Montaron un buen pifostio.
Breasty Beverly
y aquel viejo loco que imitaba a los gatos.
Tenían tres buenas razones para hacer lo que hicieron:
1ª razón: La desilusión.
2ª razón: Los camareros en general.
3ª razón: Se llamaba Grecia y vivía con sus padres.
Dejaron una nota en la escena del crimen
y se largaron a toda ostia en ese
viejo coche
al que llamaban el cojo.