Mapas y cromos

Resulta que Mariano Rajoy ha estado practicando con las preguntas que le hacían en Facebook antes de enfrentarse ayer a las preguntas en Tengo una pregunta para usted y al ejercicio de protagonismo contenido del moderador Lorenzo Milá. Hace bien Rajoy en entrenarse contra la improvisación para no volver a repetir momentos que pasarán a la historia de los despropósitos, como famosa Niña de Rajoy o los «hilitos como de plastilina» refiriéndose a las fugas de crudo del Prestige . Yo por si hubiera estado ayer en el plató tenía la pregunta de si desaparecerá el mapa de Navarra del tiempo de ETB si Basagoitia y López finalmente se lo hacen juntos o, por el contrario, lo ampliarán con La Rioja y Cantabria. Pero no tengo Facebook y tampoco me invitaron al programa que tanto recuerda al de Hay una carta para ti que presentara durante años Isabel Gemio. Lo dejaremos pasar porque hoy no toca hablar de las preguntas, sino de los datos de audiencia de este fin de semana. Indican que La Sexta con la F1 ha llegado a ser líder. Entonces resulta que el negocio de la tele al que tantas vueltas se le da es tan sencillo como el juego infantil del cambio de cromos. Lo tienes y eres un afortunado o no lo tienes y tu televisión no vale un pimiento. Los registros de Telecinco hablan de un espectador proclive a la infidelidad, que se los pone con cualquiera a nada que le ofrezcan un poco de espectáculo. Se dice que uno tiene lo que se merece y esta cadena ha trabajado su bajada con ahínco y perseverancia. Lo fió todo a la F1 y ha intentado con poco éxito meter el morro en el tema del fútbol. En el futuro quizás la programación se planifique más con la opinión y la visión realista de los espectadores que con el sota, caballo y rey con el que juegan los directivos.

Charcos de sangre

A veces, ver la televisión es un ejercicio de fortaleza. Algo que te trabaja los músculos de la paciencia y te entrena la capacidad para la sorpresa. Ver las escenas de la matanza de focas que cada año protagonizan esos cazadores a sueldo canadienses es una de ellas. Para quien las ve por primera vez, como es el caso de muchos niños que se las encontraron ayer en varios informativos, supone un choque de consecuencias difícilmente calculables. Puede que abracen de por vida alguna ideología ecológica y vegetariana o, por el contrario, asuman que la vida es macabra por naturaleza. No sé. Pasó lo mismo la semana pasada cuando vimos las cargas de los Mossos d’Esquadra catalanes dando estopa a los oponentes a Bolonia por oponentes, a quien pasara por allí por mala suerte, y a los cámaras y fotógrafos por cercanía. El caso es que ver el charco de sangre en mitad del hielo polar y las narices rotas de algunos compañeros son escenas que nuestros pequeños tendrán que sumar a su larga experiencia como espectadores de la violencia. Claro que, quizás sea mejor que sean espectador sufridos pero críticos a que se dejen llevar por esos programas de lucha libre que ofrecen en varias cadenas como espectáculo infantil. Se ve que la tele no es el único ámbito donde los chavales están desprotegidos. Ayer, muchas cadenas se hicieron eco del informe de la OCU según el cual l os adolescentes pueden adquirir bebidas alcohólicas sin mayores problemas. Madrid, Valencia, ciudades casualmente gobernadas por el PP, eran las más permisivas. Permiso como aquellos que, manda huevos, fueron capaces de devolver a sus familias 30 cuerpos sin importarles la identidad. Seamos permisivos con nuestros hijos, dejémosles que vean los informativos. Está claro que la vida puede ser más dura todavía.

