Cuando empieza a llover,
y todo se desmorona,
cuando los accidentes ocurren,
o pueden ocurrir todo el rato,
el simple atropello diario,
la lluvia dentro de casa,
un colchón usado,
pedalear,
hacerlo sin manos,
todo esto,
una tarde cualquiera,
una tarde que por lo que sea,
te duele la cabeza,
porque no es una buena tarde,
es mejor apuntarlo todo en una libreta,
es mejor cruzar por los pasos de cebra,
y pensar un cuchillo clavado en la cama,
y pensar dinero robado,
y pensar cepillos de dientes,
y rotas todas las pantallas.