Tu doctrina es chula,
tu doctrina es molona
pero no deja de ser tu doctrina
Doña Calores.
Tanto te crispa el calor, tanto te obsesiona
la ortotipografía de tu propia religión
que no atiendes ni a tus propias
razones.
¿Te imaginas levantarte un día y perderlo todo?
¿Te imaginas perder las gafas que no necesitas?
Eres como el típico jefe pecho palomo
culo de pollo que decide colocar
moqueta en el baño, eres
Doña Calores, pero es
que no puedes
evitar serlo
todo el rato.