Desde lo alto
de un pálido e inane
acantilado me observa un
hombre vestido de negro comiendo
una ensalada.
Eso parece ser, o imagino la silueta,
o imagino la ensalada mientras
intento besar en el
pico a un
pájaro.
Desde lo alto
de un pálido e inane
acantilado me observa un
hombre vestido de negro comiendo
una ensalada.
Eso parece ser, o imagino la silueta,
o imagino la ensalada mientras
intento besar en el
pico a un
pájaro.
El mundo
es una casa en llamas
que no es una casa en llamas
en medio del bosque,
el mundo es una carretera llena de coches que no circulan,
el mundo es un insecto que rueda una bola de barro,
el mundo es una excavadora pequeña
conducida por un mono pequeño
de chubasquero
amarillo,
no se le puede decir nada,
si dices algo
(al mono)
escupe su puro y te golpea
fuerte la cara.
Un avión que brilla,
ese tesoro que oculto aflora
y me dice
que no todo está perdido
entre las nubes.
…
Un helicóptero haciendo maniobras cerca de un lago,
una tortuga cerca de una palmera de plástico,
y tú y yo tan lejos el uno del otro.
…
Estoy en mi casa y camino por el techo,
el cielo de las cucarachas albinas
y de las telas de araña.
…
Imagino estar atado en el aspa
de un molino de viento,
imagino estar atado
en un extremo y
verlo todo
claro.
…
Dentro de mi cabeza todo es posible,
la nada crece, el viento se detiene,
la luz naranja de la cocina ilumina
el armario de las
galletas.
…
Un cubo de basura
conocido parece tan importante cuando lo ves
todos los días, pero el mismo cubo de basura visto a lo lejos,
junto a otros cubos de basura en tantos sitios y desde
tan lejos, entonces ya no importa
tanto ese cubo.
…
La oveja taciturna
se separa del rebaño y absorta
mira el rebaño pero
no lo ve.
La oveja taciturna sólo quiere soñar que no sueña cerca de las demás,
que sueña lejos del
rebaño.
Una duda le asalta a nuestra querida oveja,
si se separa de las demás no necesitará soñar,
ni evadirse,
ni nada.
Tremendo problema.
…
Me hace gracia la noche.
Una noche cualquiera, te cruzas con la peña,
todos miran el móvil, tú mismo miras el móvil,
pero tienes tiempo de verles a ellos mirando el móvil,
nadie se conoce, nadie se quiere conocer,
una castaña pilonga golpea la luna
trasera de un coche.
No
me queda más
remedio que adaptarme al
medio sin preguntar.
Me preguntan si conozco gente
en el sector S pero, ¿es que
se conoce gente en
el sector S?
Cuando llueve los sapos cruzan la carretera,
cuando llueve los limacos salen de sus
madrigueras pero,
¿desaparecen las moscas?
No me queda más remedio que
adaptarme al medio sin
preguntar.
Una monja
de blanco sentada en un charco,
siempre me aborda la misma estampa,
y en la superficie de tu piscina un
insecto piragua.
Seguro que iba caminando por la carretera
y no me cruzaba con el viento, seguro
que la luz era extraña como en un
sueño, seguro que venía de
recoger palabras del
extrarradio
y pensando en cómo miraba la noche
de septiembre cuando
al día siguiente
tenía que ir al colegio, el verano
había terminado y yo sólo
quería detener el
tiempo.
Cruje,
dice algo mi silla,
dice algo al
mundo.
Tengo miedo de mí,
tengo miedo del resto del
mundo.
Pero me hago fuerte cada vez que lo digo,
pero me hago fuerte cada vez que
crujo.
El
mundo
no es de los
listos, no es de su
propiedad.
El mundo es una bolsa de
gusanitos dentro de
una bolsa de
gusanitos.
El mundo es un ratón de chocolate,
tiene un sabor extraño,
sabe como a
yeso.
A veces pienso
en la muerte y no lo soporto,
a veces pienso que no volveré a ver
a ciertas personas.
A veces pienso en El Corte Inglés,
a veces pienso en el otoño
y en el final del
verano.