Conquistadores

La existencia del purgatorio es una jugada maestra con la que finalmente me he enganchado a El conquistador del fin del mundo , serie con la que ETB 2 está arrasando la noche de los lunes. Pasa que mientras todo el mundo pensaba que los concursantes perdedores de la prueba abandonaban la Patagonia rumbo al País Vasco, va y no es así. Recuperan esa fase precelestial y les han creado un purgatorio donde reflexionar sobre lo acontecido y donde pueden tener una oportunidad de volver de nuevo al concurso. Cinco concursantes han vivido en este lugar donde, de paso, se han ido enterando de estrategias y opiniones de otros concursantes, y han cambiado de opinión sobre alguno de sus compañeros. Lo genial es que los ganadores viven el momento creyendo que son los elegidos cuando del más allá va a venir como un espectro de Ahinoa Somarriba para darles un serio susto a sus aspiraciones finalistas. Semana a semana, la serie va calando, pero digo yo que más por la ternura de sus concursantes que por su afán de superación física. Llegados a este momento no estaría de más que se le diera la vuelta al tema. Parece, y eso está muy bien, que las pruebas físicas no decidirán el ganador. Esperamos la sorpresa y la cara que se les va a quedar a los finalistas con el regreso de un fantasma. Sin duda, en la conquista de los corazones el primer premio se lo llevará Ana Gutiérrez, la navarra de San Adrián que cedió su puesto en la repesca a Somarriba. ¿Colón cedería a algún Pinzón la oportunidad de descubrir un continente? Unos piensan que la ficción supera la realidad, pero esta chica nos ha demostrado que la vida está llena de personas capaces de renunciar a sus sueños con tal de que otros los consigan. Ahora que sé más de ellos me pena no haberlos atendido un poco más. Es la ley del espectador: para amarlos hay que creérselos.

Mentes enfermas

Marc Cherry es el creador de la serie Mujeres desesperadas . Es interesante que la idea de escribirla se la dio su madre octogenaria. Escuchaban por televisión la noticia de una mujer que había ahogado a sus hijos en un arrebato de locura. Cherry se preguntó como quien no quiere la cosa y en voz alta cómo puede llegar alguien a estar tan desesperado como para hacer algo así. Su madre, sin darle mayor importancia, dijo: «Yo lo he estado». De semejante comentario nació la idea para una serie. Las vidas aparentemente ejemplares encierran secretos terribles y frustraciones inexplicables. Y esto mismo nos ocurre a los espectadores. De entre toda la oferta televisiva nos atrae poderosamente esa parte oscura y morbosa que ofrece a caudales la llamada televisión basura. Del tratamiento de la muerte de Rocío Dúrcal se podría llegar a la conclusión de que, quienes manejan la televisión, son mentes enfermas cuya única aspiración es que las nuestras, nuestras mentes, estén a su altura. Parece que la muerte de la Dúrcal ha sido una simple prueba de lo que nos aguarda cuando eso mismo le suceda a la otra Rocío, cuya vida se debate entre la fiebre y la desproporción de unos medios de comunicación que han perdido el norte. La enfermedad de los famosos convierte a parte de esta profesión periodística en pájaros de mal agüero o, peor, simples buitres de la carroña informativa que provocan los famosos a punto de cascarla. Desde luego no voy a pedir un poco de sentido común desde estas líneas porque muchos de mis colegas dirían, con razón, que estoy fuera del mercado. En el espectador anónimo que se sienta en el sofá está buena parte de la respuesta al futuro que le espera a la televisión basura. Mientras los ilusos creen que eso ya no se estila, va su madre y la socializa para toda la familia.

Pañuelos fuera

MENUDA semana. No conformes con el protagonismo dado por ETA a una mujer en su comunicado, TVE repone la nueva temporada de Mujeres desesperadas, que tanto éxito tuvo y estrena la serie Con dos tacones. De nuevo el mundo de la tv como escenario y ámbito para las mayores aberraciones y locuras. Al parecer, el propio medio genera tal expectación que las series que tratan sobre él no pueden aguantarse las ganas de presentar unos personajes en los límites de la desesperación permanente, vamos: un puro sinvivir, al borde de un ataque de nervios. Aunque no termina de ser lo mismo, Con dos tacones tiene mucha similitud con Fuera de control, tanto en la utilización de la tv como medio y por lo disparatado de sus historias. Pero si nos hemos enfrentado últimamente a un disparate total ése ha sido Ésta cocina es un infierno que, afortunadamente, se le ha adelantado el final a costa de que ganara Bárbara Rey. Menudo espectáculo el que nos han deparado. Sólo con verla unos minutos al día uno se hace a la idea y comprende mejor el estado en el que ha quedado el domador que fue su marido. La victoria de este personaje ha sido a costa de Bienvenida Pérez, aquella rubia mezcla explosiva entre monja y ninfómana que puso patas arriba al gobierno inglés a comienzos de la década de los noventa. Pero hay otra mujer que ha capitalizado todo el interés mediático hasta el punto de colocarse a la altura de la tregua. Se trata de Rocío Jurado, a la que un avión privado la ha acercado hasta un hospital madrileño demostrando, una vez más, que sigue habiendo clases. Con todo vuelvo a la mujer de la imagen televisiva de la tregua que ha despertado tanta expectación. Como especialista, tengo que reprocharle a la lectora del comunicado de ETA que no se quitara el pañuelo de la cara: hubiera bordado el momento

