Una manifestación de sólo varones
recorre una calle principal de mi ciudad.
Los hombres rompen papeleras a su paso
y los niños arrojan basura
en los portales.
Los más veteranos gritan a coro
que si te duchas todas tus penas se van por el desagüe,
que si tu cafetera se mueve sola, es hora de cambiar el mundo.
Dicen gritando muchas cosas
pero el resto del mundo no escucha lo que dicen.
Yo formo parte del resto del mundo y por eso
tampoco escucho lo que dicen.
Miro brillar el sol y no veo nada.
Miro tejados, miro montañas y sigo sin ver nada.
Bajo la persiana y todo desaparece.
Dos pisos más abajo
mi vecino gitano explota
globos.