Jugando entre las nubes
parecemos debajo
del agua.
Abrazamos al diferente, generamos kilos
de basura entre los coches y luego
pagamos para que la
recoja el vecino.
Gritamos al unísono:
¡Una copa y la serpiente!
¡Una nevera tiene que ser blanca!
Las drogas en las calles parecen caramelos
y nadie quiere caramelos, nadie quiere volver
al colegio.
Somos miel para las moscas y hacia las moscas
nos dirigimos como cinco
curas calvos.
Los novios de las ministras cagan en el baño de los
ministros pero nosotros que somos muy listos cagamos
en plena calle.
No queremos andar como el resto y por eso andamos raro,
no queremos describir un cilindro y por eso
describimos raro.