EL espectáculo de ayer en San Mamés es el mejor homenaje que una afición puede hacerle a la televisión. Que se llene todo un estadio con bocatas y palomitas para ver en la final como si estuvieran en casa es la mejor metáfora del tirón que el fútbol tiene como espectáculo. Ya ven, los de Bilbo han conseguido convertir la catedral en el mayor cuarto de estar del mundo. Está más que asumido que la televisión influye decisivamente en el desarrollo del fútbol pero también del resto de la realidad. Se están poniendo de moda los programas en los que televisiones de los países ricos mandan gente para hacer televisión sobre la supervivencia de estos concursantes en condiciones naturales. Ya saben, lo mismo meten famosos en islas, que ponen a competir a dos equipos en los confines del polo sur. Lo último, la novedad más delirante está siendo la de Cuatro, que ha repartido a tres familias en supuestos poblados indígenas de Namibia. Al parecer han hecho un casting entre los bosquimanos y han sacado de sus poblados a los elegidos para componer el personaje de bosquimano, en un poblado que es más un plató de televisión. La experiencia de los concursantes seguramente estará siendo fuerte y esto además lo transmiten. La duda viene cuando alguien se para a preguntar a dónde quieren llegar. Si se trata de un experimento o roza la agresión y supera todos los límites de los derechos humanos. Y hablando de derechos, suena bien la defensa que hace la fiscalía de Sevilla de las menores que aparecieron en el programa de Ana Rosa, como supuestas novias del asesino confeso de Marta del Castillo. Por fin alguien ve claro que la aparición de las dos menores carecía del más mínimo interés público. Simplemente obedecía a la particular visión de esta presentadora y su cadena por vivir del morbo.
Chicles usados
ESTA idea de fusión de cadenas que se plantea sin pudor últimamente suena a globo sonda. Una idea que la sacan antes de ponerla en práctica para ver el resultado que tiene en la opinión pública, no vaya a ser que resulte que la gente no esté por la labor de que les birlen una oportunidad de elección y luego ya no se pueda echar para atrás. Y no es precisamente ahora el mejor momento para sacarlo a relucir ya que se tienen que repartir el trozo del pastel publicitario que no le van a dejar comer a los dos canales de TVE. Y claro, uno como espectador paciente se pregunta si este reparto engrosará en las cadenas en forma de más minutos de publicidad o pondrán los mismos pero más caros. Porque menuda gracia que le quiten a Anne Igartiburu la publicidad para hacer más largos los cortes de las películas. ¿No? Queda la duda de si sacarse dos cadenas de la chistera para luego fundirlas es ingeniería I+D+i o se trata de pura artesanía mediática. Años y años defendiendo que no había posibilidad de ampliar las licencias y en una legislatura nacen Cuatro y La Sexta como de un agujero negro en la legislación que nadie antes había apreciado. No sé, a mi esto de las fusiones entre cadenas me suena mal. Algo sucio, como esos intercambios de chicles usados que hacen los niños en el patio del colegio. Se sacan, se manosean, se meten otra vez a la boca, se mezclan y sale un producto grisáceo en el que no hay manera de distinguir el trozo de fresa del de menta. Esto por no hablar de los efectos que se producen por el intercambio de gérmenes y bacterias. En fin, seguramente la decisión de cambiarse los chicles está tomada y a los espectadores no nos quede más que esperar a que los mastiquen con paciencia y que se corten de inflar bombitas y explotarlas de cara al público.
Chivo expiatorio
La eliminación de la publicidad en TVE ha coincidido (lo han hecho coincidir) con la destitución de Torreiglesias. Ese presentador que mantenía a raya a todos los abuelos hablando perrerías de la grasa y qué os voy a contar del tabaco. Ahora se enteran al parecer de que el hombre cobraba también por defender los efectos de la dieta mediterránea. La contradicción se alarga en este caso porque mientras el año pasado jubilaron anticipadamente a miles de trabajadores (incluido el inefable Antonio Gasset de Días de cine), va y resulta que a este jubilado de oro lo mantienen a capa y espada. Pero independientemente de los intereses particulares o políticos, el reajuste de esta cadena era totalmente necesario. El problema es que precisamente ahora que han jubilado a buena parte de los mejores técnicos y periodistas tienen la obligación de hacer la programación con contenidos propios. La vida para TVE puede comenzar de nuevo. El modelo al que había contribuido a crear, en el que los derechos de retransmisión de deportes fueron creciendo de forma escandalosa, se les acaba. Atrás quedan aquellos despilfarros como la adquisición de los derechos del Giro que sólo utilizó cuando vieron claro que la carrera la ganaría un español. Detrás de los habituales déficit que ha presentado esta cadena, la rescisión del contrato a Manuel Torreiglesias suena a chivo expiatorio. Y más cuando en su lugar ponen, como en el fútbol, a su segundo que, cuando ha tenido que sustituirlo, ha hecho lo mismo. Lo cierto es que el cambio que proponen para TVE puede tendrá consecuencias que marcarán la evolución del resto de las cadenas. Mientras estos cambios llegan y ahora que Gotzon ha ganado El conquistador del fin del mundo por aquí estamos como al despiste. Mirando de reojo para la ETB: si le crece o le mengua su mapa del tiempo.
