UN CONFLICTO DE NO SÉ QUÉ TIPO

Cuando
por fin maté
la mosca que hacía
más de media hora me
había estado molestando,
me senté y respiré tranquilo.

Y seguí haciendo lo que
me ocupaba en ese
momento.

Pues resulta que la mosca seguía revoloteando y molestando.
Pues resulta que no había sido una sola mosca todo el rato.

¡Habían sido dos!

Ahora que te lo cuento me
invade un conflicto
de no sé qué
tipo.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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