que no nos llegará la pensión y otros que la sanidad pública correrá peligro. Lo cierto es que, este dato, puede que cambie también las maneras de hacer la televisión y los públicos objetivos. Por aquí nos vamos preparando con tiempo. O eso parece si analizamos el rotundo éxito que, tarde tras tarde, cosecha Amar en tiempos revueltos . Una serie que hace furor entre los jubilados, pero que cuaja también en públicos más jóvenes. Para cuando llegue el 2040, puede que haya pensiones pero la televisión para ancianos la tenemos ya asegurada.

Inventarse la Luna

LA precaria retransmisión del primer viaje a la Luna ocupa esta semana una lugar destacado. Jesús Hermida fue el encargado de realizarla. Y ya saben aquella vocalización exagerada, que imitaba sin tapujos el acento neoyorquino. Aquella gesta que protagonizó el astronauta Amstrong (todavía hoy hay dudas de que todo aquello no fuera un montaje) no queda claro si por la diferencia horaria fue el 20 o 21 de julio de 1969. De aquello hace ahora 40 años y para los que no se acuerdan comentarles que Hermida regresó de su aventura americana e hizo popular la manera de menear la cabeza mientras mantenía el acento que lo había hecho famoso. Esa manera afectada de hablar ha tenido su mayor continuador en José Ángel Abad el actual corresponsal de Antena 3 en USA, un tipo que alarga los silencios y pronuncia su retahíla con el mismo soniquete, da igual que retransmita la final de la Super Bowl que el funeral de Michael Jackson. No está claro que, tras estas cuatro décadas, alguien contará toda la verdad sobre el viaje a la luna del Apolo XI. Equiparar a Hermida con la proeza de Amstrong es exagerado. Aunque en notorio su atrevimiento para reinventar y darle la vuelta a la historia reciente de la televisión. Y más estos días en los que hemos conocido el fallecimiento de Walter Cronkite, el periodista cuya figura se equiparaba a la fiabilidad. Cronkite tenía 92 años y fue quien diera la noticia de la llegada del hombre a la Luna pero también del asesinato del presidente Kennedy en 1963, y fue el primero que admitió que EE.UU. no estaba ganando la guerra contra Vietnam. La tele está de luto. Se ha ido uno de los referentes. Su tono pausado y contundente llegó a ser, a juicio de quienes le escuchaban, lo más parecido a la voz de la verdad. Porque la verdad no necesita añadidos. Y mucho menos acentos exagerados, dramáticos, ridículos…

Tecnología basura

Hay rumores de que aYo soy Bea le están escribiendo el final. Vamos que, por fin, Miguel Hermoso, que en Yo soy Bea da vida al admirado Diego de la Vega, y el resto del equipo podrán salir de ese infierno. Esta serie lleva tres años en televisión, pero uno tiene la impresión de que llevara toda la vida. Coetánea en aportación a Ana y los siete y en el tiempo uno le calcula su origen allá por los tiempos de Hostal Royal Manzanares. Pero resulta que Bea lleva apenas 3 años dándole vueltas a si se lo diré, o no, a don Diego. Eso sí: de manera ininterrumpida. Por lo que para otras hubieran sido cinco o seis temporadas, para Yo soy Bea es la primera y a partir del 31 de agosto, última. </p><p> Nada que ver con la actriz norteamericana Scarlett Johansson. Ayer llegó a Madrid para presentar la campaña otoño/invierno 2009 de Mango. Realizó uno de los posados más breves de la historia de la publicidad. El tema es que se dejó fotografiar durante 54 segundos y no admitió ni una sola pregunta. Eso es imagen y lo demás, puras habladurías. Si cunde el ejemplo, en poco tiempo tenemos la versión gráfica de59 segundos , en los que en vez de bajarse el micrófono se puede apagar el flash. En vez de Tengo una pregunta para usted lo que venga sea Tengo una fotografía que hacerle . Pero eso será en el futuro donde, por cierto, dicen que Asia y América Latina serán los dos mercados televisivos que más crecerán en el próximo lustro. El actual poderío de Estados Unidos y Europa, que actualmente controlan el 75%, comienza a peligrar. Unas cifras que, con las nuevas formas de televisión TDT y televisión para los móviles, tienden a ir cayendo en picado. Y tampoco pasa nada. Sólo faltaba que tuviéramos el valor de seguir por la tele del móvil la declaración de amor de Bea a Diego. Menudo desperdicio de tecnología. ¿O no?

