¡PASARSE DE SAL ES MAL!

¿Quién soy yo? – Gritó un gato.
¡El gato al que amamos! –Gritaron cuatro ratas.

Mira cómo brillan sus ojos de plástico. – Pensó el gato.
Mira cómo se rascan y doblan el cuello

como cuatro monas calvas.

¿Quién soy yo? – Gritó de nuevo el gato.
¡El gato al que amamos! – Gritaron de nuevo las cuatro ratas.

Se puede compaginar en la vida…
Si quieres ser listo no vayas de listo pero…
¡Dales un beso generoso!
No seas tonto gatito…

Y el gato se pasó de sal.
Y el gato se pasó de pensar.
¡Pasarse de sal es mal! – Gritaron las cuatro ratas.
¡Pasarse de pensar es fatal! – Gritaron a coro excitadas.

Y se marcharon bailando.