Creo que tenía
los pies cuadrados,
creo que tenía el pelo
castaño cerca de una mujer
grande y rubia que caminaba deprisa
y con sus tacones hacía
toc toc toc toc
toc toc toc
toc.
Creo que tenía
los pies cuadrados,
creo que tenía el pelo
castaño cerca de una mujer
grande y rubia que caminaba deprisa
y con sus tacones hacía
toc toc toc toc
toc toc toc
toc.
Primero barre las mesas,
luego introduce las cadenas
y entonces rellena siete botellas
con agua del grifo.
Pero nunca riegues tus flores
ni tampoco decidas nada en un estanco,
esas decisiones en caliente no llevan a ningún
lado.
Todo lo que se oculta en la cabecita,
todo lo que se oculta en la nevera,
doce docenas de trece castañas,
todo lo que se oculta se acaba
mostrando.
Sólo una cosa supone una
amenaza para un varano
y es otro varano.
Niño flaco tripa balón
con olor a pipa de girasol,
creció entre vallas y piscinas,
creció entre algodones y flores rojas,
blancas y amarillas.
Segundos antes del accidente que le costó la vida
crujió el asiento del copiloto, un sonido seco
y premonitorio que hizo crecer ramos
de flores negras en la guantera
de su coche.
Le solté todas mis monedas a ese indigente,
le solté todas las monedas que tenía en los bolsillos
porque no quería que se deformaran mis bolsillos,
porque no quería que se deformaran
los bolsillos de mis
pantalones
nuevos,
que son muy bonitos y me quedan muy bien,
que son muy bonitos y me
hacen culico.
Y vas por la calle
con un libro de matemáticas
debajo del brazo, y lo lógico es que protejas
ese libro de matemáticas con tu propia vida,
o lo tires a un charco, o no
hagas nada y sigas
caminando.
No se puede
recoger toda la basura del suelo,
esa caja no me sirve, si quieres la recoges
y si no quieres me da igual.
No se puede cruzar una plaza, ese perro
cruza una plaza, ese perro cruza
una piedra plana.
((Si
quiere la
cruza y si no
quiere le da igual.))
No se puede recoger
toda la basura del suelo, ese loco
maravilloso toca el pescado y luego se chupa
la mano.
Medio dormido escucho a los perros que
cruzan la plaza de mi pueblo, no se
puede recoger toda la basura
del suelo, no se
puede.
Se ha colado un chino de pelo rizado en el Louvre
portando una pancarta que dice que Navarra
no se toca, y que ayer hizo mucho viento,
y que había salido de casa para comprar
media barra de pan, y que no había
vuelto desde que cerró el pestillo
del baño por dentro, y que
llegó a Francia con
zapatos y volvió
con zapatillas,
en zapatillas,
a zapatillas.
Se acercaba la primavera,
se acercaban las flores en las rotondas,
se acercaban las unas
a las otras.
Se acercaba la primavera y yo llegaba
de nuevo y con gafas, y mi mente
se tornaba compleja cuando lo
que de verdad necesitaba
era descansar.
Hoy sábado veintitrés de marzo he
visto tres cosas por las cuales
creo que abandonar mi
planeta no procede
por ahora.
Primera cosa.
Una nube solitaria
en medio de un día que
parece de piscina pero no lo es.
Segunda cosa.
La sombra de un árbol raquítico proyectada
en la tercera y última cosa que he visto
por la cual creo que abandonar
mi planeta no procede por
ahora.
La lona sucia de un camión
en movimiento.
Quiero que
sean verdes mis ojos, y
quiero que sean ellos los que me hagan ver
el mundo como yo lo veo, y quiero sentirme dichoso,
y quiero sentir el privilegio de no
saber quién soy de
verdad.