Inventarse la Luna

LA precaria retransmisión del primer viaje a la Luna ocupa esta semana una lugar destacado. Jesús Hermida fue el encargado de realizarla. Y ya saben aquella vocalización exagerada, que imitaba sin tapujos el acento neoyorquino. Aquella gesta que protagonizó el astronauta Amstrong (todavía hoy hay dudas de que todo aquello no fuera un montaje) no queda claro si por la diferencia horaria fue el 20 o 21 de julio de 1969. De aquello hace ahora 40 años y para los que no se acuerdan comentarles que Hermida regresó de su aventura americana e hizo popular la manera de menear la cabeza mientras mantenía el acento que lo había hecho famoso. Esa manera afectada de hablar ha tenido su mayor continuador en José Ángel Abad el actual corresponsal de Antena 3 en USA, un tipo que alarga los silencios y pronuncia su retahíla con el mismo soniquete, da igual que retransmita la final de la Super Bowl que el funeral de Michael Jackson. No está claro que, tras estas cuatro décadas, alguien contará toda la verdad sobre el viaje a la luna del Apolo XI. Equiparar a Hermida con la proeza de Amstrong es exagerado. Aunque en notorio su atrevimiento para reinventar y darle la vuelta a la historia reciente de la televisión. Y más estos días en los que hemos conocido el fallecimiento de Walter Cronkite, el periodista cuya figura se equiparaba a la fiabilidad. Cronkite tenía 92 años y fue quien diera la noticia de la llegada del hombre a la Luna pero también del asesinato del presidente Kennedy en 1963, y fue el primero que admitió que EE.UU. no estaba ganando la guerra contra Vietnam. La tele está de luto. Se ha ido uno de los referentes. Su tono pausado y contundente llegó a ser, a juicio de quienes le escuchaban, lo más parecido a la voz de la verdad. Porque la verdad no necesita añadidos. Y mucho menos acentos exagerados, dramáticos, ridículos…

Tecnología basura

Hay rumores de que aYo soy Bea le están escribiendo el final. Vamos que, por fin, Miguel Hermoso, que en Yo soy Bea da vida al admirado Diego de la Vega, y el resto del equipo podrán salir de ese infierno. Esta serie lleva tres años en televisión, pero uno tiene la impresión de que llevara toda la vida. Coetánea en aportación a Ana y los siete y en el tiempo uno le calcula su origen allá por los tiempos de Hostal Royal Manzanares. Pero resulta que Bea lleva apenas 3 años dándole vueltas a si se lo diré, o no, a don Diego. Eso sí: de manera ininterrumpida. Por lo que para otras hubieran sido cinco o seis temporadas, para Yo soy Bea es la primera y a partir del 31 de agosto, última. </p><p> Nada que ver con la actriz norteamericana Scarlett Johansson. Ayer llegó a Madrid para presentar la campaña otoño/invierno 2009 de Mango. Realizó uno de los posados más breves de la historia de la publicidad. El tema es que se dejó fotografiar durante 54 segundos y no admitió ni una sola pregunta. Eso es imagen y lo demás, puras habladurías. Si cunde el ejemplo, en poco tiempo tenemos la versión gráfica de59 segundos , en los que en vez de bajarse el micrófono se puede apagar el flash. En vez de Tengo una pregunta para usted lo que venga sea Tengo una fotografía que hacerle . Pero eso será en el futuro donde, por cierto, dicen que Asia y América Latina serán los dos mercados televisivos que más crecerán en el próximo lustro. El actual poderío de Estados Unidos y Europa, que actualmente controlan el 75%, comienza a peligrar. Unas cifras que, con las nuevas formas de televisión TDT y televisión para los móviles, tienden a ir cayendo en picado. Y tampoco pasa nada. Sólo faltaba que tuviéramos el valor de seguir por la tele del móvil la declaración de amor de Bea a Diego. Menudo desperdicio de tecnología. ¿O no?

