La primera vez

Si algo ha puesto de relieve el experimento de Tengo una pregunta para usted ha sido que, en televisión, todavía hay recetas de simple sentido común que pueden triunfar o, por lo menos, tener el suficiente atractivo como para mantenerse en esa competencia feroz que se plantea a diario entre las cadenas. El programa de ayer no fue brillante. Le faltó ritmo, el moderador Lorenzo Milá chirriaba en cada intervención y no aportó nada que no fuera «acérquese el micrófono a la boca, más, más». Lo curioso del programa de ayer es saber en realidad quiénes fueron los invitados. Los 100 entrevistadores o José Luis Rodríguez Zapatero. A los primeros en general les pudo la presión del directo. Hacerlo la primera vez en TV ante siete millones de espectadores y un presidente de Gobierno es una losa difícil de retirar. Por eso a unos les daba el lógico tembleque de los primerizos y otros resoplaban sin posibilidad de poder controlar los nervios y acababan la pregunta sin estar seguros de lo que habían preguntado. El miedo escénico se paseaba de un lado al otro junto con el turno de palabra. Zapatero también estaba algo nervioso. Después de todo, su experiencia en los debates televisivos no es muy grande. Ayer se vio que su cintura dialéctica no es para echar cohetes y que su tono recordaba a aquel verso de Machado que hablaba de la monotonía de la lluvia tras los cristales. Pero el verdadero éxito lo representó la audiencia. No porque le deseemos a TVE mejor suerte que al resto, sino porque el martes se vio que la gente aprecia el diálogo y la respuesta directa de los dirigentes políticos tan reducida y mediatizada en los informativos. Con Tengo una pregunta para usted se ha inaugurado un ciclo que tiene que completarse con Y yo para ti tengo una respuesta clara . Esto arrasa en cualquier parte y a cualquier hora.

Mirarse el ombligo

La Sexta se atrevió ayer a recoger la gala de los premios anuales de la revista de televisión TP. Esos que durante años siempre ganaba Milikito, ahora don Emilio Aragón, director general de la cadena que los retransmite. Otro de los clásicos de los premios TP fue José María Íñigo, que ostenta el récord de ser el presentador más premiado. Estos premios normalmente se correspondían con los programas de mayor éxito, y al final se hacía un premio especial para premiar a los programas buenos, como Informe semanal o los documentales de La 2, porque esto siempre le daba prestigio al certamen. Pero lo que se adivina detrás de todos estos premios con los que la gente de la televisión suele castigar a sus espectadores es su enorme ombligo. Es como si los protagonistas de la pequeña pantalla no se conformaran con el enorme éxito social y popular que, encima, tienen que rubricarlo con la recogida de un trofeo. Los premios en televisión son redundantes: van a parar a quien ya posee el Gordo del éxito y la popularidad. En la literatura, por ejemplo, los premios, en muchos casos, sacan del anonimato al autor y a su obra. Luego viene su publicación y todo ese proceso de promoción, distribución y ventas. Si esto sucediera en literatura, por ejemplo, Antonio Gala sería un ganador anual de premios por las novelas ya publicadas, y no digamos ya Arturo Pérez Reverte. El ombligo de la gente de televisión es tan acaparador que, además de hacer la tele, se llevan casi todos los trabajos de la publicidad y, no conformes con esto, Jesús Álvarez salta de los informativos al plató donde hace la vida Anne Igartiburu en Mira quién baila. Y ya el colmo: el hombre del tiempo de Telecinco, Mario Picazo, será el nuevo presentador de Supervivientes. Esto, más que un premio: ¿no será un castigo por los pronósticos fallados?

Guerra al debate


Esta semana hicieron su programa 100 los de 59 segundos . Un espacio que se ha hecho un hueco impensable en este país, pues se basa en el debate. Eso sí, el tema de que el micrófono sufra esas erecciones iniciales y el lento declive cuando el invitado ha utilizado el minuto, lo ha convertido en todo un fenómeno fálico y mediático. Una mezcla que deberían analizar los psicólogos. Que 59 segundos llegue a sus 100 ediciones tiene mérito, sobre todo si tenemos en cuenta que fue boicoteado por el Partido Popular apenas tuvo la primera oportunidad. La oposición de este partido al debate es algo que no tiene parangón en ningún país de Europa. Ahora le toca el turno al grupo Prisa por las declaraciones de su presidente que afirmaba algo así como que es muy difícil estar de acuerdo con la acción política del PP en unos momentos en que hay quien desea volver a la Guerra Civil. La frase podría parecer una pataleta si no viniera de Polanco que, como el anuncio de la cerveza, probablemente sea el empresario de la comunicación nacional más importante de todos los tiempos. Pero es que la actitud de revancha se ve todos los días por televisión. Los ciudadanos padecen esos intentos de crispación que se están llevando a todas y cada una de las instituciones públicas y privadas. Hay pataleos e insultos en el Congreso, la OPA a Iberdrola más parece un partido de fútbol que otra cosa, el enfrentamiento entre jueces y fiscales pone en entredicho la justicia. Algunos se quejan de que Aquí hay tomate, que por cierto esta semana cumple su programa mil, sea uno de los programas más vistos y resulta que el panorama político que los ciudadanos percibimos está a la altura de esas cloacas. Por eso vaya desde aquí mi felicitación para59 segundos pero también para Políticamente Incorrecto y a Kalaka de Xabier Euzkitze por dar cobijo con normalidad al debate y a la inteligencia.

