Borrar del mapa

Jamás pensé que esta expresión cobrara vida fuera del consabido lenguaje deportivo. Pero después de un tiempo de reflexión se ve que en el siglo XXI también tienen cabida estos arranques de magia en los que alguien decide hacer desaparecer del mapa Navarra, por poner sólo un ejemplo. Bueno, pues bien, hablaremos de fútbol, que es lo que al parecer a nadie ofende. Y para muestra ese torneo llamado Copa Confederaciones con el que la gente se ha echado la siesta estas dos semanas. Los últimos estertores de fútbol se han dado cita en Sudáfrica, justo ahí abajo del mundo. Allá donde nunca antes se había producido una sola noticia de fútbol pero que tampoco aparece en los mapas del tiempo. Y donde los mapas de España y Brasil cosecharon respectivamente su enésima decepción y victoria. La Copa Confederaciones era como ver fútbol en la play pero en el nivel más básico. Eso sí con la aportación sonora de las cornetas que se filtraban por los micrófonos de ambiente y dando una banda sonora como de película de enjambres mortecinos. Uno se va al servicio un momento y a la vuelta le cuentan que a Michael Jackson se le ha parado el corazón. A otro que lo han hecho desaparecer del mapa. Dicen que al morirse es cuando de verdad se va a convertir en una estrella. Eso es lo malo de las estrellas que algunos se tienen que morir para alcanzarlas y poder quedarse ahí ya toda la vida. Pero si la miramos bien la actualidad está llena de desapariciones. Ayer comenzó el juicio a Madoff el mago que hizo desaparecer 50.000 millones de dólares sin que quede ni rastro de ellos. La actualidad más que la sucesión de noticias es un relato descarnado de desapariciones. Y el mapa del tiempo un agujero negro donde al sol siempre lo acaban tapando las nubes. Qué pena que cuando hablan del tiempo nunca nos muestren las estrellas.

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