
Prefiero
mi ropa limpia
encima de una silla.
A veces dudo de la inteligencia de la mayoría.
No existe la inteligencia de la mayoría.
No existe la inteligencia.
No existe.

Prefiero
mi ropa limpia
encima de una silla.
A veces dudo de la inteligencia de la mayoría.
No existe la inteligencia de la mayoría.
No existe la inteligencia.
No existe.

Su cara
es grotesca.
Su pelo fino se
desliza por la barra.
(Como una tela de araña).
Levanta su brazo
de abrigo de paño blanco.
Como si pidiera (al camarero) empezar de nuevo.
Como si él pudiera (el camarero)
detener el tiempo.
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(Señora vista a través de una vitrina)
no arrastre (todavía) su taburete
y se marche.

Cuando
me lo propongo soy muy tortillero.
(Te cuento una milonga o recito un poema).
Tú siempre me contestas:
– ¿Tienes cita previa?
– No.
– Vale, pues llama a este número de teléfono y allí te darán cita.
– Vale, muchas gracias.
– De nada, adiós y buenos días.
Quiero una vida para toda la vida.
Toque lo que toque siempre toco café molido.
Es mi sino o como le llaman en la tele, mi destino.
Nunca he escrito un poema que se titule CALEFACCIÓN CENTRAL.
– ¿Y a qué esperas?

Estoy en
mi fase oral.
No quiero, no puedo cambiar el mundo.
Me chupo el brazo.
Me chupo la mano.
Es como besarte.
Chupo la palabra.
Chupo el poema.
Chupo la letra.
No quiero, no puedo cambiar el mundo.
Lloro y chupo la nieve.
Lloro y te lanzo
una bola
de nieve chupada.

No valgo para las relaciones interpersonales.
Me apoyo en mis supuestos amigos.
Persigo a un pájaro muerto.
Consigo alcanzarme.
Me degrado en una cuneta.
Descanso en paz junto a mis restos.
Quiero que vengan a rezarme
cuatro.

Hola,
me llamo José María pero
me puedes llamar José Alfonso.
Soy medievalista, soy una columna seca.
Todas las noches me tumbo en el suelo del baño.
En diagonal.
Mi novia, mi profesor de autoescuela,
mis padres, todos me han dicho
que no lo haga, que lo deje
de hacer.
En diagonal.
Pero es que vivir en el planeta tierra me produce mareos.
Pero es que no soporto a esos gordos albinos
en coches pequeños.
Insulto a una rata.
Insulto a una cucaracha.
Insulto al mundo que me tumba.

Nuevo iPhone
doce.

Tú, que sabes que viva,
se sombra mejor.
¡Oh sombra!
¡Imploro que te detengas!
Tú y yo.
Tú y yo en un claro del bosque.
¡Y qué si miramos la vida desde abajo!
Me gusta que me sigas, que me superes.
Me gusta que de repente
desaparezcas.
Tú, que sabes que viva,
se sombra mejor.
¡Oh sombra!
¡Imploro que te detengas!

Rezo
mis oraciones
en una iglesia llena de grafitis.
No hay cura desnudo con gafas de sol
en el centro, no hay cura
en el altar.
Sólo una vieja nevera conectada
que zumba y amenaza
con explotar.
En una esquina supina, una cucaracha
también reza sus oraciones.

Me tumbo
sobre la hierba mojada.
Sobre mi tripita, una mantita.
Sobre la mantita, una gatita negra
y blanca.
El cielo es un techo de gotelé.
Las nubes no son nubes.
Las nubes son figuras geométricas
de colores
pastel.
Y la vida que vivo…
un marco de plástico rojo.