CERCA DE NUESTRAS CABAÑAS

Estaba muerto el perro en el arcén
pero parecía profundamente dormido
 
Lo levantamos con un palo
y le dimos la vuelta
y nos fuimos corriendo espantados
 
por el olor
 
Luego volvimos al mismo lugar para levantarlo y enterrarlo
cerca de nuestras cabañas
pero alguien lo había empujado
 
a la cuneta
 
Pensamos que quizás
esa sería su tumba definitiva
y que su lugar no estaba
 
cerca de nuestras cabañas
 
Un pequeño gusano se retorcía
y nos retaba con su contoneo
desde la carretera
 
Lo aplastamos con el mismo palo
que había levantado al perro muerto
y volvimos desconsolados
hacia casa de nuestros padres
con la mirada puesta
en un sol de atardecer
 
que todo lo apagaba
 

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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