Cóndores y Pumas

La localidad asturiana de Lastres, en la que se rueda la serie Doctor Mateo, ha recibido una afluencia de visitantes superior a la habitual. La televisión se traduce en fama inmediata. Tanto, que los que viven de ella saben que para seguir teniendo tirón es vital aparecer periódicamente en ella. Lo hemos dicho otras veces: quien no aparece en la pantalla va perdiendo caché hasta desaparecer de manera definitiva de las agendas de esta gente. Y para volver no queda otro camino que hacer alguna pirueta triple mortal para que te dejen caer sin red en La Noria o algún circo semejante. También los parajes que nos muestra ETB en la Patagonia son llamativos pero no sé hasta qué punto influirá esto en la decisión de ir a visitarlos. Programa a programa, la tensión va creciendo. Hay unos cuantos concursantes, y no daré nombres que luego todo se sabe, que esperan su momento de protagonismo para salirse del tiesto. Lo que unos entienden como trabajo en equipo otros ven una gran oportunidad de hacer crecer su personaje. A veces los concursantes dan un poco de miedo, más que todo de que pierdan la cabeza y hagan cualquier tontería. Lo digo porque hay precedente como en Paris Hilton Best Friend , un concurso inglés que selecciona a una concursante para que sea compañera de la Paris, la pija más universal del siglo XXI. El otro día, dos de las aspirantes iniciaron una discusión que se prolongó varias horas y en la que llegaron a pegarse. Hasta tuvieron que llamar a un psiquiatra para que interviniera y pusiera un poco de paz en aquella trifulca de descerebradas aspirantes a ser carne de futura exclusiva. Esperemos que la presión del final del concurso entre Pumas y Cóndores no deje huellas psicológicas y, por supuesto, no siga por los derroteros de tener que resolver los problemas llegando a las manos. Ya falta menos.

Hacia la Edad Media

LA tecnología multimedia sigue su avance imparable. Si el año pasado fue el iPhone, ahora le toca el turno a Apple, que ya posee un mando similar a las Wii. Están a punto de presentar un televisor con cuyo mando uno pueda fijar la imagen y acercarla para descubrir el detalle más mínimo, pero también otras funciones, como escribir y dibujar en la pantalla o manipular el movimiento de las imágenes. Vamos, que en nada tenemos la tele juguete soñada. De la que no sabemos si mejorará nuestros ratos de ocio pero que sí nos dará la oportunidad de escribir cuatro cosas cuando nos aburran con los programas de siempre o nos enfadan con esos tratamientos viscerales. De momento, los avances no son muchos y a lo sumo te dan pie para que puedas dibujarle un bigote a Mª Teresa Campos o unos cuernos a esos personajes que se dan el moco en Tengo una pregunta para usted. Sin duda evolucionamos, pero no queda claro si los caminos que vamos tomando en cuanto a modas y fines son los más correctos. No me digan que no da miedo el servicio de Google llamado Street View, que graba puntos de la ciudad y luego los cuelga en su red. Una cámara oculta que pilla inmisericordemente a la gente en los lugares comprometidos como puede ser la puerta de un sexshop o en situaciones delicadas como puede ser qué sé yo: ¿una detención? Y hablando de tendencias con nombre en inglés: parece que va en aumento el llamado sexting. Esto es que a los chavales USA les ha dado por grabarse desnudos con el móvil. Este morbo exhibicionista debe ser lo último y lo más in en rebeldía juvenil. Ya ven: control policial y pornografía de pajilleros. Vale, la tecnología avanza imparable por las autopistas del futuro pero parece que la mentalidad humana regresa poco a poco al abrigo de las tinieblas de la Baja Edad Media.

En extinción

Lo de dividir la serie Una bala para el Rey en dos entregas es un ejercicio exagerado. La trama que han montado no daba para eso. Se han pasado, no porque la historia no mereciera la pena, sino porque los personajes que han creado no dan para tanta acción dramática. Eso de ponerle al monarca tantas veces en el punto de mira tiene su morbo en un país que, como la cerveza, sea posiblemente republicano y presuntamente anarquista. El diseño de la personalidad de los malos más parece sacado de una conversación de socios radicales del Madrid que de supuestos activistas de ETA. Claro que también es cierto que los extremos se tocan, y aquella historia real en la que se basó habla bien claro de las chapuzas que Policía y terroristas son capaces de llevar a cabo ante la mirada indiferente del resto de los ciudadanos, que van a lo suyo en el día a día. Y en ese devenir diario hay historias que acaban atrapando. Veo en Vertele que es el turno del gran documental que hace más de un año emitió La 2 de TVE sobre la tribu de los Aplastacabezas. Según algunos, la tribu más misteriosa y peligrosa de la Amazonía. Ahora el documental está en Youtube, que en ocasiones más que el portal donde descubrir perlas puede ser al contrario: un lugar donde las historias bien contadas tengan una segunda oportunidad. Para quien quiera verlo se titula Korubu morir matando y lo firma Luis Miguel Domínguez. Tanto este filme documental como el de la bala que persiguió durante dos jornadas la figura del rey en Antena 3 manejan el lenguaje de la desesperación. Dos mundos en extinción. Uno que roza la épica, el de los Korubus, que camina irremediablemente hacia la nada, y otro, el de ETA, sólo soportable como argumento televisivo pero que, desde hace tiempo, sobra en la realidad.

