El peor programa

La propuesta de El homiguero se agradece. Por fin, alguien se da cuenta de que, a esas horas, uno puede hacer el loco y divertir mientras otros pasan el cerebro del personal por esa túrmix de sucesos macabros a los que han quedado reducidos los telediarios. En El hormiguero, que comienza en plan suave, saben que no todo vale y avisan a niños y padres de que pasadas las 10 ellos no se responsabilizan por subir un poco el tono de los chistes y de las entrevistas. También comienzan a partir de esa hora las bromas de Culo o codo y toda esa sección donde el personaje del profesor Flipy provoca o falla todo tipo de explosiones y reacciones químicas. El programa, desde luego, se ha convertido en una referencia importante y por allí pasa todo quien quiere promocionar algo de lo que hace, como hiciera el actor Pepe Viyuela que fue a hablar del estreno de su obra de teatro. La propuesta humorística y divulgativa de El hormiguero es competencia directa del humor ácido de El intermedio, donde el Gran Wyoming se desgañita a diario con ese estilo tan particular con el que repasa la tele y el mundo. Y es que esta especialización en ver las taras de los demás y subrayarlas a través del zapping digo yo que no durará eternamente. Que llegará el día en el que prohíban retomar el trabajo de los demás con fines malévolos. ¿Se imaginan que en el resto de las actividades se hiciera lo mismo? ¿Que los de la Coca-Cola, por poner un ejemplo a mala leche, sacaran anuncios metiéndose con el color del tapón de la Pepsi? Pero hay algo en Wyoming que hace que se lo perdonemos todo, incluso que después de veinte años siga haciendo el mismo Peor programa del día y que le sigan pagando por ello. En la tele están los clásicos y luego el eterno Wyoming, que sigue siendo grande aunque se repita a diario.

Caspa y terror

ES una faena tener que escribir en plena jornada electoral cuando todavía quedan horas para conocer los resultados. Todavía sin pistas demoscópicas y sin posibilidad de bolita mágica. Hoy era el momento culminante tras tanto esfuerzo de los políticos por convencer a los indecisos y por confirmar a los que lo tienen muy claro. Hoy era el momento de hablar de que la gran ruleta electoral comenzaría su giro de doce horas hasta que las urnas se abrieran y salieran los resultados: las cifras en forma de quesos, los porcentajes en tablas comparativas y todo ese lenguaje tan típico en las jornadas electorales. Toda esa vertiginosa renovación de datos cada poco tiempo gracias a los avances de la informática. Pero eligieron a Isaías, un hombre de Mondragón, para ofrecer en sacrificio aprovechando que las cámaras de todo el mundo estaban aquí y empezar la enésima entrega de esa serie titulada La amenaza permanente de ETA .

«Esto ya lo he visto», pensaría a quien se le ocurriera pararse en TVE con los chocheos permanentes de Carmen Sevilla en Cine de Barrio y luego conectara con el gesto cariacontecido de Beatriz Ariño presentando en Informe semanal al asesinato de Isaías Carrasco. El espectador se encontró atrapado en el tiempo con esa sensación inquietante de que todo aquello ya lo ha vivido antes. Pero la imágenes recogían en toda su crudeza los tiempos del asesinato, un nuevo dolor para una vieja angustia, nueva impotencia para el mismo hastío, la misma vergüenza. Sentimientos enfrentados ante la injusticia abismal de un asesinato. Todo lo que vino después ya no tuvo sentido, de nuevo, nada será lo mismo y todo resultará repetido. La programación televisiva no puede sacudirse ni la caspa, ni el terror. Hasta que canten las urnas, caspa y terror, eso parece ser lo que nos aguarda.

