Goyas sin estrellas

La gala de los premios Goya se resolvió con ciertos cortes de esos que se nota que no es en directo y un ritmo algo menos mortecino que la soporífera sesión del año pasado. Según preguntes, para unos el presentador José Corbacho estuvo sobrao o todo lo contrario. Y es que por más que se intente, el cine español no tiene el atractivo del americano y pasa lo mismo con el tirón en la entrega de los premios. La gran novedad de este año residía en eso de colocar en el exterior del teatro a unos entrevistadores que fueron preguntando y, en la mayor parte de los casos, presentando a las estrellas. Y es que el problema de nuestro cine es precisamente ese: muchas de las estrellas son gente desconocida a la que hay que presentar. «O sea, tú eres Antonio de la Torre, para quien no lo conozca, el protagonista de Azulosucurocasinegro» . Pero los prolegómenos lograron crear cierta expectación sobre lo que iba a ocurrir minutos más tarde en el interior del teatro, que, por cierto, nadie se ha preocupado de decir en qué local se desarrolló. El tema es que el calentamiento del acto por parte de los chicos de España directo dio como resultado que asistiesen desde sus casas, un millón de personas más que en la última edición. Esto es positivo, sobre todo si tenemos en cuenta que el cine español perdió seis millones de espectadores si lo comparamos con el año anterior. Es curioso que, con todo el potencial que tiene TVE, acabe dejándolo en manos de una productora privada y esos cuatro chavales que recorren de cabo a rabo la península y con el presentador José Corbacho, que les da para el pelo todas las noches en Buenafuente . Pero algo es algo. Del millón de personas recuperado quizás mil se animen a ir a ver alguna película de las premiadas. El resto es muy probable que siga a Corbacho con Buenafuente en Antena 3.

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Deltell y Lobatón

UNO no sabe si el mayor mérito de Xabier Deltell es el de poner esa cara o sacar la carcajada tocándote no sé qué fibra íntima y primaria. Se hizo famoso haciendo entrevistas esperpénticas a tipos colgados que luego montaban en Crónicas marcianas y las servían frías como los entremeses de verano. Eran temas tan burdos que Sardá acababa la sección con la frase excusa de «Deltell, estás despedido». Pero a Deltell no sólo no lo despidió nunca sino que ahora se lo rifan. En Cuatro sigue haciendo lo mismo que en Crónicas y por si fuera poco, los de Mira quién baila lo han fichado como personaje patoso y salido con licencia para todo con tal de que saque la carcajada del público y, de momento, lo está consiguiendo. Bailar no baila pero, a estas alturas, se ha demostrado que lo que menos importa en este programa es el baile, y sí ese toque graciosillo que últimamente van tomando casi todos los personajes, incluida Anne Igartiburu, que cada día se suelta mejor la melena y se permite licencias y chistes facilones.

Échese a temblar si usted se encuentra en paradero desconocido y no quiere que nadie le reclame. Tenga cuidado porque Antena 3 recupera a uno de los grandes. Paco Lobatón dirigirá el programa Los más buscados. Una mezcla entre el famoso Quién sabe dónde, con el que arrasara en la década de los noventa, y el Se busca de las películas del oeste con foto del forajido incluida. El programa viene en apoyo de las mañanas de esta cadena, en las que la rubia Susana Griso no parece haber obtenido todo el apoyo de la audiencia que esperaban. Ahora, con Lobatón dando la murga todos los días, habrá que tomar precauciones. Ojo con alargar las juerga, lo mismo recibimos en directo la llamada de la madre o nos sorprende en plena gaupasa la voz de la hija pequeña gritando en riguroso directo: «Aita, vuelve a casa que ya es mediodía».

Sexo y Farruquito

UNA gran máquina de escribir y una luz muy contrastada son los elementos del nuevo programa de entrevistas que propone TVE para el prime time de la noche de los miércoles. Puro suicidio, si no fuera porque quien completa ese escenario es un viejo Ratón colorao . Porque está admitido como verdad contrastada en la profesión periodística que si alguien sabe sacarle partido a las entrevistas ése es El loco de la colina , que ayer estrenaba su nuevo programa, La noche de Jesús Quintero . En su estreno ha querido contar con el personaje que roce la caída libre en el escurridizo alambre de la fama y la perdición. Su entrevista a Farruquito fue toda una declaración de principios sobre lo que su nueva temporada pretende. Pero ojo con el personalismo que últimamente destila este periodista-artista. Su programa pretendidamente de autor choca con la personalidad que debería ejercer TVE: una televisión pública, además de parecerlo, ha de ejercer un liderazgo moral independientemente de las audiencias y peleas comerciales. Para empezar, unas fuentes dicen que Farruquito cobró veinte millones de pesetas por someterse a las preguntas del loco , y otras, que fueron sus ganas de decir la verdad las que le animaron a ir gratuitamente al programa. No es que los 20 kilos escandalicen a nadie después del saco sin fondo del déficit del Ente y las personas, incluida la nieta de Franco, a las que han sido capaces de contratar en los últimos años.
Un día antes el fantasma de La Sexta seguía en el más allá su lenta lucha por hacerse ver como las demás cadenas en nuestros hogares. Llegan noticias de Alessandra… sólo sexo , un nuevo programa didáctico que, como su propio nombre indica, habla de sexo. Alessandra es una argentina de apellido Rampolla pero desconozco si su propio apellido indica algo o es pura casualidad.

