LOS TONTOS TAMBIÉN SE DISCULPAN

Creo que andar por una ciudad a la deriva
es lo mejor que se puede hacer
en la vida.

Eso y fabricar armas de madera.

Pienso
que mi caligrafía
se parece cada vez más a la caligrafía
de un muerto.

Y por ello no desespero.

Al contrario.

Te lanzo a la cara un pañuelo lleno de mocos
y te contagio un
catarro.

Y luego me disculpo.

Los tontos también se disculpan.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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