El atardecer hace como que no sabe que
la urraca se come a la
golondrina.
El atardecer hace como que no
llega la noche y de pronto
desaparece.
El atardecer hace como que no sabe que
la urraca se come a la
golondrina.
El atardecer hace como que no
llega la noche y de pronto
desaparece.
No tienes nada que hacer
mirando la pared.
No te importa perder,
es mejor aprender
que la vida es una rueda y rueda
y no le pones freno,
que las cosas son preciosas por
el simple hecho de serlo,
que puedes pegar un salto
y llegar volando al cielo
y sentir que todo el mundo
está loco,
están como un
cencerro.
Una puta paloma se ha estrellado en mi puta cabeza
y las putas plumas de paloma lo invaden todo,
el insignificante cielo, los peatones
de madera, los jodidos árboles,
todo.
El viento es la pista de baile de las jodidas ramas
de los jodidos árboles.
El viento ha lanzado una jodida rama seca
en medio de la puta carretera
y yo me juego la puta vida
recogiendo
esa puta rama.
Los radiadores calientan en verano,
las cabezas flotan falsas,
una ristra de palabras
destroza el silencio.
Adorno se preguntó si era posible
la poesía después de
Auschwitz.
No sé cuándo vivo,
no sé cómo vivo,
no sé qué vivo,
sólo sé que si quieres te invito a un plato
de tiburones con tomate
y queso.
Los truenos en primavera,
los truenos en verano son juegos de mesa
y tablas mojadas.
¿Dónde te ha sorprendido la tormenta?
Mira cómo salta el granizo
entre la hierba.
Como cuando con siete años entrabas
en un portal desconocido, un portal extraño,
una casa extraña con olores extraños
y los truenos en la calle
seguían sonando.
Sueño que te presto un libro
que nunca me
devuelves.
Sueño que te digo
un lunar en
el pubis.
Sueño que me despierto
contigo y entonces
me despierto.
Buscando setas entre ramas del suelo
me mareo mirando ramas del suelo
entre las hojas.
Buscando setas entre ramas del suelo
compruebo cómo desaparece
una Ziza Hori, compruebo
cómo desaparece
devorada por
los insectos.
Y entonces miro al cielo,
y entonces dejo de marearme
dentro del bosque.
Sabe lo raro que resulta ser para los demás
y por eso cuando sale a caminar
se multiplica
por siete.
No conoce alimañas en la zona media de Navarra,
no escribe casi nada, es la mano de Dios
quien dicta sus palabras.
Se pregunta en ocasiones.
¿Cómo se barren unas escaleras?
¿Se precipita el polvo en partículas?
¿Desciende lo visible como el agua en primavera?
Si bebe café con leche
nunca lo acompaña con un croissant,
tiene miedo de atragantarse como lo hizo
ese pobre hombre
del Baztán.
Se ha chocado un camión cargado de ginebra
con otro cargado de tónica cerca
del polígono Agustinos.
Urge mandar camioneta de limones.
Mientras tanto, en una rotonda cercana, un
camarero calvo aprieta la mandíbula
y se rompe un diente antes de ser
arrollado por un tractor.
Todo se observa reflejado en las llamas,
todo se observa reflejado en
en mi espejo retrovisor.
Los ojos rojos redundan con la mirada
y los amantes follan sin protección
en los pasos de cebra.
Tú me acompañas con los pies en la guantera
y no te fijas en un charco de sangre seca
en medio la calzada.
No te fijas en nada, no te importa nada
el estado de la carretera.
¡Qué majo!
¿Cuántos años tiene?
Cinco.
Parece inteligente.
¿Qué tal se porta?
Bueno, a veces me desobedece
pero por lo general suele
portarse bien.
¿Y hace bien caca?
Sí, he cambiado su dieta y por eso
ahora parecen de oveja
sus caquitas.
Estupendo, hasta mañana.
Sí, hasta mañana.