
Nos saludamos pero
los dos sentimos
lo mismo.
Que no
tenemos nada
que decirnos el uno al otro.
Los dos pensamos.
¿Pero qué se ha creído?
¡Yo tengo mucho que decir al mundo!
Nos saludamos pero
los dos sentimos
lo mismo.
Que no
tenemos nada
que decirnos el uno al otro.
Los dos pensamos.
¿Pero qué se ha creído?
¡Yo tengo mucho que decir al mundo!
Imagino que soy monitor de gimnasio
y que mis alumnas preferidas son
la Che, la Elle y la Eñe.
La Elle
es la más bella.
La Che es un poco choni.
La Eñe es una niña bastante
ñoña.
Y yo soy un cachas de pelo corto.
Bebo Ricard y como cardo.
Me llaman el Ricardo.
Escucho voces digitalizadas.
Escucho un helicóptero.
Mi primo cada día
un juguete
nuevo.
Nosotros no
robamos el videojuego.
Nuestro pelo era negro pero eso
no nos convertía en ladrones.
No quiero primos hechos por otras madres.
No quiero amigos hechos por otros padres.
Prefiero alquilar el Pit Fighter.
Prefiero a mis hermanos.
Un tosido que habla, que dice demasiado.
Carraspeo forzado, enfermo que
me quejo sin serlo.
Empiezo a encontrar defectos en mi cara.
No hago caso a la moneda.
Desecho la herradura como amuleto.
Mi vida es gracias a eso que llamo mala suerte.
Nació Donaire Sinestrella
en un pueblo costero del mediodía francés.
Su hermana de leche murió ahogada en
una pequeña playa privada.
Pasó la infancia.
Hizo la primera comunión.
Se hizo un hombre de provecho.
Se hizo mayor.
Rompieron los militares su parte médico.
Conoció a un esquilador alemán.
Se compró un perro pastor.
¡Guau, guau!
Buscó entre muros y cipreses la tumba
de los Hermanos Grimm pero
nunca la encontró.
Se fue de Berlín.
Se cortó el pelo.
Se cortó una oreja y el dedo.
Viajó lejos, muy lejos con todo metido
en una bolsa con hielo.
No tuvo éxito el injerto en Sevilla.
Pobre Donaire Sinestrella.
Buscó y buscó toda
su vida
y sólo encontró en el suelo
una vela de tarta de
cumpleaños.
Ya no es
tonta mi postura.
Ya no escucha enterrados
murmullos.
No te
acerques a mí.
Reconoce desde lejos
tus intenciones.
Cuchillo
de sierra bien afilado
ser menos peligroso que hombre
blanco bien afeitado.
No engañar.
Impulso
de toda obra bella
ser instinto de supervivencia.
Toda obra bella conllevar
destrucción y miseria.
Yo Cochise,
ser embaucado
por hombre blanco.
Hombre blanco anular imaginación.
Hombre blanco olvidar reflejo
en charco ser mucho más
importante.
Cochise preferir charco.
Querrica no
es nombre de chico.
Querrica es nombre de chica.
Una lámina de Bernard Myers preside la cocina de Querrica.
Naranjas y peras dispersas, manzanas rojas y un florero.
¡Eres una Shirley! ¡Eres una Shirley!
Llora un balón pinchado
en su tejado.
Me aburres como
tres horas tocando un codo.
Tus descripciones largas y raras
precisan bostezos y más bostezos.
Me produce sopor el sonido de tu voz.
Son tus palabras comité
de castigo.
Me congelo dentro de un arcón
junto a siete bolsas de
patatas fritas.
Allí dentro el frío es atroz.
Allí dentro la oscuridad
produce terror.
Me protege imaginar tu cara de lata
de crema para el calzado
Servus,
tu cara bonita.
Me protege soñar tu cara de luna llena,
ojos, nariz y boca en el centro,
tu cara redondita.
Y ya no siento frío.
Y ya no siento miedo.
Y ya no siento lo que se supone
que debo sentir dentro
de un arcón.