Yo no sabía que nuestro
destino era estar
juntos.
Lo supe cuando esa vieja de pelo corto
me gritó en plena cara:
¡Subnormal!
Lo supe cuando esa vieja me dijo
apretando mi cuello
con fuerza:
¡Reubicar es sinónimo de matar!
Y así acabamos,
juntos pero siempre al acecho,
hace tiempo que no veo,
a la vieja de pelo
corto.