Desde
aquella deliciosa
mañana de primavera, ellas
comparten mi vida y aliñan mis
ensaladas.
Cuando nos conocimos yo tenía ojos
de gusano borracho y perdido en
el súper buscaba un amigo
de verdad.
Entonces aparecieron ellas haciendo
el tonto con las verduras, las dos
muy monas con el
delantal.