El vídeo de ETA

Era voz de mujer y estaba acompañada de otros dos figurantes. A las 13.00 horas podía vérsele en los dos canales de ETB, a los que hay que dar la enhorabuena por ser emisarios de tan feliz noticia. Su timbre era normal, con la timidez propia de quien no está acostumbrada a la luz de las cámaras. Leía un guión que hablaba de superar conflictos y construir la paz sobre la justicia. Los niños fueron quienes encendieron la tv. Acababan de llegar a casa porque los miércoles no tienen clase por la tarde y se veían atraídos por la imagen de ese misterioso trío que cubría su identidad con pañuelos. Después de años llevando las imágenes del dolor y la destrucción, la puesta en escena parecía un escenario neutro. Luego vino la revolución. Todas las cadenas sacaron su artillería. Y claro, ahí TVE lo tenía muy claro. A los diez minutos de que las cadenas vascas emitieran el vídeo de ETA ponían un resumen que era un compendio casi perfecto de la historia de ETA. El resto hizo lo que pudo. En realidad, la noticia se había diluido para dar paso a la especulación. Miles de opiniones precipitadas daban una idea aproximada de que muy pocos sabían algo de lo que en el futuro podría pasar. Una vez acabados los programas especiales previamente grabados, enlatados para la ocasión, la programación se disparó con la introducción de especialistas de todo tipo que hablaban y hablaban sobre la nada. Un gran día para la televisión pero que muy pocos supieron sacarle partido. Un vídeo grabado en directo, sin montaje y sin efectos de ningún tipo que apenas duró dos minutos despertó uno de los grandes momentos televisivos de nuestra historia. Luego fueron pasando las horas y sobre el futuro más inmediato nadie decía nada. Una vez más quedó claro que la televisión es el momento y lo que sobran son los rellenos.

O sea, tío, ¿sabes?: el fútbol es ‘fashion’ ‘fashion’

Dicen que las estrellas rubias fashion del Madrid Beckham y Guti llaman feos a sus contrincantes como manera de desestabilizarles, o sea, tío, es una manera de ponerles nerviosos, ¿sabes? Resulta sorprendente que gente profesional y bien pagada recurra a estas formas tan infantilmente pijas de insulto. Supongo que insultaran en inglés:¡Ugly! y a los insultados les dará la risa floja.

Pero qué se puede esperar de un deporte manejado con los tópicos que convienen a la prensa de Madrid y de Barcelona, y que en tv tiene como máximos exponentes a programas como Maracaná 06 y El rondo . La rivalidad por excelencia es la que se disputan entre ambos equipos y en la que se admite, para seguir la broma, al Atlético de Madrid y a la gracia andaluza del Betis. Es tal el desprecio con el que se trata al resto de los equipos que éste se traslada hasta la retransmisión de los partidos. Al último al que asistí fue al de Osasuna frente al Barça. Todo un ejemplo del escaso atractivo que despierta el equipo navarro mediáticamente. Era como si Michael Robinson y compañía tuvieran por contrato comentar sólo las jugadas de los blaugranas. El ritmo de la retransmisión subía cada vez que Ronaldinho o Eto’o recibían el balón, aunque fuera para perderlo inmediatamente porque uno de Osasuna se la había quitado. Lo que unos hacían era magia y los otros simple esfuerzo y faltas en su versión más chusquera. Así no hay forma. El mundo del fútbol está vendido, como los derechos para verlo por televisión. Las únicas estrellas son las que convienen a los fines publicitarios. Eligen los jugadores según su tirón mediático. El otro día se supo que Cañizares iría al mundial porque le mandaron hacer un anuncio. Claro que esto explica muchas cosas. Entre otras, encierra la respuesta a la sempiterna pregunta de por qué la selección no se come un rosco. En realidad el entrenador es un director de casting. Hay actores como El Niño Torres o Joaquín, por poner unos ejemplos, que tendrán que entrar en la selección porque quedan bien en los anuncios.