Cara a Carrá


Cuando uno creía haberlo visto todo en esto de las interferencias televisivas, va y aparece el Tribunal Supremo. Obliga a los debates con viagra microfónica de 59 segundos a que lo pongan en horario estelar. Por una vez, la contraprogramación va a estar legalmente justificada. Pero ya es que después del tsunami preelectoral que ha supuesto el cara a cara entre Rajoy y Zapatero, el resto de entrevistas y debates a siete se han quedado en nada. Ha sido tal la onda expansiva del debate entre los candidatos del PP y PSOE que todo parece haber enmudecido después del encontronazo.</p><p> Bueno, todo menos dos cosas, la niña de Mariano, que pronto dará para alguna serie de TV tipo El show de Truman, con Rajoy y Ana Obregón de guionistas, y la selección vía Internet de los candidatos a Eurovisión. Porque desde TVE no sólo amenazan con un especial titulado Salvemos Eurovisión , sino que además van a contar con el fichaje de Rafaella Carrá, presentadora tan recurrente como Javier Clemente lo es como entrenador de fútbol. La fiesta contará, desde luego, con la presencia de Rodolfo Chikilicuatre entre los diez concursantes que cantarán en la final del sábado en directo, a no ser que el Tribunal Supremo nos dé otra sorpresa y mande cortar otro estribillo del ChikiChiki . Y hablando de sorpresas, la que dio el gran Iñaki López en ETB 2 con su nuevo programa de investigación Caja negra . Yo pensaba que iban a informar sobre el paradero de aquel buque fantasma Euskadi Comanche, botado apenas hace un mes, y resulta que nos habló de los enigmas del accidente de avión en el monte Oiz. No sé aquí si el Supremo se pronunciará o habrá que desempolvar el Quién sabe ande de Lobatón. Como último, en fin, recurso siempre se podría dejar el caso en manos de Iker Jiménez.

Yo soy Olga

Los periodistas nos quejamos de que se nos quiera echar la culpa de las noticias que transmitimos, comentamos o, por qué no decirlo, recreamos. Vamos, que muchos quieren matar al mensajero porque el mensaje no les beneficia. En el caso de los debates electorales el mensajero se ha convertido en el convidado de piedra. La movida mediática ha sido tan fuerte que el debate está muy por encima de las personas. El papel moderador ha sido relegado a la mínima expresión . Digamos que con el control de tiempo y el turno de palabra en el que se han empeñado Campo Vidal y Olga Viza, más que cuarto poder parece el último. Dio la impresión de que, cuando los candidatos se fueron ayer, fue Olga la que se quedó recogiendo las sillas, apagando las luces y devolviendo los cronómetros a los árbitros de baloncesto. Con este papelito al que nos han reducido en los debates nos quedan dos telediarios o, como mucho, un par de elecciones antes de que nos cambien por alguna operadora automática o un ordenador de última generación. Más que la seguridad de Zapatero y los zarpacitos de Rajoy, ayer quien resultó ganador fue el acontecimiento social del debate y quien perdió esperemos que no de manera definitiva fueron la libertad de expresión de otros candidatos y la labor periodística.

Yo soy Bea tiene por fin fecha de caducidad. Son los personajes del mundo periodístico que mejor han sabido rentabilizar el tiempo en la TV. La gracia de esta serie estaba en hacer unos pocos programas antes de presentar el momento estelar en que la fea mutara milagrosamente en tía buena. Pero el éxito diario de la historia ha hecho que tres años después la tengamos pendiente la resolución del conflicto. Propongo que Bea modere un tercer Cara a cara y que allí mismo se quite por fin la careta. No hay guionista en el mundo que ese momentazo.

‘Miss Montes’


MIENTRAS los presentadores están de moda, las cadenas los exhiben, los ponen al frente de todos los programas que pueden. Parecen flores de un día que hay que mostrarlas antes de que su belleza o su tirón comience a decaer. Si en los últimos años el presentador por excelencia fue Jesús Vázquez, ahora el presentador de modo en Telecinco es Christian Gálvez, como demostrara en la presentación de la gala de Miss España 2008 acompañada de la elegante Enma García. Hace unos años este tipo de certámenes recibían la queja de diversos sectores criticaban que la imagen de la mujer tuviera un tratamiento machista a todas luces. Hoy el tema se ha zanjado dejando que los hombres hagan lo propio y punto. Como espectáculo, los desfiles de estas galas rozan el ridículo, un ridículo que desde luego terminan de rematar los Bustamantes, Sorayas y Ramazzottis de turno, que, más que cantantes, son la salsa light con la que se intenta paliar el vacío de estos certámenes.

Quizás por eso el cambio de canal era inevitable y el partido de fútbol de La Sexta una liberación después de tanto mercadeo, contoneo y sonrisa exagerada. Cada vez que me encuentro con el denostado Montes me lo paso mejor. Este hombre consigue en una frase y con su tono de cachondeo, más credibilidad que la mayor parte de los presentadores, tan acostumbrados a ponerse del lado de los equipos encumbrados y a sentar cátedra. Junto con su amado Salinas, que por cierto, le entra a saco en todos sus comentarios, han conseguido un estilo diferente al de esos listillos que llevan tanto tiempo hablando de la elite del fútbol, tipo JJ Santos o el grititos de Carlos Martínez, ese crack que ve las jugadas antes de que se produzcan y al que le baila el agua la flema de Michael Robinson en las retransmisiones de Canal Digital. Unos se creen con fama y, ya ven, otros se la trabajan.

