Soy una rata
y vivo en un radar.
Escucho el viento que arrastras cuando
pasas con el coche, escucho el gesto
cuando levantas la pata
del acelerador.
Qué quieres que te diga,
soy una rata pero no
estoy sorda.
Soy una rata
y vivo en un radar.
Escucho el viento que arrastras cuando
pasas con el coche, escucho el gesto
cuando levantas la pata
del acelerador.
Qué quieres que te diga,
soy una rata pero no
estoy sorda.
Eugenia de York
se mudó a Nueva York en
dos mil trece, en julio de dos mil quince
se trasladó de nuevo a
Londres.
Eugenia de York no come jamón de York,
Eugenia de York no ha probado el mejor sándwich
de jamón de York y queso
de Artica.
Era un gili gilipollas peligroso
era un gili gilipollas
liberado.
Entre todas las nubes él era
cielo raso, entre todos
los campos
brizna de hierba.
Su cadáver lo descubrieron
enterrado en la nieve, cerca de un viejo
chubasquero lleno de barro, cerca
de un profundo reguero
de sangre.
Puedes combatir
el mal con el mal, cetrería
no es hacer cestas y Facebook es mi
segunda preferida red social.
Se busca personal para
reprográfica en
Basauri.
El tío de la umbrella was
here y tu vecino tiene
juanetes.
Esta es la famosa plaza del
ayuntamiento.
Nunca olvidaré los cuchillos volando
ni tampoco los fantasmas
que no eran el viento.
Pensaba yo como el perro que abandonan
atado en una farola y no entiende
que su dueño volverá,
y por eso ladra.
Cómo se lo pasan
las moscas jugando al tú la llevas
en tu nuevo cuarto mientras tú te tocas tus
nuevas tetas con los brazos
cruzados.
Hombre con
forma de manzana
y mujer con forma de pera
llegan ambos al final
de sus vidas.
Hombre con
forma de manzana dice:
Todos los pingüinos se llaman Sonny,
lo que hicimos no nos importa
si a ti no te importa.
Mujer con forma de pera dice:
Estábamos en la orilla del mar,
la fiesta se nos fue de
las manos.
Una voz de fondo contesta:
Os han traicionado,
nadie os habló del cambio,
comeréis flores pero
el primer tanto lo
marcó Darlin.
En otoño piso las hojas del suelo con fuerza,
en otoño crujo las hojas.
¡Hojas que os crujo!
Le dijo un padre a su hijo:
Vamos al sol, ven.
Y su hijo fue,
y se llevó consigo una botella de agua,
y la lanzó al río.
El padre le regañó:
¿No ves que una botella de agua hundida en el río
parece un pato que parece una botella de
agua hundida en el río?
El hijo no entendía nada y cansado de recibir
lecciones apoyó su mano derecha en
la cristalera del tanatorio.
De nuevo el padre le regañó:
¡No dejes todos tus dedazos en la cristalera!
¡Ya te morirás!