Que vivan las pijas

ES verano y el consumo de televisión se traslada pero curiosamente no se reduce. A los mayores les acompañan, pero en habitaciones separadas, los chavales que se pegan horas y horas enchufados a Internet y la televisión. Ahora además tienen la motivación de los nuevos canales de la TDT. Claro que en este sentido el público infantil no ha salido ganando. La TDT no aporta Disney Channel a la oferta infantil. Con esta oferta si nuestros chavales les da por la tele se harán adictos a la teletienda y a los concursos de sopa de letras. Es una pena que las televisiones hayan renunciado a ocuparse de manera constructiva del público infantil. Parece como si decidieran no hacerlo para tenerlos preparados cuanto antes para que aplaudan los desnudos provocados de un tal Kiko a una actriz porno apellidada Lapiedra. El abandono de la programación infantil choca con el éxito global de muchos de los programas y personajes de Disney Channel. Tipos que a su aparición en televisión unen el tirón que les ofrece Internet. Pero que nuestros chavales tengan que tirar de la moral Disney tiene su aquél. El cristal con el que se mira en esta factoría es importado y repetido. Aquí perdemos todos porque no se puede competir fichando series del pleistoceno televisivo o repitiendo la programación que se emite en invierno. La programación infantil en verano debería ser algo prioritario y, sin embargo, es como si los encargados de hacerla también se hubieran tomado vacaciones. Seguimos dejando que sea Disney quien saque las risas de nuestros chicos y éste nos cuela cantantes puritanos como los Jonas Brothers y pijas orgullosas de serlo tipo Hanna Montana. Si nos descuidamos lo mismo nos endilgan la otra entrega de High school musical . Y nosotros tan contentos de ver a los chicos lo bien que se manejan con estos tíos en el Facebook y por ahí.

Del conquistador

Que alguien le obligue a irse de vacaciones a Paula Vázquez. Esta máquina de la presentación está a punto de desaparecer de puro delgada. Y es que esta segunda parte de Fama ¡a bailar! se está haciendo tan pesada que están quemando a todo el mundo. Por cierto, malas noticias desde Facebook del programa para los fans de Marbelys, su compañero Adrián Herrero, el coreógrafo argentino, falleció el lunes. Herrero era conocido por su papel de ayudante de la profesora de lírico pero ya antes había aparecido como el tutor de baile de aquel talent show horroroso llamado Supermodelos . Y hablando de horrores: se confirma que el próximo 12 de julio los que no hayan podido acudir a los Sanfermines, o se estén recuperando de la resaca, tienen la oportunidad de asistir, en primicia mundial, al debut de Paquirrín como monologuista. La Sexta es la culpable de este desaguisado. Al parecer piensan que los monólogos que escriben son tan buenos que hasta Kiko Rivera los puede interpretar. Allá ellos. Este personaje es uno de los ejemplos de cómo la televisión que se hace hoy en día crea seres famosos de los que nadie se explica su origen. Especímenes que son producto de una evolución alternativa y de las decisiones caprichosas de esta raza de creativos de televisión que están dispuestos a hacerla desaparecer como medio. Lo hizo hace poco Sardá llevando a Colate a su programa. Más como una probatura curiosa de quien se cree en posesión de la fórmula del éxito y que todo lo que tocan se convierte en mediático. Es tan pobre este tipo de televisión que al final, como se ha demostrado en los últimos premios de la Academia de Televisión, los premios se los llevan los de siempre. Las innovaciones aquí consisten en ponerle un micrófono a Paquirrín o al Conde Lecquio. Más vale que este año se les ha colado El conquistador del fin del mundo . Enhorabuena.

Borrar del mapa

Jamás pensé que esta expresión cobrara vida fuera del consabido lenguaje deportivo. Pero después de un tiempo de reflexión se ve que en el siglo XXI también tienen cabida estos arranques de magia en los que alguien decide hacer desaparecer del mapa Navarra, por poner sólo un ejemplo. Bueno, pues bien, hablaremos de fútbol, que es lo que al parecer a nadie ofende. Y para muestra ese torneo llamado Copa Confederaciones con el que la gente se ha echado la siesta estas dos semanas. Los últimos estertores de fútbol se han dado cita en Sudáfrica, justo ahí abajo del mundo. Allá donde nunca antes se había producido una sola noticia de fútbol pero que tampoco aparece en los mapas del tiempo. Y donde los mapas de España y Brasil cosecharon respectivamente su enésima decepción y victoria. La Copa Confederaciones era como ver fútbol en la play pero en el nivel más básico. Eso sí con la aportación sonora de las cornetas que se filtraban por los micrófonos de ambiente y dando una banda sonora como de película de enjambres mortecinos. Uno se va al servicio un momento y a la vuelta le cuentan que a Michael Jackson se le ha parado el corazón. A otro que lo han hecho desaparecer del mapa. Dicen que al morirse es cuando de verdad se va a convertir en una estrella. Eso es lo malo de las estrellas que algunos se tienen que morir para alcanzarlas y poder quedarse ahí ya toda la vida. Pero si la miramos bien la actualidad está llena de desapariciones. Ayer comenzó el juicio a Madoff el mago que hizo desaparecer 50.000 millones de dólares sin que quede ni rastro de ellos. La actualidad más que la sucesión de noticias es un relato descarnado de desapariciones. Y el mapa del tiempo un agujero negro donde al sol siempre lo acaban tapando las nubes. Qué pena que cuando hablan del tiempo nunca nos muestren las estrellas.

