¿MUCHO ES DEMASIADO PARA TI?

No te puedo esperar dentro del coche
cuando está el coche lleno
de palos de golf

pero te puedo esperar

en una rotonda,
sentado en un banco,
contando las baldosas del suelo.

Pero te puedo esperar

escribiendo en el rellano,
plantando una lechuga,
barriendo las moscas

de tu despacho.

Pero no te puedo decir que
gesticulas mucho con
las manos.

Y encima
me preguntas todo el rato.

¿Mucho es demasiado para ti?
(A-s-p-a-v-i-e-n-t-o-s)
¯\_(ツ)_/¯
¿Mucho es demasiado para ti?
(A-s-p-a-v-i-e-n-t-o-s)
¯\_(ツ)_/¯
¿Mucho es demasiado para ti?
(A-s-p-a-v-i-e-n-t-o-s)
¯\_(ツ)_/¯

RÁCANO INTOLERABLE CON CARA DE REPOLLO

La fundación BBVA
y una pequeña colonia belga del Congo
desean con la fuerza de un millón de mejillones

que cumplas todos tus sueños.

Y para eso me han contratado, para que viajes en globo,
para que cumplas ese sueño de comprarte un
táper sin tapa, rácano intolerable con
cara de repollo, para eso me

han contratado.

Luego ya veremos qué más
podemos hacer

contigo.

EL FINAL DE UNA HISTORIA

Soy el Ampelmann
de una ciudad que no conoces,
tengo la cara llena de trasquilones
y no me gusta

opinar.

Hace dos años me
cortaron el pelo delante de un
espejo dorado y desde aquella dolorosa
experiencia no he vuelto

a ser el mismo.

Una raza de hombres que nunca duerme
se gastó todos mis ahorros y entre
todos me tumbaron en una
cama llena de migas

de pan.

El resultado, el final
de la historia te lo puedes imaginar.

Yo, con un puño en cada mano
buscando sinónimos para
quejarme con

propiedad.

Tú, mirando al infinito como
si nada de lo que me
pasara fuera

contigo.

UN PERRO A CABALLO EMPUJADO POR UN GATO

Se acerca
una nube tóxica,
se acerca por el norte,
se acerca por el sur y por el este

y también por el oeste.

No sé imaginar un perro, sólo sé imaginar un
perro a caballo empujado por un gato,
no sé imaginar un perro pero
mi barca siempre tiene
manos para

remar.

Me gusta
mi cara sólo a ratos,
observo en el espejo una

lechuga mojada.

No puedo dedicarme a nada ilegal,
se me nota en la nariz, se me

nota en tu mirada.

No me fío de nada ni de
nadie, no me fío ni

de mi madre.

EL CAMARERO NAVARRO

Camina
lento bajo la lluvia,
camina lento y seduce al cielo,
no tiene nada que temer,

o eso creo.

Camina
lento bajo la lluvia,
y se fija en el foco de una grúa,
y se fija cómo ilumina ese foco las nubes,
y las montañas que son de tela,
y las montañas que son

de tela.

Puede que
parezca una canción,
pero qué medieval suena todo esto,
pero qué insulto es ser navarro cuando hablamos
de camareros, el camarero navarro
es el peor camarero

del mundo.

¿HOLA?

Nunca se supo la verdad,
nunca se supo si le dispararon en su portal 
o si se cayó en un charco de cara

y se ahogó.

Era un tipo normal,
siempre decía lo primero
que se le pasaba por la cabeza,
siempre decía que la vida era como
un tablero de ajedrez y que si
no votabas no podías

quejarte de nada.

Siempre sabias palabras, siempre acertadas,
sin embargo nadie supo jamás por qué
dijo tantas veces eso de que
si no votas no puedes

quejarte de nada.

¿Qué sentido tenían
esas palabras concretas?

Lo del tablero de ajedrez vale,
lo del tablero de ajedrez
puede ser una bonita
metáfora de la
vida pero

¿Y lo de votar?

¿En qué momentito decidieron
sus amigos y familiares que
sería un buen epitafio
para su lápida?

¿Hola?

HA SIDO EL VIENTO

Hola,
me abrazo,

hola, miro por la ventana,
hola, me beso entre los ojos,
hola, el viento agita las farolas,
hola, el viento agita

sus manos.

Hola,

no, no han entrado, ha sido el viento, ha sido,
ha sido el viento, hola, pero tengo miedo,
hola, pero veo, pero intuyo formas,
hola, pero intuyo formas debajo
de la puerta, hola, y está
cerrada, hola, y está,
y está cerrada la
puerta, hola,

o eso creo,

hola, o
eso creo,

¿hola? ¿hola?
¿hola? ¿hola? ¿hola?
¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola?
¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola?

¿hola?

¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola?
¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola?
¿hola? ¿hola? ¿hola? ¿hola?
¿hola? ¿hola? ¿hola?
¿hola? ¿hola?

¿hola?