Pones la cabeza debajo de la misma gotera
que no es una ducha pero que
moja igual.
Plantas un limonero en la misma maceta
y lo plantas de nuevo a la vista
de todos.
Derramas un táper de comida en sus pantalones
como en aquella fiesta del vecino francesa.
¿No lo recuerdas?
¿Cuando levantaste la tapa y la comida salió disparada
y aterrizó en su entrepierna?
Luego quisiste poner la cabeza debajo de la misma gotera
que no es una ducha pero que moja igual y plantaste
un limonero en la misma maceta, y lo plantaste
de nuevo a la vista
de todos.
No me digas que no te acuerdas de nada
porque sigues haciendo lo mismo
cuando te pones nervioso.