Aznar y la vedette

BUENO, pues ahora ha trascendido que lo de Quintero era una depresión y que la censura de la entrevista al locuaz José Mª García lo ha dejado tocado. En TVE han visto que esto de las entrevistas es demasiada presión para una única persona así que, copiando a la televisión francesa, han importado la entrevista a 100 bandas. Por un lado estará el líder político y por otro un centenar de ciudadanos dispuestos a hacer una pregunta. Todo parece serio. La selección de éstos candidatos a periodistas por un día se hará a través de una empresa especializada en encuestas. Vamos, que para participar no hay que presentarse a uno de esos casting multitudinarios ni nada parecido. Elegir al entrevistador se puede convertir en una elección en sí misma y no digo nada a la hora de establecer el orden de las preguntas. Algo así como: «Señor Rajoy, Ángel, desde Guadalajara, pregunta si Navarra es negociable» o «Nerea, desde Pamplona, pregunta para cuando van a acabar las obras de la M-30». Con todo, mucho hay que felicitarse por la iniciativa. Hace apenas tres años estas mismas elecciones y casi todas en las que el Partido Popular estuvo en el Gobierno se ventilaron sin mayores debates televisivos. Estos días reponen en el programa vespertino Aquí hay tomate las reveladoras imágenes de Norma Duval ofreciendo su apoyo y tirón popular para la candidatura de un embigotado Aznar, que sonreía complaciente ante la diva. Hoy, todo aquello parece haberse desvanecido, pero con distinta suerte. Mientras Aznar, que por cierto se ha teñido el bigote y se ha dejado larga la melena, se va a los confines del mundo en busca del éxito mediático de Fernando Alonso, a la ex vedette le sacan a relucir su peor colección de trapos sucios. Más les valía a los del tomate dejar la discriminación positiva y explicarnos a qué obedecen esos cambios de look del ex presidente.

Cirugía a la carta


Qué poco ha tardado Teresa Viejo en encontrar programa. Está claro que éste es su momento y que no le tiembla la mano ni la pata de gallo en aceptar lo que le echen, así sea un reality como Cambio radical , una especie de programa milagro que está haciendo furor por medio mundo. Un concursante entra con su deformidad por una puerta y al final del programa sale hecho un pimpollo. Esta puerta abierta a la esperanza estaría bien si todo fuera en plan íntimo, es decir, que la tele les pagara la cirugía, las liposucciones o el cambio radical de dentadura (no sé si se atreverán con el cambio de sexo) como una obra de caridad. Pero no está el horno para bollos. El que quiera lucir palmito que se prepare porque, antes, medio país se va a enterar de su defecto y lo va a ver durante muchas ocasiones y en primer plano. Los caminos del protagonismo televisivo son inescrutables y los escrúpulos a la hora de diseñar la programación, inexistentes. Es posible que toda esta contaminación acabe haciendo mella en los presentadores. Jesús Quintero ha dado carpetazo a su programa aduciendo problemas de salud. Es curioso que tanto el programa de El loco de la Colina como La Noche americana de Carlos Ortega, es decir, los formatos de entrevistas más o menos íntimas, hayan sido retirados sin miramientos. Al parecer los espectadores preferimos una herida supurante a una confesión inteligente, elegimos ver los dolores de un concursante cosido a puntos antes que la conversación amena con protagonistas de interés. Normal, toda la vida viendo desperdicios, lo más lógico es que después despreciemos la esencia. Una vez superadas las arcadas ante los olores nauseabundos, estamos preparados para buscar en la basura y ahora, de la mano de mi admirada Teresa Viejo, nos atreveremos a hurgar, hasta donde haga falta, dentro de las heridas purulentas.