Campos de cine

Antena 3 cierra el nuevo chiringuito de María Teresa Campos. A esta comunicadora que apenas hace tres años era la líder indiscutible de la comunicación en este país se le está acabando la racha. Ésa que la había convertido en la presentadora más destacada del último lustro. Ahora tiene que echar la persiana a Lo que inTeresa porque la gente no la sigue como solía. Queda la duda de si su desgracia es coyuntura o la natural decrepitud de un personaje famoso venido a menos. La verdad es que el mérito está en haber sacado un partido impresionante a sus limitados recursos. Entre nuestros triunfadores televisivos predomina el atrevimiento sobre el genio, el enchufe sobre el talento. Posiblemente uno de los grandes defectos de nuestra televisión sea que, detrás de esa gran maquinaria, no haya creación. Simplemente personas que han sabido capitalizar su éxito -como María Teresa Campos- en beneficio propio, sin llegar a aportar un formato que estuviera a la altura de su éxito.

La gente que lleva unos años haciendo televisión parece obligada a demostrar su personalidad por encima de la profesionalidad. Ejemplo semanal son los comentarios del sempiterno director de Días de cine , Antonio Gasset. La gran apuesta por el cine de TVE tiene que pasar por que en cada programa nos deje un retazo de su peculiar manera de presentar. Tanto que, siendo un programa minoritario, ha conseguido aparecer como uno de los grandes personajes a fuerza de que lo imiten todos los humoristas. Así fue su paso a publicidad: «Y llegamos a la pausa en este programa del que tan orgullosos nos sentimos. No así de algunas compañeras de la 7ª planta de Torrespaña que fuman saltándose la norma que tanto nos beneficia a todos». A las horas intempestivas que lo emiten a qué viene pasar por un chivato público.

Cierre y ‘7 vidas’

En el último año el déficit de TVE se ha incrementado en 624 millones hasta dejarlo en 7.551 millones de euros. Ante tal desfachatez a los responsables se les ha ocurrido la genial idea de recortar el tema por los centros territoriales. Puestos a cortar amputamos la periferia para que la burocracia interior pueda mantenerse una temporada más. Que TVE prescinda de parte de sus centros territoriales es, además de reconocer su fracaso absoluto en el manejo de sus propios recursos, un recorte del derecho a la información local para el ciudadano. Lo cierto es que quienes manejan los hilos de este monstruo que provoca la hemorragia permanente de las arcas públicas prefieren cargarse el servicio público antes que mandar al carajo a las cuatro productoras que le mangonean y que marcan las pautas de los programas basura a los que nos tiene acostumbrados. Pero toca hablar hoy de Siete vidas, ya que el domingo hizo historia y de paso, en directo, su capítulo 200. Todo un récord para una serie que inyecta en sus guiones la vitamina adictiva del humor con la que consiguen convocar, domingo a domingo, a los espectadores. Para la celebración utilizaron el método americano de grabar en directo y con público el capítulo. Y claro, el juego sin red consiguió sus propósitos de emotiva celebración. Sobre todo porque de 7 vidas han salido, uno a uno, varios de los mejores actores de televisión de la última década. Todos acudieron en ayuda de Sole, acuciada por un inminente desahucio, y todos regresaron esa noche para impedir que Amparo Baró deje la producción. Carmen Machi, Florentino, Santi Millán, Eva Santolaria e incluso la grabación de Javier Cámara, que no pudo estar en el sarao. Celebración y homenaje para una serie rara en Telecinco, rodeada como está de cotilleos y periodismo de baratillo.

Irresponsable

Es domingo, buen día para hacer balance televisivo de la semana. Una vez más se ha cumplido la máxima: Un partido a cara o cruz no tiene rival en la programación, como lo demostró el del Madrid con el Arsenal. Está claro que todo lo que suena a gesta o remontada es un espectáculo al que los espectadores nunca jamás le hacemos ascos. Pero la semana ha tenido un preocupante dato. Todos los informativos televisivos se han hecho eco de la violencia de padres contra sus hijos pequeños. Si hasta ahora la invasión de Irak competía en importancia con los casos de violencia de género, ahora parece que lo que se lleva es sacar a la luz cualquier caso en el que los bebés sufran violencia. El viernes Ana Blanco dio la noticia de un bebé de unos meses al que sus padres le habían roto las piernas, aunque también cabía la posibilidad de que el niño sufriera la llamada enfermedad de los huesos de cristal . Se prefirió dar esta noticia tan escalofriante y contradictoria tal cual, sin esperar a que un juez, o alguna autoridad competente, corroborara esa versión. Se ha abierto la gallina de los huevos de oro y, hasta que se pase la moda, los niños serán protagonistas y testigos de los abusos más miserables. Es posible que con tanta atención el número de crímenes infantiles se dispare. Lo que no termina de quedar claro es que el niño espectador asimile la realidad que le ofrece un informativo a las tres de la tarde. El otro día sin ir más lejos mi hija de 7 años escuchó la siguiente noticia: el padre del niño ingresado en coma le obligaba a tragarse sus propios vómitos. Mi peque, con bastante lógica, preguntó si eran los vómitos del padre o los del hijo los que el niño tenía que comerse. No supe responderle. Entendí que el que había permitido aquella noticia en el informativo era un irresponsable. Seguramente tanto como yo por fiarme de que, a esas horas, los niños pueden ver la tele.

