LA VITORI LLAMÓ A LA JULI

El veintiséis de diciembre
tengo mi cita con
Pluto.

¡Auuuuuu!

Espero acordarme y espero que no
me despiste tanto mirarte, hay
algo de tus ancestros en tu
manera de atizar

el fuego.

Mañana me duermo en el coche hasta
el veintiséis, tengo una radio que
sintoniza las conversaciones

de mis vecinos.

– ¿De partido hoy?
– Mañana.
– ¿Mañana? Muy bien.

Tengo una radio que lo sintoniza todo.

– Me llamó la Vitori y claro, la Vitori llamó a la Juli.

MIRA CÓMO DOBLA SUS HOJAS EL VIENTO

Me daba pena, me daba mucha
pena mi cabeza

pequeña.

Me daba pena,
me daba mucha pena

mi cabecita

y por eso atropellé un globo rojo,
y por eso lloraba y gritaba

dentro del coche.

La cosa es que nunca tuve mi público
y por eso me quedé absorto

mirando al búho.

Ese árbol tiene
tan pocas hojas que casi se pueden contar
con los dedos de ochenta manos,
mira cómo dobla sus hojas
el viento, mira cómo

las dobla.

TODO EL RATO

No arranca
el motor todo el rato 
como en las películas de terror.

No arranca el motor todo el rato, qué pena
que no me siga nadie con un cuchillo

en la mano.

Qué pena, qué bonito el cielo,
qué pena o qué bendición
que albergue tanto

tarado.

A una calabaza el planeta tierra
se parece girando, a una
calabaza que se pudre

todo el rato.

NUNCA EXPLOTA

Es un globo rojo en el bosque
que flota entre las ramas, 
es un obrero fantasma
que compra un
zapato de

rebajas.

Es un amigo que no sólo decora,
es un amigo deprimido que
deprime pero luego

abraza.

Se ha caído mil veces,
ha volcado su cesta mil veces,
desayuna churros después de merendar
croquetas pero luego

abraza.

Es como un globo rojo en el bosque
que flota entre entre las ramas
pero nunca

explota.