No te hace falta sonreír
Para poderme decir
Que te gusta mi sombra
Y mi larga nariz.
No te hace falta sonreír
Sólo tienes que decir
Que no tengo que fingir.
No lo haré más.
No te hace falta sonreír
Para poderme decir
Que te gusta mi sombra
Y mi larga nariz.
No te hace falta sonreír
Sólo tienes que decir
Que no tengo que fingir.
No lo haré más.
A la gente decente de mi barrio
le gusta salir a pasear
por las noches,
pero eso no lo puedo cambiar.
Pienso brotar con piedras y palos,
pienso brotar con varas de acero y perseguir
a los coches.
Pienso pinchar todas la ruedas y quemar
todas las papeleras, pienso romperlo
todo, aceras, farolas
y escaparates.
A la gente decente de mi barrio
le gusta salir a pasear
por las noches,
pero eso no lo puedo cambiar.
Pienso brotar con una espada y un machete
y cortar todas las ramas de los árboles,
y segar toda la hierba de los parques,
y pisar con fuerza todos los
pasos de peatones.
Pienso comprar un rotulador permanente
y si me cruzo con alguien decente
le pienso dibujar
una picha en la frente.
Intenta ocultar tu rostro entre la gente.
Intenta ocultar tus manos y después
intenta pasar desapercibido.
Visita mi aljibe, ocúltate conmigo.
Visita mi aljibe, sólo hay espacio
para una persona tumbada.
Para dos si hacemos juntos
la cucharita.
Encuentro mi vida un papel doblado
en blanco dentro de un libro
en blanco.
Encuentro mi vida
un erizo aplastado en
la carretera.
Encuentro mi vida un ovni
que parece una nube que parece
un ovni.
Encuentro mi vida pero mi vida no encuentra nada.
Encuentro mi vida un vaso de vino tinto con
leche semidesnatada.
Me dice:
Los mejores días para escribir
son los días de lluvia.
Le contesto:
Yo no escribo cuando llueve,
dejo de hacerlo cuando
deja de llover.
Me dice:
Los mejores días para escribir
son los días de lluvia
o te rompo las
piernas.
No le contesto.
Conocemos la cumbre, conocemos la luna
que baña las piedras que descansan
en la cumbre.
Conocemos la forma de las cosas
que no recordamos haber
visto nunca.
Conocemos el sol que todo lo baña
pero no conocemos la escarcha
que provoca dolor
a pesar del
calor.
Ciclista que lo sabes todo,
ciclista que nunca llegas ignorante
a tu destino.
Ciclista que observas el paisaje,
ciclista que observas el humo escondido
entre las piedras.
La gran incógnita de la mayoría es adivinar si lloverá,
adivinar qué tiempo hará
el fin de semana.
Ciclista que lo sabes todo, ciclista que sabes cómo se
fabrica un barco dentro de una botella,
dales una respuesta definitiva.
Monta en tu bicicleta nueva y pedalea con fuerza,
intenta llegar a casa sin detenerte para nada
y dales una respuesta definitiva.
Cuando aparece se derriten las nubes,
cuando aparece con sus
libros en el bolso.
Cuando aparece los charcos se trasladan,
cuando aparece con sus
botas de goma.
Cuando aparece paloma que golpea
con el ala una persiana de cristal,
cuando aparece silla de madera
dentro de un hotel.
Conduzco de noche
con una cartulina negra
pegada en la luna delantera
del coche.
No me deja ver la carretera
la cartulina negra, no me deja ver
una rama de pino rota.
Cuando llegas a mi casa para pedirme dinero
caliento una sopa de ropa vieja que luego
dices que te sabe a gloria.
No te preocupas demasiado porque
charlamos descalzos y lo hacemos
respetando los turnos.
Eres mi amigo cerca de la nevera,
te preparo un café y te marchas
montado en tu palmera de
chocolate.
Desapareces y me dejas solo en la cocina
mirando el póster de un motorista
que con el paso del tiempo
se ha ido
quedando azul.
La Cámara de Comptos dice:
Que no le huelen los pies, que son las zapatillas.
Que los tres pilares fundamentales son tres.
Que no es de raritos sudar en la cama.
Que la gente decente huye de
los pueblos.
La Cámara de Comptos dice:
Que si tienes un pelo sano puedes ser un chico Pantene.
Que la juventud rema en la dirección equivocada.
Que no podemos dar de beber vino a un perro.
Que vigila muy de cerca las cuentas
de la cofradía del relleno.
La Cámara de Comptos dice muchas cosas
pero no recuerda lo más importante:
Que no se puede llenar un bar
de arena de playa.