Roto o descosido

ESTOY convencido de que «de mayor yo quiero ser concursante» supera con creces la respuesta que hoy daría los niños por encima de bombero, médico, etcétera. Esta eclosión de gente que ve en el concurso televisivo una salida profesional acabará, si es que no la hay, con academias y escuelas de los concursantes que alcanzaron tanta fama, en su momento, que pueden convertirse en profesores de los miles de aspirantes. Si quieres triunfar en Gran Hermano, matricúlate en la academia de Kiko. Seguramente todo el conocimiento y las materias se puedan resumir en un libro tipo Cien consejos para atrapar al espectador o Cómo poner de tu parte a la peña que manda sms . Es tal el prestigio mediático que reciben estos concursantes, incluso mucho después de haber aparecido, que en Cuatro han pensado que sería bueno juntar a todos esos ganadores de concursos. Así lo presentaba Boris Izaguirre, que ahora ha pasado de poner toda la carne en el asador de Crónicas Marcianas a esa jubilación vespertina, aburrida y placentera que parece vivir junto con Ana García Siñeriz y el otro colaborador de Sardá llamado Juan Carlos Ortega. No recuerdo el nombre del programa y permítanme que no utilice más tiempo en comentarlo. Hacer un programa con los retales del pasado es una tentación que acostumbra a salir mal. Conociendo cómo se las gastan alguno de estos ex concursantes, tendremos algún escándalo que les asegure el regreso a los platós. Y para finalizar con otro concurso, la segunda aparición del presentador de informativos Jesús Álvarez en Miraquiénbaila no deja de llamarme la atención. Cuando aparezca de nuevo informando tendremos la impresión de que se va a subir encima de la mesa a claquear en plan Fred Astaire. Se ve que a algunos en vez de jubilarlos los reciclan. Lo mismo tapan un roto que un descosido.

Gargantas rotas

NO creo que la garganta partía de Paula Vázquez aguante la tortuosa elección del próximo representante en el festival de eurovisión. Si vemos los ganadores del año pasado esta votación puede interpretarse como una tomadura de pelo más que otra cosa y si a la Vázquez le apañan una letra es muy probable que cosecharan un gran resultado si la presentan. Tanto como el que desde octubre y domingo a domingo está consiguiendo la serie de ETB Balbemendi sobre los misterios de l a desaparición de Irati en poblado de Artikutza y las sospechas de que Ane puede estar detrás. La serie debe estar llegando a su final pero quizás la realidad del asesinato del alcalde de Fago en el pirineo aragonés le confiere cierta actualidad a la temática, de esa historia que protagoniza con credibilidad la actriz Edurne Azuara. Todo lo contrario a la credibilidad que tiene el personajes de Risto en la el concurso Operación Triunfo, programa que por cierto ha entrado en la fase final. Este personaje es la única novedad en esta edición y, si me apuran, es la única novedad importante desde que se estrenara hace seis años. Un personaje que, pese a su rápida popularidad, todo el mundo ha asumido que se trata de un actor más que de un juez típico. Quizás por eso sus comentarios hirientes de tío borde oculto tras unas horteras gafas de sol de diseño, ahora rebotan en los concursantes con la normalidad de una pelota en manos Martínez de Irujo. Con Risto este programa ha sorprende hiriendo, como le ha ocurrido al Gran Hermano inglés que ha tenido que llegar una india para que salten los gestos racistas, el escándalo y, por supuesto, la audiencia, que había escapado de aburrimiento y ha vuelto a interesarse. La Milá y compañía habrán tomado buena nota. Ya ven por donde van los tiros en tv: gargantas partías, tíos bordes e insulto al inmigrantes.