Matar una mosca

La información sale a borbotones de Irán como la sangre de los heridos por los disparos en las protestas. Gracias a Internet, el mundo ya es todo uno y es de todos. Los problemas de discriminación son universales y nadie puede mirar para otro lado. Aquí han intentado boicotear el trabajo de los corresponsales desplazados para cubrir las elecciones. Como siempre, han intentado ocultar la verdad a punta de pistola y entre uno cualquiera de los pliegues que crean por sí mismas las tiranías. Los que han intentado acallar a unos pocos periodistas han conseguido habilitar como corresponsales a cientos de víctimas de los abusos.
Internet puede hacer mucho en favor de la libertad en el mundo. Sobre todo en esos rincones donde hasta ahora sólo llegaban de ciento a viento los más intrépidos periodistas. Claro que justo hoy que el mundo se llena de gozo por poder disponer de esta herramienta universal, conocemos que Google comienza a hacer caja con Youtube. Hasta ahora la visión de estos espacios no tenían mayores interferencias. Uno entraba, buscaba la curiosidad y se iba tan campante. La cuenta la iban pagando de momento. Ahora han decidido financiar estos espacios con publicidad. No han dicho nada de si los beneficios publicitarios los repartirán también con los millones de autores que de manera gratuita ceden sus imágenes. Si ellos han conseguido esperar un tiempo, los usuarios también deberíamos pasarles la minuta cuando ellos pongan publicidad a uno de nuestros vídeos. Con todo, uno de los vídeos más vistos en Youtube en la última jornada ha sido la imagen del pacífico Obama matando una mosca, con una precisión propia de quien no ha hecho otra cosa en toda la vida. Un ejemplo de que, algunas veces, es cierto aquello de que una imagen vale más que mil palabras.

Apagón publicitario

Dicen que Cristiano Ronaldo se gastó 17.000 euros en alcohol en una juerga con Paris Hilton. Hay algo obsceno en toda esta fábrica de estrellas deportivas. Tienen la publicidad de la televisión de manera gratuita. Informativos, especiales, retransmisiones en directo, resúmenes permanentes. Todo gira en torno al fútbol. Claro que encima estos tipos son unos horteras que no tienen nada mejor que hacer que cruzar el charco para montarse en la más enorme de la limusinas con las verbeneras más universales. Como esto siga así prometo pensármelo mucho antes de echarle fichas al PPV la temporada que viene. Que la emoción también se vive al día siguiente leyendo tranquilamente la clasificación y las declaraciones miméticas de estos crack . Pero el caso del fútbol, se puede trasladar al baloncesto en EEUU o al automovilismo o al motociclismo. Vale, la carrera de Rossi y Lorenzo fue de una belleza brutal, concentrando una pasión que fue seguida por millones de personas. Pero la apuesta que está haciendo TVE por este deporte, o lo que sea, se ve desproporcionada con la política de recortes que parece haber iniciado y que tendrá su momento álgido cuando pongan en práctica el apagón publicitario que tienen anunciado. Por lo menos a los pilotos de GP como Rossi no les da por las tías horteras. Hace poco ha reconocido que la actriz de sus sueños es Megan Fox, de la saga Transformers y una de las chicas más atractivas del panorama televisivo, que casualmente se estrena a nivel mundial el próximo 24 de junio. Dirigida por Michael Bay y producida por Dream Works Pictures del mago Steven Spielberg, y que por aquí se llamará La venganza de los caídos . Al parecer va de la guerra entre robots alienígenas: los autobots y los decepticons. Por mí, como si la guerra es entre las estrellas del fútbol y las de las motos.

