Mi rutina de escribir
consigue que olvide que vivo
mi vida.
Tengo dulzaina de sobra
y cuatro cuadernos llenos de notas,
tengo manía persecutoria, tengo ganas
de montar un mueble.
Los chinos comen murciélago,
los chinos comen murciélago,
los chinos comen murciélago,
y nosotros caracoles.