BIG NEW YORK CRISPY

Yo tenía un centro de yoga.
Yo tenía un culico
perfecto.

Mis glúteos eran dos
circunferencias
perfectas.

Me gustaba la cachimba
y lo mezclaba todo
con queso.

Un buen día, un cuervo que movía
la rama de un árbol con su peso
(plumas incluidas)
me dijo:

No puedo hablar, no tengo voz,
pero la verdad, no tengo
mucho que decir.

Y así quedó la cosa.
Y mi centro de yoga cerró.
Y mis glúteos se transformaron en una
Big New York Crispy.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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