Monotemas

DIGAMOS que los primeros serían los de Telecinco, cuando cogieron la Fórmula 1 y la convirtieron en un espectáculo de masas con la ayuda inestimable de Fernando Alonso desbancando a la figura alemana de cuyo apellido indescifrable, si me lo permiten, no quiero acordarme. La verdad es que lo hicieron bien y contaron con la lotería del triunfo de Alonso, algo que los catapultó a lo más alto de los índices de audiencia y popularidad. Lobato pasó de ser un periodista más a ser una de las estrellas rutilante de la cadena, el calvo más famoso desde los tiempos del de la lotería. La apuesta de Telecinco salió bien y este éxito coincidió con la aparición de La Sexta, cadena que se fue quedando con todos los eventos deportivos que tradicionalmente habían sido emitidos por TVE. Especialmente doloroso para éstos fue la pérdida del Mundial de Fútbol y, otro golpe de fortuna, la consecución del oro en el Campeonato Mundial de Baloncesto por el equipo español después de toda una vida detrás de este deporte. Hoy La Sexta vive y realiza su programación en función del fútbol. Quizás por eso mismo este año TVE intenta sacarle todo el partido que le tiene, y algo más, al Campeonato del Mundo de Motociclismo. Esta vez, en lugar de realizar la retransmisión de las carreras y punto, ha querido imitar el éxito de sus competidoras para no dejarse comer el bacalao. El experimento no es del todo convincente, pese a que es precisamente la competición motera la que mayor número de campeones nacionales aporta. Y es que una cadena de televisión es algo más que un deporte por mucha exclusiva que se posea. Ahora los de Antena 3, además del Territorio Champions, han estrenado Cafetería Manhattan, una serie típica de bar y frutero, que aporta noticias del día recién pescadas. Por lo visto, todas proceden de la caña más a la derecha de los informativos de Antena 3.

Plaza abarrotada

El recuento de manifestantes de la manifestación del PP recuerda al dúo Sacapuntas, aquél que en el Un, dos, tres responda otra vez, de Chicho Ibáñez Serrador, hizo conocida la expresión de «¿Cómo estaba la plaza?» y respondían «Abarrotá, la plaza estaba abarrotá «. La pregunta se la hace cualquier espectador que viera el pasado fin de semana la televisión e intentara descifrar el número de personas que se concentraron en Madrid en la convocatoria del Partido Popular. El tema de las manifestaciones del PP está cobrando categoría de misterios sin resolver. Tanto que los organizadores no se cortan un pelo en asegurar que fueron de largo dos millones los manifestantes con el mismo convencimiento con el que el Linterna juntaba la punta de los dedos para decir que la plaza estaba «abarrotá». Como a Don Quijote, al personaje de Rajoy como eterno candidato, corre el peligro de crecerle, sin quererlo, la parte cómica. Ya comenzó su papel como Portavoz del Gobierno cuando el Prestige estaba hundido y el chapapote le salía a borbotones y a él no se le ocurrió nade mejor que aquella frase genial de : «le salen unos hilillos como de plastilina». Ahora el humor pasa de la plastilina a los dos millones de manifestantes y sabe dios dónde acabará. Lo cierto es que hoy lo veremos con Gloria Lomana, directora de informativos de Antena 3, que inauguran sección en las Noticias 2, junto con Urdaci que ya tiene más trabajada esa vis cómica y Juan Pedro Valentín. Este dúo que ejerce periodismo de policías y ladrones, en las mañanas de Antena 3 y que lleva a máxima expresión aquello de: «di lo que quieras, que a mí me pagan por llevarte la contraria». Si alguien quiere saber cuánta gente hubo en la manifestación digamos que: «la plaza, la plaza estaba abarrotá y le salían unos hilillos de gente por todas las calles, así como de plastilina».

Críos, fútbol y BBC

ME comenta Rubén Usúa, compañero aficionado al fútbol, que el partido del Osasuna frente al Glasgow Rangers comenzaba a las nueve y cinco de la noche y que la razón de esos cinco minutos era la BBC. Esta cadena pública no varía sus horarios por el fútbol, cosa que por estos lares es de lo más frecuente. Es tal el servilismo de la televisión hacia el fútbol que da auténtica vergüenza. Ayer fue el día del encuentro entre el Real Madrid y el Barcelona. El derbi del año y toda esa manida sarta de tonterías. Los de La Sexta invirtieron 15 horas de su programación en comentar el acontecimiento. Si una televisión recién creada con vocación de servicio publico y todo eso dedica esa infraestructura a un partido de fútbol deberíamos concluir que algo no funciona. Ninguna actividad, por muy interesante que sea, puede ocupar ese espacio sin que se les pueda acusar de fanatismo o algo peor. Teniendo en cuenta que un partido de fútbol ocupa 145 minutos, ¿puede alguien justificar las 7 horas y quince minutos restantes? El tema de las licencias debería ser revocable. Si uno incumple las normas le deberían quitar la licencia como le quitan a un conductor el carné por incumplir las normas de tráfico. Pero no. Cadenas como Telecinco, Antena 3 y TVE (que, por cierto, no tienen los derechos del fútbol) superan en un 60% la programación no apta en horario infantil. Si lo traducimos en horas es algo así como que, de las 15 horas de protección para los niños, durante 10 las criaturas están viendo contenidos prohibidos por la legislación. En el negocio de la tv, la norma está puesta con una clara vocación de incumplimiento, es decir, que lo normal de las normas en tv es que se incumplan y punto. Como normal es que nos enteremos de que la BBC sigue triunfando y cumple todas las normas y horarios al ir a ver, cómo no, un partido de fútbol.