Burbuja televisiva
Se ha muerto Pablo Lizcano, un presentador con carisma que en su breve paso por la televisión dejó profunda huella. Su programa Autorretrato fue uno de esos espacios por los que pasaba todo quien, en aquel momento, tenía algo que decir en aquella televisión pública. Algo parecido a lo que intenta Juan Ramón Lucas en Noches como ésta, pero que no termina de conseguir porque se le ve demasiado el plumero de la autopromoción de la casa. No es que ahora cuestionemos a sus entrevistados. La presencia de Edurne Pasaban el otro día, por poner un ejemplo, fue muy oportuna pero demasiado ligada al programa Al filo de lo imposible . Y es que para que una entrevista sea creíble (que es lo que siempre hay que pedirle a este género) lo que no se puede es rescatar la figura de la gente en función de las relaciones del entrevistado con cada cadena. Quizás por eso, la figura periodística de Lizcano perdure en la historia de la televisión como referencia de gran entrevistador y, además, por dotarlas de esa credibilidad necesaria para que el espectador ponga interés en escuchar la contestación a las preguntas. Lo sé: las comparaciones son odiosas pero necesarias. Sobre todo en esas ocasiones en las que unos copian formatos antiguos sin citar los precedentes. Y hablando de nuevas versiones: el acercamiento al pasado que hacen en La chica de ayer también suena a repetido. El personaje trasladado a una comisaría de Policía en el año 1977 recupera alguno de los momentos televisivos de Cuéntame cómo pasó . Y mucho me temo que todavía nos quedan otras similitudes por descubrir. Claro que esto de las copias se queda en nada, sobre todo porque venimos de un fin de semana televisivo donde se han repetido hasta la saciedad todos los lances y tópicos deportivos y extradeportivos del Madrid-Barça. Burbuja televisiva en estado puro.
Paloma mensajera
El caso de las 25bailarinas que Berlusconi había fichado para presentar a las elecciones europeas habla muy claro sobre el concepto que este hombre tiene de la democracia, es similar al que demuestra en sus cadenas de televisión. Y no creo que haga falta recordar cómo creció Telecinco. Resulta que después de la bronca de su mujer sólo tres de ellas van a participar. La maniobra ha tenido como resultado que la prensa del régimen saque una foto de la señora Berlusconi desnuda como castigo por haber criticado a su marido. Si hacen esto con la mujer del César es con la pretensión de meter el miedo a todo el mundo.
Hoy se celebra el Día Internacional de la Libertad de Prensa y el presidente de la Federación Internacional de Periodismo denuncia que «en algunos países como Italia e Inglaterra, cada vez existe más vigilancia de los Gobiernos sobre los periodistas». Se ve que las nuevas tecnologías ayudan a la profesión pero nos hacen más vulnerables. Cada vez hay pruebas de que esta libertad está más vigilada. Como se ve, el sistema tiene trampa porque permite a los que deciden ser los tramposos. Esta vigilancia también ha causando estragos a algunos famosos. A Salma Hayek, por ejemplo, le entraron en su cuenta de correo y le han sacado a la luz todas sus intimidades. Algunos dicen que son delincuentes comunes. Ya, como si estos nuevos ladrones se conformaran con hacerse con un botín del escarnio público de una actriz. Si este ejemplo se extiende habrá que pensárselo dos veces antes de encender el ordenador y meter un sólo dato en un correo. La tecnología puede hacernos tan vulnerables que acabemos volviendo al correo tradicional que, por cierto, está en manos de los gobiernos. En el Día de la Libertad de Prensa estoy pensando en volver a las palomas mensajeras.
