No soy influencer.
Soy influenciabler.
Soy
un riachuelo
que se deja arrastrar
por su propia corriente.
Voy y vengo
a
de
ese lugar
que es mi trabajo.
Como esquivando objetos en un videojuego,
esquivo personas mirando el móvil.
Me cruzo con los Hare Krishna de la rambla de Cataluña.
Sale una pompa de mi ojete.
Es un pedo pegado en la raja de mi culo.
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