Cóndores y Pumas

La localidad asturiana de Lastres, en la que se rueda la serie Doctor Mateo, ha recibido una afluencia de visitantes superior a la habitual. La televisión se traduce en fama inmediata. Tanto, que los que viven de ella saben que para seguir teniendo tirón es vital aparecer periódicamente en ella. Lo hemos dicho otras veces: quien no aparece en la pantalla va perdiendo caché hasta desaparecer de manera definitiva de las agendas de esta gente. Y para volver no queda otro camino que hacer alguna pirueta triple mortal para que te dejen caer sin red en La Noria o algún circo semejante. También los parajes que nos muestra ETB en la Patagonia son llamativos pero no sé hasta qué punto influirá esto en la decisión de ir a visitarlos. Programa a programa, la tensión va creciendo. Hay unos cuantos concursantes, y no daré nombres que luego todo se sabe, que esperan su momento de protagonismo para salirse del tiesto. Lo que unos entienden como trabajo en equipo otros ven una gran oportunidad de hacer crecer su personaje. A veces los concursantes dan un poco de miedo, más que todo de que pierdan la cabeza y hagan cualquier tontería. Lo digo porque hay precedente como en Paris Hilton Best Friend , un concurso inglés que selecciona a una concursante para que sea compañera de la Paris, la pija más universal del siglo XXI. El otro día, dos de las aspirantes iniciaron una discusión que se prolongó varias horas y en la que llegaron a pegarse. Hasta tuvieron que llamar a un psiquiatra para que interviniera y pusiera un poco de paz en aquella trifulca de descerebradas aspirantes a ser carne de futura exclusiva. Esperemos que la presión del final del concurso entre Pumas y Cóndores no deje huellas psicológicas y, por supuesto, no siga por los derroteros de tener que resolver los problemas llegando a las manos. Ya falta menos.

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