Ronaldos y de casa

ME comentan que no van no van a renovar la serie La chica de ayer. No es que sea la serie con la que los espectadores estuvieran soñando pero tampoco se entiende que la abandonen. El personaje que interpreta Ernesto Alterio y los que le acompañan en sus descubrimientos tienen muchas posibilidades de afrontar temas históricos a través de sus situaciones. Es posible que inicialmente se hayan centrado excesivamente en la biografía personal del agente que sufre el traslado en el tiempo. Al parecer en Antena 3 no se conforman con un producto que no ha demostrado ser capaz de superar la potente propuesta que siempre es Aida en la noche de los domingos, al que ahora acompañas también Perdidos en la tribu y Callejeros viajeros. O el domingo sin cortes que propone por aquí ETB 2. Esta capacidad para el desprecio que tienen las grandes cadenas recuerda un poco a los equipos de fútbol. Vamos, que tiran de talonario para comprar los líderes de audiencia. O para crearlos; pero no cuidan, para nada, aquellos propios que simplemente podrían mejorar con un poco de planificación. El mercado de la tele, como en el fútbol, unos valoran la cantera y otros simplemente hacen televisión apostando a ganador: a fuerza de comprar liderazgo al precio que sea. Pero, como en el fútbol, también ocurre que el dinero no asegura siempre los títulos. Es posible que la serie con la que piensan sustituir La chica de ayer sea muy posiblemente una americana que venga con la vitola del éxito en el país de origen. Y ojalá alguien con más ambición recoja el punto de vista que explora La chica de ayer . Está claro que estos Florentinos de la televisión van buscando sus Kakás y Ronaldos. También es cierto que ganar a estos que hacen televisión a golpe de talonario es un mérito que no siempre se reconoce a las televisiones que juegan con los de casa.

Chicos, al salón

Dice mi colega Ángel M. Salazar que cuando le pregunta su madre por su profesión prefiere decirle que trabaja de camarero en un puticlub antes que confesarle que es periodista. Lo dice, claro, con sorna, a sabiendas de que el interlocutor lo tomará como un guiño o un chiste algo recurrente. Pero claro, uno ve en la tele a determinadas estrellas mediáticas que ejercen de cierta manera el periodismo y piensa que la respuesta de Salazar no siempre es un chiste. Pensemos por ejemplo en la noticia de la condena a la Telecinco a indemnizar al actor Fernando Esteso con 100.000 euros por que un día alguien se le ocurrió sacarlo del baúl de los recuerdos y darle un repaso para ver qué tal le iba en su vida. Que si problemas económicos, adicciones varias. Vamos que le dieron a degüello. El actor los denunció y parece que tres años después le dan la razón porque el hombre llevaba años apartado de la vida pública y, desde luego, no se merecía aquel varapalo. Y es que ya ven, a veces está claro que merece la pena ser camarero del burdel más miserable antes que tener que recurrir a esta infamia. Los espectadores estamos ya muy acostumbrados a que este tipo de reportajes se emitan a diario. Hay tal demanda de morbo que a los redactores se les obliga por contrato a revolver en el pasado. Que es más o menos lo que están haciendo también en la nueva edición de OT . No contentos con los resultados de audiencia, parecen querer atraerla agitando el tema del sospechoso triunfo de la edición anterior. Se ve que han descubierto que eso vende y han sacado a relucir al personaje de Risto Mejide. Ese tipo que ha creado para la televisión la figura de borde profesional y que le está dando popularidad y, supongo, pasta, dos cosas, la imagen y el dinero que, en televisión como en los burdeles, acaban siempre dándose en la misma mano.

Chicos, al salón

Dice mi colega Ángel M. Salazar que cuando le pregunta su madre por su profesión prefiere decirle que trabaja de camarero en un puticlub antes que confesarle que es periodista. Lo dice, claro, con sorna, a sabiendas de que el interlocutor lo tomará como un guiño o un chiste algo recurrente. Pero claro, uno ve en la tele a determinadas estrellas mediáticas que ejercen de cierta manera el periodismo y piensa que la respuesta de Salazar no siempre es un chiste. Pensemos por ejemplo en la noticia de la condena a la Telecinco a indemnizar al actor Fernando Esteso con 100.000 euros por que un día alguien se le ocurrió sacarlo del baúl de los recuerdos y darle un repaso para ver qué tal le iba en su vida. Que si problemas económicos, adicciones varias. Vamos que le dieron a degüello. El actor los denunció y parece que tres años después le dan la razón porque el hombre llevaba años apartado de la vida pública y, desde luego, no se merecía aquel varapalo. Y es que ya ven, a veces está claro que merece la pena ser camarero del burdel más miserable antes que tener que recurrir a esta infamia. Los espectadores estamos ya muy acostumbrados a que este tipo de reportajes se emitan a diario. Hay tal demanda de morbo que a los redactores se les obliga por contrato a revolver en el pasado. Que es más o menos lo que están haciendo también en la nueva edición de OT . No contentos con los resultados de audiencia, parecen querer atraerla agitando el tema del sospechoso triunfo de la edición anterior. Se ve que han descubierto que eso vende y han sacado a relucir al personaje de Risto Mejide. Ese tipo que ha creado para la televisión la figura de borde profesional y que le está dando popularidad y, supongo, pasta, dos cosas, la imagen y el dinero que, en televisión como en los burdeles, acaban siempre dándose en la misma mano.