DOS CENUTRIOS

Al principio
eran dos perros
que ladraban incansables al viento.

Luego se sintieron demasiado cansados
para seguir ladrando.

Se marcharon, cada uno montado en su coche.
La luna brillaba orgullosa en el cielo.

Tres horas más tarde se chocaron
en un cruce, cerca de
un Lidl.

Un charco de sangre seca.

Eso es todo lo que quedó
de aquellos dos
cenutrios.

O ——- O

Como a todos,
nos gusta encontrar
las cosas donde las dejamos.

Un reguero de mierda, un perro con diarrea.
Un viejo amable que luego
te mete mano.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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