Original de USA

DESPUÉS de asistir a la desilusionante ceremonia de los Globos de Oro con el fracaso de Volver de Pedro Almodóvar y la actriz Penélope Cruz, uno podría estar contento por el triunfo sin paliativos de Cuatro. La cadena así lo interpretaba anunciando que cuatro de las series que ellos emiten habían recibido el espaldarazo de ese certamen de cine y televisión que se basa en la votación de la prensa. Junto al éxito del actor que interpreta a House, Hugo Laurie, y al actriz Sara Oph, de Anatomía de Grey, están la serie Medium y esa magnífica obra llamada Roma , un proyecto de la BBC que indica por dónde deberían ir los tiros de otras televisiones públicas como TVE ahora que ha tomado las riendas un nuevo equipo directivo. La apuesta de Cuatro por la ficción va a tiro hecho pues casi todas ellas son producciones americanas que, en muchos casos, son productos ya estrenados cuya fama les precede. Esta cadena ha tenido claro que en este aspecto no va a andar con probaturas y demanda la denominación de origen USA para sus estrenos. Así parece que a las ya consagradas en parrilla, incluída la estrenada ayer Psych, añadirá su gran apuesta Ugly Betty, que es una versión muy americana del manido producto de Betty la fea , que podemos ver en Telecinco por las tardes, pero que aquí formara parte del competitivo horario de la noche. En este aspecto la oferta que planea Cuatro es muy consistente: nuevas entregas de Roma, Anatomía de Grey yEntre fantasmas . A las que añadirá estrenos como el gran éxito yanqui del año Cinco hermanos, del que hablaremos en su momento, y por supuesto el cambio generacional que nos propone el clásico Smallville. En Cuatro tienen razones para estar contentos con los Globos de Oro. No así la pequeña industria televisiva de aquí, que tiene que conformarse con el incómodo papel de segundón.

De puro viejos

Salir en televisión se está convirtiendo en una manera de premio, toda una lotería. Muchos se quejan de la persecución mediática y del acoso permanente al que son sometidos, pero, cuando durante una temporada ningún cámara les persigue, preparan un montaje que les devuelva la atención perdida. La vida del famoso es muy puñetera: o te asedian o te olvidan y entonces dejas de ser famoso. Pura contradicción. La que parece haberle sacado partido a su popularidad no buscada es Ana María Ríos, la gallega detenida en Cancún a la que acusaban de tráfico de armas porque le habían colado en su equipaje munición como para tomar el Distrito Federal. Pues la tía pasó la gorra el sábado por el plató de Dolce Vita. Unos dicen que para comentar su desnudo en la revista Interviú . Pero lo cierto es que esta chica con su detención cogió muchos boletos y ahora parece que no está dispuesta a dejarlos sin cobrar. El negocio es recíproco y bastante burdo. Mientras le preguntan cuánto dinero va a ganar enseñando su cuerpo van mostrando las fotos del reportaje de la revista. En realidad no les interesa nada de lo que diga fuera de mostrarla desnuda. Ocurre lo mismo con Darek, el novio, o lo que sea, de Ana Obregón: llevan dos semanas enseñando unas imágenes suyas siendo manoseado por un supuesto doctor y otras con una bandera de piratas como taparrabos. Hasta ahora nadie se había atrevido a mostrarlas seguramente porque no habían sido publicadas por una revista. Al parecer el sábado lo hicieron en el mismo programa (Dolce Vita) . Yo no estaba allí, así que hablo de oídas. Hay programas a los que se les ha visto tanto el plumero que no se entiende a qué juegan con su teatro y sus engaños. Como los sátrapas en los gobiernos totalitarios, la única esperanza que nos queda es que se mueran de puro viejos.

¿Soy lo que veo?

TOMÁNDOSE en serio lo de año nuevo vida nueva, en Cuatro se han inventado un programa titulado explícitamente Soy lo que como. Se estrenó el pasado viernes. Al parecer su pretensión va de buen rollo: cambiar los hábitos alimenticios de la sociedad. Una iniciativa digna de una televisión pública que debería velar porque al menos sus espectadores comamos sano y vivamos muchos años para que sigan chupando del erario público. Pero la iniciativa una vez más ha corrido de una cadena privada. Uno se prepara una de esas opíparas cenas para deglutir delante de la caja tonta y echar la noche sentado hasta las tantas en el sofá y allá le van poniendo al día de las pasadas a las que somete a su cuerpo con esas grasas saturaradas, los azucares sintéticos y todas esas bombas de relojería alimentaria con las que convivimos a diario. En principio, el programa será educativo, como aquel de la Supernanny, que primero ponía a las criaturas a raya y luego se retiraba una temporada y volvía para ver si de nuevo se habían convertido en niños asilvestrados o sus padres habían sido capaces de educarlos con normalidad. Con Soy lo que como después de dejarte un listado de buenos hábitos y la dieta estricta luego se pasan de nuevo para ver qué efectos ha tenido el régimen. Si, milagro, has vencido el trotecillo permanente con el que la mayoría caminamos hacia la obesidad, o se ha producido el cambio y hemos virado el timón de nuestros malos hábitos y nos hemos convertido en defensores de la frugalidad. En una programación repleta de edulcorantes, vísceras y telebasura un programa así debe ser bien recibido. Entre otras cosas, porque una vez resueltos nuestros problemas alimentarios quizás le hinquemos el diente a eso de Somos lo que vemos . Con cuerpo y alma recuperados: ¿Quién aguanta las salsas rosas y los chistes de Arguiñano?