Esto ya lo he visto

El tema televisivo va por modas. En unas gana el corazón sobre los concursos y en otras, qué se yo, pueden los programas de humor sobre los debates. El caso es que este año los premios de la Academia de TV parecen los mismos que los del año pasado. Puede ser tendencia o que más vale candidato conocido que genio por conocer. El caso es que Andreu Buenafuente, Pablo Motos y Gran Wyoming vuelven a disputarse, por poner un ejemplo, el premio al mejor presentador de TV que ganara Buenafuente y no fuera a recogerlo, y repiten El hormiguero, Sé lo que hicisteis y Buenafuente . Hay otros que siguen apareciendo pero ya estoy algo aburrido de reseñar la voz engolada de Matías Prats y los empujones con los que remarca las palabras como vocalizando para gentes de pocas entendederas que es el estilo que practica Lorenzo Milá. Los premios de la Academia son para los mismos perros que, además, llevan los mismos collares. Y es una pena porque con su elección anual podrían marcar el norte de por dónde debería ir el medio televisivo.

Afortunadamente hay programas que no dependen de los premios, aunque tampoco les vendría mal que los premiaran. Uno de ellos es Pásalo de ETB 2, un informativo vespertino con debates, que si no existiera habría que inventarlo. Por un lado, por ser uno de los pocos espacios donde la libertad de expresión tiene cita diaria; por otro, por el valor formativo y humano que consiguen los temas tratados desde los puntos de vista más encontrados. No hay que desanimarse, algún día se darán cuenta de ello. De los premios de la academia yo apuesto a que este año no gana Buenafuente, después del plantón estilo Woody Allen que les dio el año pasado. Los dos restantes se lo pueden repartir a cara y cruz. Ya se sabe que los premios son una pura lotería en la que algunos tienen todos los boletos.

De fugas y chorreos

HAY un trasvase de espectadores del cine hacia la televisión. De hecho las últimas cifras hablan de que la hemorragia supera los 9 millones que al parecer prefieren esperar a ver los estrenos por la tele a sentir el privilegio de ser testigo del estreno en una sala de cine. Puede que la culpa también sea del mismo cine. Que la apuesta creativa no esté a la altura y los exhibidores tengan pocos argumentos para atraer a la gente hasta los patios de butacas. Porque prueba de que el cine tiene tirón en la tele es que todas las cadenas lo utilizan como producto recurrente y competitivo. Unas veces como espacio fijo como El peliculón de Antena 3, o la Noche de… de ETB2 o en esos momentos donde les conviene improvisar una alternativa para competir y colocan un filme digamos de éxito.

Aunque algunas cadenas también están sufriendo el chorreo de espectadores. Tan preocupante en Telecinco que no encuentran otra solución que proponer a Jesús Vázquez para que presente todos los programas. Tanto han pensado en él que le han ofrecido estar en, ahí es nada: Supervivientes, Operación Triunfo y La guerra de los sesos.

Jesús Vázquez se ha quejado tímidamente de esta sobrecarga de trabajo que le proponen (o le imponen), en plena crisis y con el paro creciendo como los hongos en mitad de este nuevo clima, lo del pluriempleo de Vázquez suena mal. Aunque para males los que ha superado Jesús Neira que va a pasar del coma a ser el tertuliano más buscado. De momento ha fichado por Espejo público el programa matinal que presenta Susanna Griso, y que lidera las mañanas. Claro que por otra parte, los de La Noria contraatacaron ayer fichando a Violeta Santander, la mujer a la que el profesor Neira defendió. ¡Anda que no hay que hacer méritos para convertirse en una estrella de la televisión!

Un kilo de agonía

NOTICIAS como la protagonizada por el joven alemán que se ha llevado por delante a varios miembros de su antiguo colegio dan una idea de que las series más macabras se siguen produciendo en la realidad. Así que no es tan descabellado que uno se las crea en la ficción. Estas noticias contribuyen al creciente miedo de algunos miembros de la sociedad a salir a la calle. Sienten que apenas durarían unos minutos. Claro que en la tele también hay mensajes que contribuyen al terror. Es el caso del cantante, o lo que sea en estos momentos, Michael Jackson. La criatura ha pedido visitar a una ex concursante del Gran Hermano británico llamada Jade Goody. Esta mujer padece un cáncer de útero terminal y se ha hecho famosa porque tiene vendida su agonía en varios medios ingleses. Dicen de Jackson que es gran aficionado a GH y, como no pudo hablar con ella, pues pidió que la dijeran que «pensaba a todas hora en ella». No sé si los caminos del marketing son inescrutables o directamente repugnantes. Pero ha debido de pensar que a grandes, males grandes remedios. Es tan baja la popularidad de este cantante, ocultista o lo que sea ahora Michael Jacson que chirría este burdo modo de vampirizar la popularidad de una enferma terminal mediática, que ha decidido crear una herencia a sus hijos a costa de los medios morbosos de la televisión inglesa.