Que vivan las pijas

ES verano y el consumo de televisión se traslada pero curiosamente no se reduce. A los mayores les acompañan, pero en habitaciones separadas, los chavales que se pegan horas y horas enchufados a Internet y la televisión. Ahora además tienen la motivación de los nuevos canales de la TDT. Claro que en este sentido el público infantil no ha salido ganando. La TDT no aporta Disney Channel a la oferta infantil. Con esta oferta si nuestros chavales les da por la tele se harán adictos a la teletienda y a los concursos de sopa de letras. Es una pena que las televisiones hayan renunciado a ocuparse de manera constructiva del público infantil. Parece como si decidieran no hacerlo para tenerlos preparados cuanto antes para que aplaudan los desnudos provocados de un tal Kiko a una actriz porno apellidada Lapiedra. El abandono de la programación infantil choca con el éxito global de muchos de los programas y personajes de Disney Channel. Tipos que a su aparición en televisión unen el tirón que les ofrece Internet. Pero que nuestros chavales tengan que tirar de la moral Disney tiene su aquél. El cristal con el que se mira en esta factoría es importado y repetido. Aquí perdemos todos porque no se puede competir fichando series del pleistoceno televisivo o repitiendo la programación que se emite en invierno. La programación infantil en verano debería ser algo prioritario y, sin embargo, es como si los encargados de hacerla también se hubieran tomado vacaciones. Seguimos dejando que sea Disney quien saque las risas de nuestros chicos y éste nos cuela cantantes puritanos como los Jonas Brothers y pijas orgullosas de serlo tipo Hanna Montana. Si nos descuidamos lo mismo nos endilgan la otra entrega de High school musical . Y nosotros tan contentos de ver a los chicos lo bien que se manejan con estos tíos en el Facebook y por ahí.

Del conquistador

Que alguien le obligue a irse de vacaciones a Paula Vázquez. Esta máquina de la presentación está a punto de desaparecer de puro delgada. Y es que esta segunda parte de Fama ¡a bailar! se está haciendo tan pesada que están quemando a todo el mundo. Por cierto, malas noticias desde Facebook del programa para los fans de Marbelys, su compañero Adrián Herrero, el coreógrafo argentino, falleció el lunes. Herrero era conocido por su papel de ayudante de la profesora de lírico pero ya antes había aparecido como el tutor de baile de aquel talent show horroroso llamado Supermodelos . Y hablando de horrores: se confirma que el próximo 12 de julio los que no hayan podido acudir a los Sanfermines, o se estén recuperando de la resaca, tienen la oportunidad de asistir, en primicia mundial, al debut de Paquirrín como monologuista. La Sexta es la culpable de este desaguisado. Al parecer piensan que los monólogos que escriben son tan buenos que hasta Kiko Rivera los puede interpretar. Allá ellos. Este personaje es uno de los ejemplos de cómo la televisión que se hace hoy en día crea seres famosos de los que nadie se explica su origen. Especímenes que son producto de una evolución alternativa y de las decisiones caprichosas de esta raza de creativos de televisión que están dispuestos a hacerla desaparecer como medio. Lo hizo hace poco Sardá llevando a Colate a su programa. Más como una probatura curiosa de quien se cree en posesión de la fórmula del éxito y que todo lo que tocan se convierte en mediático. Es tan pobre este tipo de televisión que al final, como se ha demostrado en los últimos premios de la Academia de Televisión, los premios se los llevan los de siempre. Las innovaciones aquí consisten en ponerle un micrófono a Paquirrín o al Conde Lecquio. Más vale que este año se les ha colado El conquistador del fin del mundo . Enhorabuena.