Ni Belén, ni Coll

La serie Los Serrano será la más universal de nuestra televisión. Dicen que la están exportando a Portugal, Italia, Canadá y qué se yo cuántos países pero, a Belén Rueda, a su personaje, matarlo lo que se dice matarlo, lo han matado de malas maneras: sin imaginación y buscando una lagrimilla fácil, pero no profunda. Parece como que las negociaciones con la actriz les hubieran llevado a esta solución tan televisiva que es la de eliminar de accidente al que se pasa de listo o pide más de la cuenta. Otro de los personajes que se mató de mala manera televisivamente fue el de José Luis Coll. Vale que llevaba varios años retirado del mundillo e incluso algunos, como Luis de Olmo, lo habían apartado de malas maneras de su programa sin que jamás quedara claro si por pasota o por presiones políticas. En un país donde los medios de comunicación bailan del centro a la derecha con mucha facilidad, los cómicos han tenido que sobrevivir entre ellos como si fueran profetas. Primero contra Franco y luego contra aquellos que les querían colgar alguna etiqueta política, como si el humor fuera diferente según la orientación del dueño de la empresa. Salvo la entrevista específica grabada hace tiempo por Canal +, en esa serie que consiste en entrevistar a famosos y no emitir esa entrevista hasta que se hayan muerto, el resto se valieron del programa especial que hicieron hace ocho años cuando se murió su eterno compañero Luis Sánchez Polack, alias Tip. Quien se paseara por los obituarios que le dedicaron en tv, pensará que Coll fue una rémora en el humor genial de Tip. La pereza por recrear una programación a la altura de la muerte de este gran cómico se convirtió en injusticia, ya que su fallecimiento apenas fue un apéndice de la muerte de Tip. Quizás como castigo póstumo por su rebeldía.

http://www.youtube.com/watch?v=lW19DnWz6vg

Se escribe K.O.

Que la televisión es un espectáculo público al alcance de cualquiera me lo demostró mi hija pequeña al levantarse de improviso a la una de la mañana y quedarse boquiabierta viendo el combate de boxeo que a esas horas ponían en la televisión: «¿Papá por qué se pegan?». «A dormir que es muy tarde». El boxeo está viviendo en la ETB 1 una segunda juventud. Todos los viernes un buen rato después de la medianoche, cuando la mayor parte de los niños están a buen recaudo, se emite Boxeo Izarrak, un espacio conducido con ritmo y pasión por Pedro Mari Goikoetxea y Manu Maritxalar. Este viernes, los combates seleccionados se correspondían con una velada en Vitoria-Gasteiz -vamos, que se jugaba en casa- y la retransmisión habitual se pudo completar con entrevistas a los protagonistas y todo esos añadidos con que los programas deportivos ganan. Reconozco que no soy un gran aficionado al boxeo, seguramente porque no sea un deporte que haya practicado, con lo que mi papel como espectador se debate entre la contradicción de agarrar el cojín y la de suplicar que esa tanda de golpes no acabe en algo fatal. Claro que, poco a poco, me voy haciendo con cierta culturilla pugilística, que me permite entender al tándem Maritxalar y Goikoetxea (al que no se le escapa ningún crochet por ligero que este sea). Lo que empezó siendo una pasión tan inconfesable como la de ver las películas X y la Teletienda de las tres de la madrugada, ahora se ha convertido en espectáculo compartido del que se puede hablar en el trabajo y así. «Vaya vergüenza, el combate lo ganó Natxo Mendoza. ¿Por qué no dieron ganador al boxeador de Vitoria que mandó a la lona al francés a las primeras de cambio?». Está claro. Me queda mucho por aprender: mirar el reglamento y tomar medidas con los niños antes de que me hagan otra pregunta que me deje K.O.