Matías TPrats

Hay una televisión que nos gustaría ver y otra que es la que vemos. Somos víctimas de nuestras propias contradicciones. Conocedores de las bonanzas de la dieta mediterránea, nuestro carro de la compra es todo un homenaje al colesterol, un compendio de grasas de todo tipo. Con la televisión nos ocurre lo mismo. Nos gustaría ver los documentales de La 2, pero el dedo como que se nos va, sin querer, hacia el cinco y todos los días nos adormecemos con los comentarios macarras de Aquí hay tomate . Para los críticos con la televisión basura este año hemos ganado algo: ninguna de las cadenas quiso retransmitir la gala de los premios populares que organiza la revista de contenidos televisivos TP. Nadie se ha atrevido a repetir lo del año pasado. Entonces, TVE, en un acto de valentía, pasó la gala y se fue de vacío. Este año, los tepes, más que premios mediáticos se convirtieron en una reunión de amigos o en una de esas convenciones en las que se sortea algo. Durante años, este tipo de programas encerraba la equivocada visión de que la gente de la tv necesitaba un reconocimiento extraordinario a su trabajo. El único premio válido en este medio es que el programa permanezca en antena, porque eso significará que posee cuota de audiencia suficiente. Los Premios TP, al menos, siempre se han caracterizado por ser la voz de los espectadores. Vamos, que si el telediario más visto es el de Matías Prats, pues el premio al mejor presentador es para él. Claro que ni siquiera esto de los premios TP es lógico. Le dieron el premio especial a toda una vida a Laura Valenzuela. Y yo, como haría Eva Hache, me pregunto: ¿A toda una vida? ¿A toda una vida haciendo qué? La tele cumple este año su 50º aniversario y Laurita lleva 40 sin comerse un rosco. Si alguien lleva toda la vida dedicado a la tv, ése es Matías Prats. El pájaro no descansa ni en los anuncios.

Un comentario en «Matías TPrats»

  1. Pues ya lo creo. No entiendo como un presentador de telediarios pueda estar a todas horas hablando de la cuenta naranja. Conmigo consigue lo contrario ni me seduce con la publi ni me creo nada de lo que dice en los telediarios. Ahora con Latre imitándolo me lo paso de p.m.

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