El cuento romántico sigue de moda,
es la tela de araña que atrapa tu
reflejo, es un clavo ardiendo,
son tus ojos de
cordero.
Luego están los caramelos,
no caducan envueltos
en papel arrugado,
(sencillamente)
saben raro.
Cuando te aferras a lo indecible
es bueno tener cerca
un caramelo,
y es bueno tener un final para tu cuento,
lejos de casa, tu pecera muerta
flota en la espera.