Frontera al salón
Los teléfonos que echaban humo de tanto votar a los ganadores en el último día de Fama, ¡a bailar! y arranca Operación Triunfo con toda esa parafernalia de Jesús Vázquez y sus coqueteos con la exageración. Algunos estudios dicen que se detecta en las audiencias cierto cansancio. Vamos, que los espectadores estamos bastante de vuelta de estas presentaciones y que ya no marcan las diferencias como hace unos años. Bueno, para muchos estos programas son como los días de malestar que uno tiene que padecer antes de superar la gripe. Claro, que si sólo hubiera que superar esto… Resulta que la imaginación está tan agotada que les ha dado por fichar frikis (hace poco hablábamos del fichaje de Colate por Sardá), y ahora nos presentan a Paquirrín como el nuevo monologuista de La Sexta. Demuestran que su concepto de hacer televisión es algo parecido a un casting para personajes famosillos con enchufe o, directamente, espacios creados para famosetes que se dejan maltratar.
Pero para maltrato, el que le quieren llevar a los espectadores de ETB fuera de Euskadi con el tema de la TDT. Resulta que la nueva tecnología de la señal digital va a resultar el arma perfecta para la censura. Ni las mentes más cerradas hubieran imaginado que este aparato de futuro podía traer unas fronteras tan medievales a nuestros salones. Una cosa es acortar o agrandar el mapa del tiempo y otra arrebatarle la audiencia y los mercados a unas cadenas por razones de legislación de las nuevas tecnologías. Porque si la evolución tecnológica va por este camino, acabaremos convirtiendo la tele en un medio de comunicación de barrio y, si me apuran, de portal de vecinos que comparten antena. No sé: hay algo tramposo en esto de la TDT que sueña a chollo tecnológico. A tijera ideológica.
‘Pásalo’: Lady Bruni
TIENE su mérito el papelón de poli bueno, poli malo que interpretan Adela González e Iñaki López en Pásalo. A veces da la impresión de que la tensión que tienen que soportar de los propios tertulianos es más fuerte de lo que se ve desde el sofá. Ayer, sin ir más lejos, iban de blanco una y de negro el otro. Vamos, como el ying y el yang pero en versión presentadores. Un blanco y negro nuclear que permite intuir, tarde sí y tarde también, por dónde debería ir la libertad de expresión. Primero, porque la variada actualidad forma parte de su propuesta y, segundo, porque no se escabullen de los temas más candentes. Esto ya lo había dicho alguna vez antes pero no me importa repetirme. Por más que pasa el tiempo no veo en otras cadenas tal abanico de opiniones. Eso sí, todas dan por válidas las tertulias donde se habla de Carla Bruni. Las imágenes que ayer sacaron en los informativos estaban diseñadas más para el cotilleo de salón que para los telediarios. Ya me dirán qué pinta un cámara haciéndole una panorámica vertical a la Bruni desde el tocado del pelo hasta los taconcitos mientras las 21 salvas y sonando de fondo La Marsellesa . Por no hablar de los planos de detalle que perseguían sus joyas o el bordado del escote. Esta mujer ha conseguido en poco tiempo que haya una licencia general para atacarla a fuerza de morbo y cotilleo. Es la nueva Lady Di. Que los telediarios entren a saco en estos métodos del marujeo indica el bajo concepto que tienen de sí mismos y de su responsabilidad. Nos aguardan todavía muchas imágenes oficiales de Carla que irán acrecentando el personaje de esta mujer hasta convertirla en uno de los mitos televisivos de la década. Eso sí, esperemos que su evolución no sobrepase los límites como ocurriera con la princesa inglesa. Hay historias que nunca deberían repetirse, por mucho que vendan en televisión.
Músculos o danza
Hay programas que no dejan margen al espectador. Requieren tal atención que ni le dejan a uno respirar. Fama ¡a bailar! es uno de ellos. Quedan apenas cinco días para la final y ayer eligieron la primera de las parejas para la final, que, por cierto, todavía no se conoce el número de parejas con la que contará. Han aprendido en este concurso que es mejor llegar hasta el final con el mayor número de concursantes. Montan un tinglado basado en la personalidad diferente de los que participan para que nos vayamos mandando sms . Ayer Lola, que es como la señorita Rotenmeier del programa pero con escote, minifalda y brazos musculados, nos dio un anticipo del espectáculo coreográfico que están preparando para la final. Les advertía a los chicos , que así les llaman a todas horas, de que debían ir preparándose porque seguramente en el momento de salir ante 9.000 personas se emocionarían y debían seguir bailando. De este programa me gustan varias cosas; la profesionalidad y la pasión que ponen los profesores es una de ellas. Me choca el horario de sobremesa, en el que auguro cientos de miles de jubilados echando la siesta o mirando de reojo las piruetas y las curvas, los fuetés y las camisetas mojadas. En fin, hay una frase que ayer le dijo Rafa a Erik antes de ser llevado a un cameo en Málaga con Los Vivancos: «Veo mucha camiseta y poco cuerpo». Era su consejo para cuando le tocara actuar: «Te vas a encontrar con mucho músculo y bailarines depilados». En efecto: Erik fue y bailó en camiseta de tirantes junto con otros bailarines que entre todos tenían menos pelos que la pantalla de la televisión. Hay más cosas que me gustan del concurso, pero es tal la presión que desprenden que todos los días acabo cambiando de canal. No sé. Temo que entre tanto músculo se acabe arruinando mi afición por la danza.
