Su pasión
por el mal me fascina.
Pamplona es como un puerro.
Pamplona no se congela.
En Pamplona:
La comida de los gatos se la comen las palomas.
Tres calvos detrás de tres rubias comen trigo en un trigal.
Una rusa de Osasuna celebra una victoria
trabajando.
A este poema le han caído tres rayos
y tres reaccionarios.
¡Aupáupa!