Cuatro ladrones pechugones
han entrado en la librería San Marcos
y con sus tetas han derribado todos los libros de
las estanterías,
y se han llevado todas las biblias que han podido,
y un becerro de oro de pisapapeles
que los dueños conservaban
cerca de la caja registradora
que por cierto,
ni la han tocado.