BUENOS DÍAS

Somos igual de diferentes quel resto,
todos acabaremos hablando solos,
pero sin teléfonos, pero con
tanta gente alrededor
que moriremos
de miedo.

Ese toldo
que se agita con
el viento es más bello
que toda la humanidad junta,
una hoja seca que se acerca y gira,
una hoja seca que se acerca y nos dice

buenos días.

SEMANA BLANCA

Qué milagro
la semana blanca,
qué milagro la ciudad infestada
de niñatos, qué milagro y yo sin dinero

rozando los cajeros automáticos.

Puedo sentir el milagro cuando miro al cielo,
cuando miro al carnicero, puedo sentir
el milagro cuando contagio

un bostezo.

Puedo sentir el milagro cuando veo a
cinco viejas cubiertas de ropa
hasta las cejas ejecutando
una extraña coreografía

en silla de ruedas .

Qué milagro la semana blanca,
qué milagro la ciudad
infestada de putos

niñatos.

¿MUCHO ES DEMASIADO PARA TI?

No te puedo esperar dentro del coche
cuando está el coche lleno
de palos de golf

pero te puedo esperar

en una rotonda,
sentado en un banco,
contando las baldosas del suelo.

Pero te puedo esperar

escribiendo en el rellano,
plantando una lechuga,
barriendo las moscas

de tu despacho.

Pero no te puedo decir que
gesticulas mucho con
las manos.

Y encima
me preguntas todo el rato.

¿Mucho es demasiado para ti?
(A-s-p-a-v-i-e-n-t-o-s)
¯\_(ツ)_/¯
¿Mucho es demasiado para ti?
(A-s-p-a-v-i-e-n-t-o-s)
¯\_(ツ)_/¯
¿Mucho es demasiado para ti?
(A-s-p-a-v-i-e-n-t-o-s)
¯\_(ツ)_/¯

RÁCANO INTOLERABLE CON CARA DE REPOLLO

La fundación BBVA
y una pequeña colonia belga del Congo
desean con la fuerza de un millón de mejillones

que cumplas todos tus sueños.

Y para eso me han contratado, para que viajes en globo,
para que cumplas ese sueño de comprarte un
táper sin tapa, rácano intolerable con
cara de repollo, para eso me

han contratado.

Luego ya veremos qué más
podemos hacer

contigo.

EL FINAL DE UNA HISTORIA

Soy el Ampelmann
de una ciudad que no conoces,
tengo la cara llena de trasquilones
y no me gusta

opinar.

Hace dos años me
cortaron el pelo delante de un
espejo dorado y desde aquella dolorosa
experiencia no he vuelto

a ser el mismo.

Una raza de hombres que nunca duerme
se gastó todos mis ahorros y entre
todos me tumbaron en una
cama llena de migas

de pan.

El resultado, el final
de la historia te lo puedes imaginar.

Yo, con un puño en cada mano
buscando sinónimos para
quejarme con

propiedad.

Tú, mirando al infinito como
si nada de lo que me
pasara fuera

contigo.