MIRA CÓMO DOBLA SUS HOJAS EL VIENTO

Me daba pena, me daba mucha
pena mi cabeza

pequeña.

Me daba pena,
me daba mucha pena

mi cabecita

y por eso atropellé un globo rojo,
y por eso lloraba y gritaba

dentro del coche.

La cosa es que nunca tuve mi público
y por eso me quedé absorto

mirando al búho.

Ese árbol tiene
tan pocas hojas que casi se pueden contar
con los dedos de ochenta manos,
mira cómo dobla sus hojas
el viento, mira cómo

las dobla.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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