Piruetas y vagos

Es curioso que los de Cuatro, que cuando empezaron sus emisiones venían con la firmeza de erradicar la telebasura, hayan claudicado tan pronto, y que sus programas estrella sean, precisamente, los reality shows. Primero, con el innombrable Supermodelo , donde las chicas, muy delgadas, desfilaban encerradas en una jaula de cristal, y, ahora, con Fama . Pero ésta es otra historia. Hasta ahora la escuela de danza seguía su rutina repleta de esfuerzo, roces y nominaciones. Ahora los personajes ya se han hecho conocidos. Tienen el corazón ganado a miles de espectadores. El otro día salieron a la calle a realizar una actuación y se encontraron de sopetón con que eran unas estrellas que causaban el llanto apenas dedicaban a la gente una sonrisa. Menudo golpe de efecto. De buenas a primeras descubrieron que eran unos personajes admirados hasta el fanatismo por el público. No seré yo quien me meta con el triunfo de estos chavales. Pero noto desde entonces que los profesores han dejado ya la parte formativa y comienzan a hacer preguntitas indiscretas. Se han dado cuenta de que tienen creados los personajes y que ha llegado el momento de darle una vuelta de tuerca a su lado sentimental para vendérselo al público. Como sigan por ahí, desde luego habrán perdido esa credibilidad que se le presupone a esta cadena de tener objetivos más lícitos que otras que triunfan con la exhibición sin tapujos de la intimidad. De golpe y porrazo, los que hasta ahora sólo daban consejos sobre la posición del cuerpo y corregían las piruetas, va y resulta que se han vuelto unos cotillas. Y hablando de mirones, los de la DGT, que se siguen negando a conducir por nosotros, para despistar se les ocurre hacer una programa de conducción en Antena 3. ¿Será para contrarrestar los excesos de velocidad de Fernando Alonso en Telecinco?

Sacar tajada

Los Oscar tienen mala crítica en los periódicos porque su horario de emisión obliga a escribir cuando todo está dicho y la noticia aparece como si fuera una inmensa repetición. Así que pasaré este año de críticas ya que lo importante es el merecido premio de Javier Bardem aunque tengamos la pena de que Alberto Iglesias no le haya acompañado en el palmarés. Puede que uno no esté ya para seguir hasta las tantas el desfile de tacones y escotes por la alfombra roja o puede que el periodismo no sea un oficio para viejos. Lo que sí parece ser es el festival de Eurovisión. El último friki que postulan como representante es un abuelo llamado Antonio González, El Gato , un anciano de setenta y pico que canta o algo parecido la canción titulada La bicicletera. Yo la he escuchado en Youtube y la carátula impresiona porque se ve al viejo desnudo como si fuera una página porno. Todo muy fuerte pero supongo que nada que supere aquel La,la,la de Massiel, que triunfó allá por la Baja Edad Media de la televisión. Tampoco hay duda de que éste no es un país para debates a juzgar por las trabas de señales, retiradas de emisión y zancadillas. Antena 3 y Telecinco han demostrado que, o juegan ellos, o pinchan el balón y que el derecho público de los ciudadanos se la trae al pairo. Lo cierto es que el da ayer, independientemente del resultado, fue un gran día: la tele recuperó, aunque castrado por las ausencias de otros candidatos, un formato que debería ser de obligado cumplimiento para quien ostenta la responsabilidad de emitir imágenes. El nuestro tampoco es un país para presidentes de cadenas de televisión, de hecho los que se han negado tienen nombre italiano. Es posible que, como no les toca votar aquí, pues eso: para qué perder el tiempo con bobadas de políticos y elecciones si no le van a sacar tajada.

