Estaba muerto el perro en el arcén
pero parecía profundamente dormido
Lo levantamos con un palo
y le dimos la vuelta
y nos fuimos corriendo espantados
por el olor
Luego volvimos al mismo lugar para levantarlo y enterrarlo
cerca de nuestras cabañas
pero alguien lo había empujado
a la cuneta
Pensamos que quizás
esa sería su tumba definitiva
y que su lugar no estaba
cerca de nuestras cabañas
Un pequeño gusano se retorcía
y nos retaba con su contoneo
desde la carretera
Lo aplastamos con el mismo palo
que había levantado al perro muerto
y volvimos desconsolados
hacia casa de nuestros padres
con la mirada puesta
en un sol de atardecer
que todo lo apagaba
…