Autor: Txema Maraví Artieda

Te molesta
más a ti que a mí,
un trozo de comida entre los
dientes.

Por eso me dices que me lo quite,
porque te molesta más
a ti que a mí.

Llegará el día.

Y cuando llegue todos estaremos
muy contentos.

Mientras tanto esperaremos dentro
del coche cubiertos con un
montón de mantas
de invierno.

Desde la calle, un niño con cara de
mini torero
nos mirará fijamente a los
ojos.

Pensará que nos hemos vuelto locos.

El bocadillo vegetal con atún y huevo
que guardamos en la guantera
olerá fatal.

Y nos lo comeremos.
Y empezaremos a notar un picor extraño en el paladar.

Mientras tanto el niño con cara de mini torero
no dejará de vigilar
y de mascar
chicle.

Porque tendrá un montón de chicles
de melón en el bolsillo.

Estoy un poco cafetera silbante.
Soy de mentira, como los cigarrillos de chocolante.
Soy el chico de gris porque llevo una camiseta gris.
Huyo de la rima, me da grima.
Me ha dado blancazo.
Me duele el brazo.
Cabronazo.

Perdonad un momento.
Lo siento.

Me gustaría poder ver
un tosido en mi
balcón.

Pero por ahora
sólo puedo escucharlo.

Dicen que un señorito de Baquedano
después de muchos años de
entrenamiento lo
consiguió.

Que pudo ver un tosido en su balcón.

Yo no me lo creo.
Yo no me creo que sea de Baquedano.
Será de un pueblo de
al lao.

Conmigo no funcionó
lo de que me tiraran a la piscina
sin saber nadar.

Un viejo con cabeza de vieja de pelo corto
me lanzó sin previo aviso.

Maldito sádico hijo de mil perras.

Ahora miro
una piscina borracho
y siento que no es verdad lo que
siento.

Quiero lanzarme y romper los reflejos
tan perfectos que brillan en
la superficie.

Maldigo al viejo con cabeza de vieja de pelo corto.
Maldigo al tarado psicópata sádico hijo
de mil perras que me lanzó
a la piscina.

Entiendo
que no es algo universal.

Toda mi vida pensando que odio el verano.
Toda mi vida esperando a que llegue la primavera.

Y siempre llega.
Y siempre acaba el invierno.

Empiezo a pensar
que la primavera tiene
algo que ver con
el
verano.

Empiezo a pensar que prefiero
invierno todo el
año.

He decidido no hacer caso a las cosas
que siento bajo los efectos de
alguna droga.

Voy a dejar esta droga.
Es una decisión, no
es un hecho.

Si miro naranja te veo verde.
Si miro azul te veo rosa.
Si miro al sol te veo
azul.

Estornudo y me miras.
Y no sé de qué
color me
ves.

Aún no
he tomado la decisión.
Esta tarde lo miro y te digo algo.
Pero luego te veré rosa, verde, azul,
no lo sé.

He
soñado con
videoconsolas en la basura.
He soñado con una caja llena de
videojuegos
de la Master System II.
He soñado con un televisor a color
y con un montón de cables
y mandos.
He soñado con salas de maquinas.
He soñado con el Costa Fría y con su
Nintendo que iba
por tiempo.
He soñado con las Tortugas Ninja
y con un montón de cintas
vhs.
He soñado con partidas grabadas
del Star Fox de la
Súper
Nintendo.

He soñado.

Dos
navarros guapos
comiendo tortilla de patata
se transforman en dos navarros feos
comiendo tortilla de
patata.

Apoyado en un
balcón de piedra he pensado:

¿Y si se cayera este balcón de piedra
que tantos años ha soportado el peso de los años?

Y luego he pensado:

¿Cuántos años tienen que pasar
para que alguien o algo
empiece a sentir el
peso de los
años?