Ir a los anuncios
La frase «vamos a publicidad y en unos momentos regresamos» parece que en el futuro desaparecerá de TVE y puede que, siguiendo su estela, de otras televisiones públicas. Lo cierto es que cuando se despiden a publicidad se produce una incertidumbre que a veces causa pavor y nos obliga a huir pitando de ese canal. El comentarista deportivo de Cuatro Manolo Lama bromea con su compañero Manu Carreño y le llama mentiroso cuando éste dice que van a volver en un par de minutos, cuando la realidad es que son 5 ó 6. A uno que ha visto anuncios en la televisión pública de toda la vida, esto de que se la quiten le desconcierta. Hemos crecido con frases como «somos los Conguitos» o el «qué bien, hoy comemos con Isabel» a sabiendas de que aquel trámite era necesario para que la tele nos saliera gratis. Pero también es cierto que con lo fácil que tienen esta gente cuadrar la cuentas con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, la decisión de que la tele la pague el ciudadano y no el consumidor de Nocilla viene a ser, para ellos, básicamente lo mismo. Sin embargo, hay que romper una lanza en favor de la publicidad televisiva. Esos pequeños spot son el resumen de la sociedad que nos rodea. Hagan la prueba y saquen sus grabaciones antiguas, qué se yo: los clásicos de Garci o alguno de los Tour de Induráin. Verán cómo los anuncios que quedaron allí grabados aportan gran cantidad de recuerdos. El gran problema de la publicidad en televisión es más cuestión de cantidad. Las privadas se pueden frotar las manos con la decisión de que las públicas no lleven, pero lo que de ninguna manera deben hacer es traducir esta decisión en más minutos de publicidad para el espectador. Vamos que, por muy privadas que sean, una película de dos horas no pueden alargarla una más rompiendo todos los ritmos con los que había sido creada.
Dos multioficios
DICEN los carniceros que del cerdo se aprovecha todo. Que lo que no entra en salazón, se mete en embutido y con los restos se hacen platos con enjundia como esas manitas, las vísceras y el no va más: la cabeza. Así le ocurre también a Buenafuente, que no sólo hace un programa si no que además se va de turné con el Terrat llenando teatros y polideportivos con sus monólogos, hace un vídeo de su estancia en la ciudad y luego vuelve al plató para grabar su programa diario. Un crack sin duda. Ahora riza el rizo y no conforme con todo ello publica un libro en el que habla de los personajes que han acudido a su programa. Se titula Buenafuente en el aire, lo curioso es que además las fotografías también las ha hecho él. Por lo que debería haberle añadido por mar y tierra. Es que no deja nada para los demás el tío. Ya lo estoy viendo: en nada las críticas de sus programas también las hará él.
Pero quien sí ha aprovechado su momento de fama ha sido Raquel, de Granjero busca esposa de Cuatro, que ocupa de arriba a abajo la última portada de Interviú. A esta nueva granjera que abandonó Valencia para instalarse en la granja alavesa de Gujuli propiedad de Tito Martínez. Está claro que en estos tiempos en los que la ganadería pierde fuelle, como se vio en la protesta de los vaqueros regalando cajas de leche en las calles de Donostia, la alternativa de hacerse un nombre en televisión puede sacarlos de algún apuro. Pero claro, entre los presentadores multioficios tipo Buenafuente y los concursantes como Raquel que lo mismo posan desnudas que limpian las cuadras, ya me dirán qué nos dejan al resto. No sólo se conforman con que los veamos todas las noches por televisión, acabarán vendiéndonosla. Ya ven: esta pareja hace bueno el dicho, de que la televisión, como del cerdo, desde la cabeza hasta el rabo todo es bueno.