Miedo lo que se dice miedo es el que provocan los capitanes de rojo de El conquistador del fin del mundo con su juramentos. Si pierden el fuego se cagan en lo más alto y si les descalifican por tramposos amenazan a la cámara como si lo hicieran directamente al espectador. Hay lenguajes que los asume también el medio que los permite. Llegados a este punto de insensatez, cachis en la mar: que lo echen a cara y cruz y que se ahorren la llegada al faro.

Escaparate roto

La impunidad con la que descargamos archivos tiene sus días contados. De momento es como esos apagones de las películas que producen la rotura de escaparates tras la que los ciudadanos normales pierden las formas y entran y cargan con mercancías robadas. Estamos ante una oportunidad histórica de acceder gratis a productos que en el mercado cuestan una pasta. Es necesario ponerle puertas a este campo y Francia, que siempre se ha caracterizado por cuidar la cultura, quiere intentarlo. Al parecer, a todo aquel que se atreva a meter mano al escaparate roto de Internet recibirá una advertencia sobre lo malo de su acción. Quieren crear un dispositivo chivato que emita 10.000 advertencias diarias. Acostumbrados a mil advertencias, un aviso de estos que te mande el guardián virtual mucho no impresiona. Mientras al público se le pide legalidad, las copias circulan por mercadillos ilegales y mafias, que no sé qué es lo peor. Este espantapájaros del ciberespacio que quieren implantar los gabachos no puede ser la única garantía que evite las descargas ilegales. Llevamos tanto tiempo con los cristales de la red de redes rotos que deberían presentar todo un plan de reinserción personal. Después de años de descargas gratuitas a ver cómo conseguimos reintroducir el concepto de que esos artículos hay que pagarlos y punto. El problema es generacional. Los jóvenes has sido quienes más han entrado a este supermercado abandonado a su suerte, hurgando con atrevimiento en los rincones más recónditos. A ver en qué queda esto de las descargas ilegales. Se equivocan si lo quieren convertir en delito criminalizando a la gran mayoría de los jóvenes usuarios. Vale: que echen la luz y que comiencen a cerrar de una vez las ventanas y las puertas; poco a poco, la gente se dará cuenta de que Internet forma parte de la misma sociedad que cobra por todo.

Cómete el rabo


LA crisis nos obliga a meter más horas delante de la tele. Vamos, no es que nos obligue nadie, es más bien que uno siente que no es prudente lo de salir por ahí mientras la bolsa donde se creía que estaba la pasta del mundo se desinfla, llena de puro aire como estaba. Así que los que criticamos la tele ahora tenemos más responsabilidad de que ésta sea buena, guste y pueda tener alguna utilidad para los espectadores. Y entonces nos proponen esos concursos de hacerse millonario. Pero eso no vale. Si en tiempos de crisis la apuesta por la lotería hace que la gente deje su futuro en manos de la suerte, la tele de la crisis debería ser radicalmente distinta y no conformarse con cambiar de presentador y poner el toque infantiloide de Ramontxu García para reactivarlo ¿Quién quiere ser millonario? Quien se ha decidido a intentar ser millonario es Julian Iantzi que ha fichado por Ana Rosa. Difícil elección la de Julián acostumbrado a pelarse contra las rabietas de Juanito Oyarzabal tendrá que cambiar el chip para adaptarse a ese papel de chico de los recados que con tanta dedicación ejerció Óscar Martínez.

El Follonero monta al presidente del Sevilla, Del Niro, en su taxi después de que su frase de comerse al león la cambiaran en San Mamés por la de «comete el rabo». A Jordi Evole hay que reconocerle ese don de la oportunidad, esa capacidad desbordante para vislumbrar los temas e inmediatamente llevarlos calentitos a la tele. Ya lo hizo con la guitarra de Chikilicuate a Su Santidad, ocurre hoy con Del Nido, y en aquel histórico programa sobre Los Caídos en el que fue capaz de ponerle un ramo republicano a la tumba de Franco. No siempre es brillante y muchas de sus apuestas se quedan en nada, pero hay que reconocer que sus aventuras son ambiciosas; buscan de manera innovadora el humor. Lo mejor de Evole está todavía por llegar.