http://www.youtube.com/watch?v=InTNCESiimA

Y otros fantasmas

HE de reconocer que si no hablo de Iker Jiménez y su Cuarto Milenio es porque su programa me da miedo. No soporto esa obsesión por ver fenómenos extraños, manifestaciones del más allá y todo ese rosario de abducciones, apariciones y qué se yo. A mí todo eso me da mal rollo y por momentos me produce pánico. Así que lo siento y ya perdonarán sus fans que no me pronuncie de momento, pero todavía no he reunido el valor necesario para hablar de él. De lo que sí puedo hablar con la naturalidad de un espectador curioso es de lo mal planteados que están siendo los debates electorales. El de Solbes y Pizarro fue malo y aburrido de solemnidad. Echaron a una audiencia que, sin embargo, se mostró curiosa con la pelea dialéctica. La verdad es que en casa, no me digan por qué, sólo escuchamos al tuerto de Solbes y hablábamos cuando le tocaba a Pizarro, ese prohombre que no hace nada y al que le dieron un finiquito millonario. Fíjate que nos daba por hablar y el fichaje estrella del PP pasó inadvertido en nuestra casa. Digo esto por si hay algún sociólogo que lea esta columna y pueda darme una explicación. El miedo guarda la viña y a mí, este hombre me da más miedo que las vírgenes negras de Cuarto Milenio. Ahora que se nos acerca la hora de la verdad del campeonato de pelota por parejas quiero felicitar a Telecinco y ETB, cada uno con su estilo particular, por traernos la belleza de un deporte que emociona. ETB1 tiene el atrevimiento y creo que el acierto de realizar sus retransmisiones en euskera. Las desconexiones de Telecinco son todo un hito televisivo que cuenta además con una altísima calidad en la realización. Vamos, que ver pelota es una buena terapia contra los fantasmas de Iker y otros fantasmas millonarios ahora fichados como políticos. Qué se le va a hacer: uno es un poco cobarde con las cosas del más allá.

Íntimo y cazador

Los que disfrutamos con los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente sabemos, por propia experiencia, del atractivo de los documentales. Tanto es así, que muchos podríamos afirmar con rotundidad que si el documental se ha inventado para la televisión. El problema es que hay mucho directivo que no lo sabe y prefiere crear otros formatos que jamás atraparán la atención del espectador hasta el límite del hipnotismo. El documental es un trozo de vida cotidiana grabado y dejado en exclusiva para los espectadores. El gran atractivo de muchos de los realitys es precisamente su aportación documental. Esa grabación donde la cámara parece desaparecer y el personaje se mueve con la naturalidad, como lo haría si no le estuvieran grabando. Hay planos en Supervivientes que son de lo mejor de la televisión. Se trata de momentos en los que los concursantes pasean solos y se pierden por la isla en busca de leña o comida. La cámara está ahí pero el actúa ya ajeno a ella. Ha asimilado su presencia y es ahora cuando el espectador puede ser testigo privilegiado de la pulsión de una vida con toda su carga de intimidad. Puro silencio de cazador en busca de que, el personaje, no se dé cuenta de estar siendo observado. Como el lince ibérico o el lirón careto, los personajes de Fama, Supervivientes o los conquistadores del fin del mundo, se han acostumbrado tanto a convivir con las cámaras que pareciera que han vivido toda su vida tras ella como si fueran el mismisimo Jorge Javier. Quien por cierto sigue despues de su famosa despedidadel Tomate con su Hormigas blancas este especimen de mosca cojonera, que diría nuestro amigo Félix que hace una crónica subrayada de sus víctimas. Lo peor es que traen a la actualidad personajes mafiosos, tipo Jesús Gil, que las generaciones más jóvenes tuvieron la fortuna de no conocer.

Tacos y sudokus

Se está convirtiendo en una moda el preguntar al público sobre sus gustos. Lo han hecho los de Camera café , pidiendo que les envíen ideas para sus guiones, y lo hacen los entrevistadores de prestigio como Gabilondo. Los espectadores tenemos un programa ideal en la cabeza que nos indica si el que estamos viendo es el que queremos ver, o le damos al botón. Todos tenemos, también, una pregunta que hacerle al entrevistado. Esa información vale su peso en oro, ya que mientras los profesionales se fijan en los grandes aspectos, se pierden toda esa gama de preguntas sencillas que harían más valiosa y divertida cualquier entrevista; incluidas las estrictamente electorales. Y hablando de diversión, nada más alejado de ella que el concursito Mueve tu mente en TVE. Ese fragmentación en edades de los concursantes es más o menos como nos ven a los espectadores: grandes grupos homogéneos que responden a los estímulos de la misma manera. Afortunadamente el ser humano es más complejo de lo que los programadores de televisión se creen, y por eso cada persona elige y responde en función de su personalidad y no siempre según su edad y condición. Si hiciéramos caso de esta sociología barata que manejan, a un cincuentón como Juanito Oiarzabal lo situarían en casa jugando un sudoku y disfrutando del humor agrio de House , pero ya lo ven, a este hombre no hay quien lo retenga en el hogar y cuando no está jugándose los dedos en algún 8.000, pues dando la nota en El conquistador del fin del mundo y perdiendo buena parte de su reputación como montañero ante cualquier novato como ayer ante Iker. El caso es que no hay manera de que los concursantes de este programa ejecuten sus juegos sin echar mano de toda la retahíla de tacos que todos conocemos pero que, en televisión, jode la hostia decirlo, suenan más fuertes y quedan de puta pena.