DETRÁS DE LAS CORTINAS

Me dijo.
Estoy en el infierno.

Nuestra relación se basa en esto.
Mientras te comportes como yo creo que te
debes comportar todo irá bien.

Un ápice de ti mismo y hemos terminado.

Me dijo.
Je suis en enfer.

Yo elijo a la gente que quiere verme en pijama
El deporte nos ayuda a superarnos.

Pon un poco de ti.

Y no me dijo nada más.
Y no me dijo nada más en francés.
Y nos dimos el morro detrás de las cortinas.

EL ENCARGADO

Nadie me ha concedido el privilegio,
me lo he concedido yo solito.

Yo solito soy el encargado

de tocar el bombo
de aplaudir
de gritar

como un loco a las ocho.

Necesito cubrir esa función que nadie me ha regalado.
Yo solito he decidido ser a las ocho

el encargado.

MADANELA NO SE LLAMA MAGDALENA

Un haz de luz rosa cruza mi pasillo.
No lo he visto, me lo he

imaginado.

No digo nada
que no sea verdad.
No describo porque no
quiero añadir delirio al delirio.

Madanela no se llama Magdalena.
No lo he dicho yo, me lo ha

dicho ella.

No puedo escribir en verso pero
puedo despepitar y cortar

un pimiento.

No es por salud, es que no rimo bien.
Puedo estar mirando una planta toda la tarde

y no verla crecer.

EL CHICO DE LOS RECADOS

(Caldo casero Gallina Blanca patrocina este espacio)

Desmontando un reloj encontré
la bebida espirituosa que

tanto buscaba.

Dentro de mi celda yo era el porterito,
el borracho único, y tú sólo el
recuerdo de una caja

de cartón.

Acerqué mis labios al licor.
Hice como hacen los borrachos que
han perdido el pulso

por vivir.

Pude ser el mejor por unos instantes,
el seductor de gallinas, el actor,
el chico de los recados de
un cocinero manco.

Pero de nuevo fui yo.

El porterito,
el borracho único,
y tú sólo el recuerdo de una caja

de cartón.

TOUT VA BIEN

Mi primo mató un pavo real.
Sería buena señal de que todo iba bien.

Tout va bien. – Dijo un francés de Madagascar.

La incertidumbre y las preguntas sin resolver
rondaban la cabeza de mi primo.

Pero se hizo la luz.
Pero se ató los zapatos.
Era una sensación de película de

ciencia ficción.

Primero un lazo y luego dos vueltas completas.
Su sentido común y las recetas de tres
abuelas malgaches hicieron

el resto.