Matías TPrats

Hay una televisión que nos gustaría ver y otra que es la que vemos. Somos víctimas de nuestras propias contradicciones. Conocedores de las bonanzas de la dieta mediterránea, nuestro carro de la compra es todo un homenaje al colesterol, un compendio de grasas de todo tipo. Con la televisión nos ocurre lo mismo. Nos gustaría ver los documentales de La 2, pero el dedo como que se nos va, sin querer, hacia el cinco y todos los días nos adormecemos con los comentarios macarras de Aquí hay tomate . Para los críticos con la televisión basura este año hemos ganado algo: ninguna de las cadenas quiso retransmitir la gala de los premios populares que organiza la revista de contenidos televisivos TP. Nadie se ha atrevido a repetir lo del año pasado. Entonces, TVE, en un acto de valentía, pasó la gala y se fue de vacío. Este año, los tepes, más que premios mediáticos se convirtieron en una reunión de amigos o en una de esas convenciones en las que se sortea algo. Durante años, este tipo de programas encerraba la equivocada visión de que la gente de la tv necesitaba un reconocimiento extraordinario a su trabajo. El único premio válido en este medio es que el programa permanezca en antena, porque eso significará que posee cuota de audiencia suficiente. Los Premios TP, al menos, siempre se han caracterizado por ser la voz de los espectadores. Vamos, que si el telediario más visto es el de Matías Prats, pues el premio al mejor presentador es para él. Claro que ni siquiera esto de los premios TP es lógico. Le dieron el premio especial a toda una vida a Laura Valenzuela. Y yo, como haría Eva Hache, me pregunto: ¿A toda una vida? ¿A toda una vida haciendo qué? La tele cumple este año su 50º aniversario y Laurita lleva 40 sin comerse un rosco. Si alguien lleva toda la vida dedicado a la tv, ése es Matías Prats. El pájaro no descansa ni en los anuncios.

Hagan apuestas

El programa Extra ha sido uno de los grandes estrenos de la semana. Bueno, grande grande no ha sido. Más bien se podría decir que ha sido un bodrio en toda regla. Porque nada peor, tanto para un programa que pretende el humor, como para alguien que cuenta chistes, que creerse chistoso. Éstos de Extra mezclan la información basada en una mentira exagerada y le añaden esos toques de misterio y exageración que tan famosa han hecho a la pareja del tomate, Jorge Javier y Carmen Alcayde. En realidad,Extra es una pura bobada. Algo así como si alguien te dijera que te va a asustar y acto seguido se pone una sábana en la cabeza y empieza a gritar Uuuuuuuuuuh. Pues eso: no te asusta y piensas que al que hace ese gesto muy probablemente le falte un tornillo. En este caso el del tornillo se llama Tonino y es un ex de Caiga quien caiga. A compañado de dos copresentadoras, una, que no se sabe a quién imita y la otra que imita descaradamente a Marta Nebot, esa colaboradora borde y a ratos genial de Eva Hache. Si hubiera que predecir no le daría más de cuatro programas. Hoy es el gran día de las predicciones. Ése en el que amantes del cine y otros más desocupados trasnochan para ver en directo la ceremonia de los Oscar. Este año visto desde estas latitudes nos parecerá doblemente glamourosa a fuerza de compararla con aquel pequeño desastre de los Goya de la Academia Española. Una noche tan larga como la alfombra roja por la que acceden las estrellas a la ceremonia. Puestos a hacer de adivinos, apuesto por Brokeback Mountain como mejor película, Philip Seymour Hoffman, que interpreta a Truman Capote, como mejor actor y, para ganar pasta, la apuesta por la inglesa Rachel Weisz como mejor actriz. Hagan apuestas. Al fin y al cabo, el cine, como la televisión, más que un arte, es sólo cuestión de pasta.