Conquistadores

Quizás lo mire con buenos ojos, pero creo que hay varios aspectos que diferencian El conquistador del fin del mundo de otros programas concurso de encerronas y convivencia. Puede que este cariño a un programa, que de otra manera me produciría repelús, se deba a que los concursantes manejan un acento que me suena, incluidos los tacos y juramentos que son capaces de introducir en una frase. Y cómo no, esa parte de apuesta deportiva tan características de estas tierras. La elección de Juanito Oyarzabal de un lado como capitán de uno de los grupos y del otro, el de Mikel Goñi, puede dar mucho juego. La personalidad demostrada en el primer programa, donde el montañero ejercía de comandante y el pelotari era un colega más capaz de romperse un dedo por ganar una de las pruebas a pesar de tener 39 de fiebre. De momento no sabemos hasta qué punto los concursantes han decidido esconderse detrás de un papel o se muestran tal y como lo harían en la realidad. El concurso es largo y la convivencia dura porque la traición se esconde detrás de cada acto, se encuentre o no la cámara presente. Es posible que Juanito esté más acostumbrado a aguantar las críticas y tenga sus espaldas preparadas para soportar las críticas de sus compañeros. El año pasado se demostró que hasta los mejores actores perdieron su máscara. ¿Recuerdan a aquel bombero que casi llega a la final de buen rollo pero al final le perdió la boca? ¿Y la hermana de Somarriba que su actitud de Bambi le sirvió para ir pasando pruebas? Oyarzabal ya ha demostrado que va a ser todo lo borde que la situación lo requiera, y como esto no es la montaña, puede que sus compañeros se lo pulan a las primeras de cambio. Y de Goñi pues lo mismo: que sus camaradas le pidan menos empuje y más cabeza. El fin del mundo pasa por ir conquistando uno a uno a todos los concursantes.

Mafias de rebajas

Los primeros en ir de rebajas son los cámaras de televisión, que todos los años entran en los grandes almacenes; toman ese plano tradicional y ridículo en el que la gente se aglomera delante de la puerta y luego entra en tropel, corriendo hacia el interior apenas les abren las puertas en busca del artículo con el 50% de descuento. Vivimos en un tiempo de gangas y si miramos lo que está ocurriendo en el mundillo de la televisión es como si ésta estuviera eternamente de rebajas. Repitiendo y repitiendo el mismo programa de televisión. Convirtiendo a los mangantes en las personas más destacadas y de mayor notoriedad por el despliegue de medios que les dedican. Ya me dirán si no cómo se explica que en la puerta de un prevaricador de Marbella haya más periodistas que en la del ganador del premio Nadal Felipe Benítez Reyes, al que, como es lógico, muy pocos en este país conocían, y que lo ganó con su obra Mercado de espejismos. Hagan la prueba y pregunten en su entorno quién conoce a Angela Vallvey, o por su novela Los estados carenciales con el que ganara el Nadal en 2002, y luego pregunten por Kiko el concursante de Gran Hermano , o David Bisbal que se hicieron famosos ese mismo año. La desproporción con la que se tratan los temas en televisión nos está quitando la perspectiva. Hace unos años hubieran hablado del ganador del Nadal como el poeta de Cádiz, la tierra de Rafael Alberti. Hoy sería el coetáneo de Ismael de Gran Hermano , es decir de Cádiz, un lugar indeterminado que se encuentra entre el campo del Sevilla, el Ramón Sánchez Pizjuán, y el penal de Alhaurin de la Torre, donde descansa lo más granado de nuestra civilización a juzgar por las horas que les dedican. En la tv que padecemos siempre estamos de rebajas. Ser un mafioso da caché y es una ganga todo el año.